Debo llegar tarde

Viendo las valoraciones anteriores (2008), quizá las cosas hayan ido cambiando. Ni barato, ni abundante, ni de calidad. Además el servicio estaba completamente despistado y sólo un camarero intentaba atender a toda la sala, mientras el otro se iniciaba en el mundo de la informática.
Carta de vinos, inexistente, pedimos cerveza. De entrantes un surtido de pintxos bastante buenos, el pan un poco reseco, pero dentro de lo aceptable. Una ración de alcachofas con jamón (obviamente congeladas). Segundos; unas kokotxas muy buenas y una mísera rodaja de merluza donostiarra, sin embargo buena. Postres, clásica cuajada y leche frita. Café. Total 100 euros!
Un escándalo. no hay por donde cogerlo. Suavemente le pregunto al maitre si aprobó en matemáticas y me dice que sí. Que el menu más lo fuera menú, más una rebaja... Como ya tengo unos cuantos años de experiencia en ir a comer al restaurante y las he visto de todos colores, pago y punto. Pero volver, no volveré...