Estuvimos en El pedrusco en una salida gastroenolofutbolera con la sana intención de reir, comer bien, beber y disfrutar del ambiente futbolero del Calderón.
Mesa para 9, venidos hasta de Londres, Gandia, Valencia... con ganas de vernos y disfrutar.
Como siempre pasa en estas quedadas habíamos estudiado el restaurante antes de comprar las entradas 1mes atras. Estupenda web, tan estupenda que incluso engaña un poco a la vista. El local, de varios niveles, parece mucho más grande en fotos que cuando llegas. De todos modos muy correcto todo, eso sin duda. La idea principal era beneficiarnos un buen lechazo al horno de leña que preside el restaurante. Y lo conseguimos.
Todo para compartir:
El lechazo.
Carne de Buey al hierro. Revuelto de jamón, gambas y boletus y una ensalada que recuerdo correcta y abundante. Regado con Matarromera, algo escaso pero bueno.
Postres pedimos varios, apenas los caté. El lechazo y el buey colapsaron mi cuerpo.
El servicio bueno, sin alardes, pero a la altura de lo servido. Lo único el vino, como he dicho, tardaron en servir la segunda "ronda", y eso con cenas tan copiosas agobia una miaja.
Está claro que su especialidad la bordan. Buenísimos los animales.
Al día siguiente al Calderón, viendo perder al Barça su único partido de liga pero en una posición en campo alucinante. Carmelo es un crack. Me gusta Madrid.

Restaurante con una decoración basada en antiguedades que da un toque clásico muy personal con verdadera solera, la cocina es tradicional castellana donde el cochinillo o el lechazo son el verdadero potencial del mismo.

Llegamos seis comensales a la mesa, donde el trato es verdaderamente cortes, amable y cercano,comenzamos con entrates donde destacaron el lomo de orza, jamón iberico (impresionante)y mollejas de lechal con trigueros y setas.
En los platos principales directamente fuimos al cochinillo y el cordero lechal (nos indicarón que vienen directamente de segovia)como especialidad de la casa, ambos impresionantes.

La bodega es corta, con unas 30 referencias aproximadamente, siendo el protagonista Ribera del Duero, aunque tienen D.O del Bierzo, Somontano y Rioja. En nuestro caso fueron Condado de Haza y Matarromera con un servicio correcto y el vino en su temperatura.

Terminamos con postres como el flan de huevo y tocinillo de cielo realizados en el horno
de leña.
Restaurante con muy buena materia prima y un servicio excelente. Muy recomendable.