Bien

La apariencia y la primera impresión al entrar es la de un Restaurante "de categoría". Y de hecho lo es, lo que ocurre es que ante esa apariencia esperas mucho, casi la perfección, y no fue así.
El servicio correcto y atento, aunque se les notaba demasiado el estrés.
Eramos 6 personas . Sirvieron los primeros platos con demasiado tiempo entre un comensal y otro, de manera que la "espera obligada" de los que ya teníamos el plato en la mesa resultó eterna y casi molesta.
En el segundo plato peor, porque nos sirvieron a todos menos a una persona (para colmo la única mujer que había) y después de un buen rato, tuvimios que reclamar el plato, ante la sorpresa del camarero (o metre) que comentó "anda ! Todavía no se lo han servido?" Entonces tardó un minuto y ya lo sirvieron. Olvido impredonable.
El servicio de vino inexistente. Todas las copas las llenamos nosotros, y tuvimos que "cazar al vuelo" a uno de los estresados camareros para pedir otra botella de vino. Por cierto, un Viña Pomal Crianza 2010 que estaba bien.
La comida, eso sí, estába buenísima. Parrillada de verduras "al punto" muy sabrosas, merluza exquisita, postres adecuados. Algunos comensales pidieron repostería, cuatro unidades a elegir entre una bandeja muy atractiva a la vista, y que fue servida , como todo, de manera "estresante" por el camarero, que estába más por otras cosas que por eso, lo cuál transmite una sensación de que molestas, y lees en los ojos y gestos del camarero un "date prisa en escoger que voy de culo".
RCP lo desconozco, ya que pagó otra persona y no vi la cuenta, aunque mucho me temo que no fue barato.
En general bien, pero como digo, la apariencia del restaurante no está muy acorde con algunas cosas como las comentadas.
De todas formas, volveré para dar otra oportunidad. Creo que en fechas no tan señaladas (Navidades) el servicio irá más tranquilo y podremos disfrutarlo mejor.