Local: Muy bonita la situación, el exterior del eficio y el entorno ajardinado visible desde todas las mesas. Sin embargo, tal y como apuntaba otro comentario, en varias ocasiones los desplazamientos forzados lo convierten en un laberinto incómodo y muy frío (paredes blancas sin más en los pasillos y escaleras) que en mi opinión hace perder muchos enteros. Interior de la sala agradable y bien iluminado.
Trato: Bastante frío. No sé si por estudiada ceremoniosisdad o por poca capacidad de conexión.
Comida: Muy buena. Pedimos menú degustación Clásico.
*olivas negras griegas y verdes francesas. Buenas
*Corteza de careta de ternera. Ni fú ni fa.
*Chip de especias. Normal.
Aperitivos:
*Caballa marinada con emulsión de azafrán. Muy bueno. Mucha claridad de todos los sabores.
*Crema de Boniato con emulsión de ceps. Espectacular, buenísimo el equilibrio de sabores y la textura (y a nivel subjetivo el sabor a ceps me vuelve loco)
Menú degustación:
*Tartar de aguacate y Buey de Mar con helado de albahaca. Muy bueno, si bien el helado de albahaca era demasiado poderoso para la delicadeza del resto. Por suerte, se podía desechar parte de dicho helado.
*Foie al vapor de bambú: Normal. Terrible desilusión después de haber leído las mil maravillas de este plato. Si alguien me explica el porqué de su fama, me encantaría poder entenderlo...
*Macarrones con boloñesa de bogavante: Muy bueno, pero nuevamente me esperaba más, y también algo más de protagonismo del bogavante.
*Merluza con la piel crujiente, y un original acompañamiento de patata y puerro: Excepcional. Perfecta la materia prima y cocción.
*Solomillo de Ciervo: Muy tierno y bueno, pero elaboración muy (demasiado) sencilla dado el tipo de restaurante.
Mi mujer, en lugar de Ciervo, tuvo Lubina Salvaje. Muy buena
*Pannacota de Albaricoque con helado de Ruibarbo y sopa de Marialuisa. No nos acabo de gustar demasiado la combinación.
*Brioche de vainilla. Correcto
*Pedimos también una ración de quesos. Muy buenos, especialmente un camembert que no acabé de entender si se lo elaboran especialmente a X.Pellicer o lo elabora él mismo. El caso es que tenía un algo muy especial añadido al sabor típico del camembert que lo hacía formidable.
Vino: queríamos tinto y el sommelier nos recomendó un "Auditori 2007" de Montsant. Nos gustó mucho. 80 euros. Sabroso, complejo, fresco y nada pesado.
En conjunto, la comida era muy buena pero no disfruté como en los triestrellados visitados, el trato no es de mi agrado por carecer de cordialidad y cercanía y los precios, en mi opinión, están notablemente por encima de la experiencia. No volveré.
Un ejemplo de la exageración en precios: como aperitivo, una sola copa del verdejo "Afortunado" a 12 euros, cuando el precio de toda la botella es menos de 6 euros en tienda.