Despues de dos intentos fallidos en sendos restaurantes de moda en la ciudad, tuvimos que buscar un plan alternativo, y fuimos a parar a este Cuina al Quadrat.
Hay que ver como cambia el ambiente de un local a otro un mismo dia, mientras los otros dos estaban llenos hasta la bandera, observamos de camino a este Cuina al Quadrat como muchos otros restaurantes ( incluso el nuestro ) estaban practicamente vacios.Y ciertamente, cuando entras en el local la sensacion es extraña.
Intentando no dejarnos llevar por lo desangelada de la sala, tomamos la carta para ver que nos apeteceria cenar y pedimos;
-Parrillada de verduras ( un plato simple, con suficiente cantidad, pero nada destacable)
-Revuelto de gambas, ajos tiernos y gula ( otro plato simple pero resulton )
Y para compartir pedimos un entrecot trinchado de los montes de Toledo.( Una pieza generosa y de muy buena calidad)
Durante toda la cena no nos falto el pan en la cesta, gracias a una chica muy maja que dominaba esa noche la sencilla clientela.
En los postres nos decantamos por un tiramisu y un brownie, mejor este segundo que el primero.
La carta de vinos sin ser extensa tiene algunas cosas que se pueden pedir, nosotros esa noche nos decantamos por un Venta del Puerto n'12.Tambien agua y cafe.
Intentamos pedir un GT, pero la chica ya estaba recogiendo y no le vino bien, no obstante nos invito a unos chupitos.
La sensacion general en mi caso es un poco floja, pero no mala.
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