Difícil de mejorar
Es difícil mejorar cuando se ronda la perfección. Que grata sensación tuvimos todos los que compartimos esta comida el mediodía del sábado, en el trascurso del undécimo encuentro verema, regresamos a las catas de la tarde tremendamente satisfechos.
Mobilario sencillo, gama básica de Ikea, buena distribución de mesas, correctamente vestidas. Servilleta de papel (de calidad) decoración sencilla y funcional, pero armónica.
Por el módico precio de 22.50 euros nos ofrecieron el siguiente menú.
Entrantes:
• Sardina ahumada sobre confitura de higos y nueces y chip de plátano macho. Excelente la combinación ahumado, salado, dulce y crujiente del chip.
• Ensalada de tomates confitados en aceite de hierbaluisa y bastones de queso manchego 1605 artesano de leche cruda, con aliño de albahaca y Porto blanco, con sal de jamón ibérico de guijuelo, jengibre escarchado y frutos secos. Numerosos ingredientes para una ensalada que ofrecia un conjunto armónico.
• Revuelto de amanita cesárea y trompetilla e hinojos, sobre nido de pasta Philo. Efectista presentación y perfecto el punto del revuelto.
Principales:
• Albóndigas de bacalao hechas en casa, sobre pisto de calabaza y menta, y falso alioli de limón y hierbabuena. Buena textura y justa proporción de bacalao.
• Cube roll de ternera gallega a la brasa con salsa de pimienta de Sichuan y Lagavulin con parmentier de humo. Me gusto la idea y en conjunto el plato, a pesar que la ternera quedaba algo dura.
En el apartado de postres nos dio a elegir entre varias opciones, hasta cinco posibilidades distintas, mi elección: una torrija sobre sopa de chufas, nada pesado y muy rico.
He de decir que todos los platos están originalmente presentados y cocinados con gran perfección.
La carta de vinos es amplia y bien escogida, organizada por tipos y por D.O.’s o indicaciones geográficas, con especial oferta de vinos portugueses (hasta cincuenta referencias), esta singularidad fruto de la nacionalidad del padre de Alfonso. Correcta cristalería y correcto sobrecargo en el precio del vino. El vino descansa en armarios climatizadores y se sirve a temperatura correcta.
Confiamos a Alfonso la elección de los vinos, aunque fuimos comedidos en cantidad (supongo que como consecuencia de la saturación del encuentro). Empezamos con Esporao 2010, un blanco portugués alentejano con crianza en madera muy sutil. Seguimos con un Quinta do Perdigao reserva 2005, muy vivo a pesar de los casi siete años con que contaba y rematamos con un Mas Irene 2005 un cabernet franc, con algo de Merlot del Penedés que armonizó estupendamente con el plato de carne.
Todo lo descrito, más unas cervezas iniciales, dos botellas de agua y cafés por 281.20 euros los nueve comensales que tuvimos la suerte de asistir a este formidable almuerzo.
No creo que me canse de recomendar este restaurante.
Establecimiento libre de crisis.
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Encantado Jose de compartir mesa y mantel con vosotros y un placer poneros caras a los presentes. La verdad es que que este restaurante como bién apuntas tiene una de las mejores rcp de valencia, gracias por organizarlo todo...
Uno de los puntos fuertes como bién apuntaba uno de los comensales presentes, disculpad pero no escuché su nick, era el que llevaba la cámara, es su carta de vinos , que tiene un poquito de todo, con márgenes más que ajustados y con referencias muy bién seleccionadas. Otro es Alfonso, "su alma mater", un tipo humilde pero que sabe lo que lleva entre manos y un verdadero apasionado de la gastronomía y el vino.
El punto débil, su ubicuación , no lo es tanto si lo cuantificas en euros, 5 euros por cabeza desde prácticamente cualquier punto de valencia en taxi ida y vuelta.
Como teníamos un menú cerrado no pude pedir un queso que un forero con mucho criterio me había recomendado, pero" no pasa res", ya tengo la excusa para una nueva visita....
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Redundar en todo lo dicho por Jose, no cabe ni una sola coma a lo magníficamente expresado. Muy buenos platos, por marcar algún pero, y no parezca esto un peloteo, la temperatura fría de algunos platos y la carne, efectivamente, estaba dura, aunque sabrosa. Combinada con la sal negra de carbón, tuvo un toque original. En todo lo bueno influye y en gran medida, Alfonso. Volveré.