Primera visita

Noche de viernes, acudimos sin reserva, por lo que la única opción es en barra, según nos indica Manoli amablemente. El local está bastante lleno, lo que se traduce en algarabía y cierta demora en la salida de los platos. A modo de compensación, nos ofrecen, entre plato y plato, "yoghourt tigre" (sabrosa combinación) y una copa de tinto de Jumilla, buen detalle.
En cuanto a la comida, pedimos a la carta: dos croquetas de hongos (4,00), langostinos crujientes (4,80), ravioli de txangurro (9,75) y cubalibre de foie (9,75), estos dos últimos, sin duda lo mejor de la cena, y para acabar cous-cous de pescado (15,75) y jarrete de cerdo (15,75), algo seco en el exterior, puede ser por las características de esta pieza de carne.
Para beber, dos claras de limón, un agua mineral y una copa de Juvé&Camps (cinta púrpura, 3,50).
Atención detallista y amable por parte del camarero de barra. Buenas sensaciones.