El pasado sábado, animados por las buenas críticas, acudimos a Ontinyent desde Valencia a conocer Sents, mi mujer, mi hijo de 10 meses y yo. Lo primero que nos sorprendió fue el local, moderno pero cálido, impecable, augurio de los que nos esperaba. Nos recibió Joaquin (Chimo), maitre y sumiller quien nos acompañó toda la comida de manera inmejorable.
Mientras elegíamos nos sirvieron unos chips de tubérculos con una espuma tibia, perfectos para la cerveza belga que tomamos de aperitivo. Tras decantarnos por el menú degustación y una botella de Los Almendros 2009 (elegida en una carta-iPad), empezó el espectáculo.
Copas Zwiesel 1872 Gourmet Collection (the first, creo), para un gran vino de la zona, que si bien al principio se mostró algo cerrado, predominado los cueros y las notas de hojas secas, luego apareció la fruta para completar su expresión, siendo un buen compañero de mesa. El primer entrante fue un kumato en varias texturas, con parmesano, tataki de atún y soja. Un plato fresco y equilibrado muy bien presentado. Buenísimo el atún. Le siguió un capuccino de setas, mollejas de cordero y piñones: tras la sospecha inicial por su presentación en taza de capuchino, con su espuma templada, disfrutamos de este sabroso plato (taza!) de cuchara. Pero cuando pensábamos que ya nos habían sorprendido bastante, vino el arroz meloso de gambas con carpaccio de gambas. Uno de los mejores arroces que hemos probado nunca, con una presentación única. Postre de cremoso de chocolate negro, pannacotta de café, helado de café y espuma de leche. Un postre de capuchino en el que contrastan diferentes texturas, muy rico, acompañado por una copa de Olivares, dulce de monastrell (cortesía de la casa) . En este momento vino Santiago, chef de Sents, y empezamos a departir con los dos hermanos. Santi nos habló sobre sus viajes a Asia y sobre su pasión por la fusión de cocinas y Chimo nos enseño su cuidada bodega y las joyas que ha ido coleccionando en sus viajes. Cafés y petit fours. El último con sorpresa, muy grata y nostálgica. Para finalizar, dos Marc ... y se nos hicieron las siete de la tarde...Sin duda, repetiremos.