Por fin

Después de dos intentos fallidos, por fin conseguimos cenar en el restaurante Malkebien

El restaurante completo, fruto del buen hacer de Alfonso y su equipo, de la sabiduría a la hora de seleccionar los ingredientes, del conocimiento de estos y de su procedencia y de la profesionalidad a la hora de cocinarlos.

Aquí nada se ha dejado al azar, todo tiene un porqué, la sobrasada es de Tárbena por los orígenes mallorquines de sus pobladores, la güeña es de Jérica por su cremosidad, el bacalao es de Islandia porque es el mejor de todos, eso es honradez, es dar al comensal lo mejor que han encontrado a un precio de escándalo.

Pues aún hay más. Cuando entras al restaurante, todo es amabilidad. Alfonso es un crack, sabe lo que no está escrito, y lo transmite con naturalidad, disfruta de ello, hace partícipe a sus clientes de su buen hacer y sabiduría, explica perfectamente la composición de cada plato y la procedencia de sus ingredientes, asesora perfectamente en la elección del vino y si hay que poner un pero quizás sea el ruido ambiental.

Mi pareja y yo tomamos para cenar el menú Biscuter.

ENTRANTES:

Ensalada de tomates cherry y lascas de cecina del valle del Esla aromatizados con hierbas de la Mariola, con aliño de Porto blanco y albahaca Thai.- Un poco sentido del vinagre de módena, pero para gustos, pues eso.

Titaina de pulpo de roca y calabaza sobre nido de pasta filo.- Original plato, mejor sabor, excelente la calabaza, cremosa, nada empalagosa de dulzor.

Huevo pochado con brandada de güeña de Jérica, sobre gajos de patata agria y aceite de pimienta de Jamaica y humo.- Excelente combinación de sabores, nos gustó mucho el plato, todo redondo, sin nada que destaque sobre el resto, pero goloso, muy goloso. Es el típico plato que no quieres que se termine nunca.

PRINCIPALES:

Lomo de bacalao de Islandia sobre veloute de tirabeques, cremoso de sobrasada de Tárbena, cristal de costillar ibérico y vinagreta de cus cus de quinoa con lechuga de mar.- El bacalao excelente, de los mejores que he probado, lo mas flojo el cus cus por la vinagreta, lo mismo que la ensalada, pero el bacalao en si, lo mejor de la noche.

Matahambre de ternera del valle del Esla confitado en aceite de oliva virgen extra del espadán, con salsa de colmenillas y Cream de Gutierrez Colosia, pastel de Zeleri y curri, lágrima de confitura de tomate y vainilla bourbon y chips de Mizuna.- El plato en si estaba bueno, pero la carne llego fría y deslució un poco el resto.

De postre tarta Sacher y canelón de mango relleno, ambos muy buenos.

VINO:

La carta es buena, hay referencias nacionales para todos los bolsillos a unos precios mas que ajustados, sin embargo, lo espectacular de la misma es la colección de vinos portugueses. Alfonso es de descendencia lusa y ha apostado fuerte por sus caldos. A nosotros nos aconsejó un Rapariga da Quinta, un vino del Alentejo de 2008 redondo, equilibrado, servido a temperatura perfecta en copas Riedel.

El precio del menú es de 23,50 €, el vino 17,50 y un agua 2,25. Salimos encantados, mas que contentos, disfrutamos de una velada muy agradable donde todo estuvo bien, la atención, la comida, el vino, la compañía y el precio. Volveremos. Gracias a Alfonso y su equipo.