Restaurante situado en la avenida principal de Illescas, para los días de diario la zona de aparcamiento es azul, pero muy cerca existe una plaza en la que se suele conseguir aparcamiento gratuito.
Decoración clásica pero muy acogedora, con una vajilla, coperia y cubertería estupendas.
Les pedimos que nos pusieran de comer y como siempre nos sorprendieron con un menú degustación largo y delicioso, pero en esta ocasión hubo discrepancias en el grupo sobre unos platos y otros.
Coincidimos en destacar de los Snac, el pan de tomate con anchoas, mini pizza, galleta de aceituna con queso, cortezas caramelizadas y Kikos garrapiñados. De los aperitivos uno de brocheta de chipirones encebollados y el segundo de manitas con trompetas de la muerte. De los platos del menu: almeja a la brasa con ensalada de algas y hoja verde (la ostra vegetal) muy curioso. Gamba roja con uvas, migas y espuma de chocolate. Y un postre de fruta de la pasión con vainilla y coco un espectáculo para la vista y las texturas.
En la discrepancia, la ropa vieja, la sopa de ajo, los hongos con huevo, las manitas de cerdo con judías y butifarra, el pargo,y los callos. Pepe el cocinero demuestra una evolución magnifica destacando los productos de la tierra en sus platos, pero bajo su forma de entenderlos.
El servicio joven y con experiencia, bajo la experta mirada de Diego, siempre al quite.
El servicio de vinos como siempre Excepcional a cargo de José Carlos, que nos fue sirviendo vinos y vinos de la tierra que destacaban por su buen hacer y la curiosidad del mismo.
Rematamos con un Gin.
RCP buena, hay que ver lo pagado con la cantidad de platos y vinos.