Hacía un tiempo que no visitábamos la barra de Viavélez y tras esta última visita no hacemos más que confirmar el porqué es una de nuestras preferidas en la capital, pues pensamos que combina perfectamente todos los aspectos, en especial el de vinos por copas y el de calidad y variedad en las raciones, para poder situarse entre las mejores.
Como siempre todo muy claro y bien expuesto, echamos un vistazo a la carta de raciones- con algunas fuera de carta y escritas en pizarra- y combinando ambas opciones comenzamos por unos mejillones tigre (3,25€ unidad) que están presentados de una curiosa forma, simulando una concha comestible, con una besamel muy fina y una salsa de albahaca muy curiosa. Bien. Después las siempre apetecibles albóndigas de calamares (12,75€), pequeñas y jugosas, consistentes, con una salsa de gran sabor, es en los fondos y en las salsas donde mejor se aprecia el nivel de la cocina de Paco Ron. Auténticamente adictivas. Continuamos con unas costillas de ternera guisadas (7,8€) en generosa ración, de nuevo la melosidad en el guiso, la consistencia y el sabor de la salsa definían a este soberbio plato. Y por último finalizamos con los callos de la casa (13,8€) con justa fama de estar ente los mejore de Madrid, potencia, melosidad y sabor perfectamente unidos y lo que es más importante, sin esa manía de abusar de los picantes. Realmente deliciosos. De postre optamos por la piña colada (6,5€), preparada de forma cuidadosa y refrescante, con sustancia. Nos gustó.
Para beber y además de una carta de vinos de un cierto nivel tenemos disponibles unas 15 referencias de vinos por copas de calidad que resultan más que suficientes para poder combinar en barra con las distintas raciones y así pedimos el fresco godello Monteovo 2013 (2,7€) con los mejillones, el sorprendente Lecea Clarete 2012 (2€) con las albóndigas, esa sencilla y fresca mencía que es Castro de Valtuille 2012 (2,4€) con las costillas y el siempre espectacular Amontillado Tradición VORS 30 años (7€) con los callos, una armonía perfecta. Con el postre tuvieron el detalle de invitarnos a dos copas de un excepcional Oremus Tokaji Aszú 5 Puttonyos 2002. Servicio como siempre impecable, ya nos conocemos y ello ayuda a sentimos muy bien en esta casa.
Así pues no hacemos más que confirmar que confirmar que Viavélez continúa en plena forma y que nos gusta tanto la barra que al final nunca bajamos al comedor y si no acudimos más es simplemente porque no hay más días, ya que desde luego que en pocas barras disfrutamos más que en esta. Y seguiremos haciéndolo.
Callos y Amontillado Tradición
Ya sabía lo de Paco..Me dijo Delía que despues de varios intentos,se fue con ellos en el último viaje a Borgoña.
Me imagino que las catas de las que hablas son las de La Fisna..
Por desgracia el horario de mi trabajo me impide asistir y lo mismo me pasa con las de la UEC.
Una joyita ese Monteovo 2013... enhorabuena por el homenaje. Cuando vuelva por allí me apunto a la de los callos!
Un saludo, Manuel.
Es un vino muy bien hecho, sin duda. Los callos son un clásico y de los mejores que se pueden probar en Madrid y si los tomas con el amontillado…todavía mejor.
Saludos,
Eugenio.
Sería el Viña do Avó, un vino de Antonio Cajide, su tinto básico. Está muy bien, si te gustó puedes probar el Sameirás, un poco más caro pero mejor. Ribeiro está mejorando mucho sus vinos y sobre todo en los blancos, pues siempre ha sido una zona tinta por tradición.
Saludos,
Eugenio.
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