Usted tuvo, a buen seguro, que no esperar 35' para un primer plato, a la postre rechazado, con un trato displicente por una camarera que después pude saber pertenece a la familia titular del negocio. Una suerte, que no fue la mía y que no pretenderé en venidera ocasión, pues hay otros lugares donde el trato afable es marca. Un saludo, YV.