Pues eso...

Nos volvimos a acercar a los dominios de Alfonso y Elena a ver como seguían después de las vacaciones y como siempre acabamos encantados.
Recibimiento y trato estupendo por parte de todo el equipo de Malkebien.
Algo cambia para seguir todo igual, esta vez se les ha ocurrido quitar del menú la ensalada y sustituirla por un entrante… salmorejo, crema fría de yogur y menta, etc… Excelente noticia, Alfonso tuvo a bien prepararnos como entrantes un par de los que tiene en el magnífico menú degustación…
• Huevo pochado con brandada de Gueña
• Ostra Oleron, con cava sólido y helado cremoso de Lima
Muy ricos, probé los dos y si tuviera que escoger me quedaría con ambos.
Refrescos y varias cervezas para empezar. Yo escogí Estrella de Galicia 1906.
Buen pan, varios tipos… malta, sin gluten…
Como principales…
• Paella valenciana con pollo de corral y conejo.
• Falsos raviolis de calabacín rellenos.
No recuerdo la tercera opción, pero como siempre, excelente sabor y presentación.
A estas alturas Alfonso nos abre un albariño Do Ferreiro, ya sabéis que muy rico.
Y de segundos…
• Solomillo de cerdo ibérico con salsa de shitake y pastel de patata.
• Magret de pato con salsa de frutos del bosque.
También había pez vela, pero creo que ninguno lo pedimos…
Las raciones son perfectas para llegar a los postres con un pelín de hambre aún, además sería pecado no probar las delicias que nos ofrece Elena…
• Tarta de San Marcos
• Brownie
• Tarta de frutos rojos y chocolate
• Piña laminada con caramelo y almendra
Una maravilla.
He dejado el café… me he vuelto superfino y nos dejan la caja de infusiones, escojo de naranja y canela, pero Alfonso me la cambia por otra que me encantó.
Siempre atento a la mesa, a nuestras preguntas y a ofrecernos en cada momento las novedades que tiene.
Antes de acabar nos invitó a una copita de vino dulce Par, un vino original, que se elabora con vino oloroso que dejan en contacto con piel de naranja amarga que le da un sabor muy rico en matices.
Pues eso, que como siempre una estupenda velada que me plantea una duda existencial… si después de tomar lo anteriormente reseñado (ostras, solomillos…) y de beber un Do Ferreiro servido perfectamente en copas Riedel, de enamorarnos con los postres y con vuestra personalidad y además cobrarnos ni veinte euros por persona… con qué predisposición debo ir a otros locales???
Siempre acabo saliendo de estos comparándolos y claro, las comparaciones son odiosas.
Eres malo Gallego, eres malo.
Un abrazo familia.