Restaurante Blanco y Negro en Oña
Restaurante Blanco y Negro
País:
España
Provincia:
Localidad:
Dirección:
Cód. Postal:

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Precio desde:
22,50 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
30 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
7.6
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
7.3
Comida COMIDA
8.2
Precio medio entorno ENTORNO
6.6
RCP CALIDAD-PRECIO
8.9
Opiniones de Blanco y Negro
OPINIONES
5

Buena cocina, originalidad, atención espléndida, precio lógico

Calidad/ precio muy buena

Buen asesoramiento en vino

Ideal para ir y repetir, hay que añadirlo como fijó a la relación personal de restaurantes

Manuel Puelles

Visita a la localidad de Oña con motivo de la exposición de las Edades del Hombre.

Con reserva previa, a las 15 horas nos acomodamos cuatro personas en una mesa amplia junto a una ventana, con generosas vistas de la calle.

Entorno interior perfectamente definido por los comentarios anteriores.

Comenzamos con aperitivo de salmón marinado que estaba acabado con granos de café, al que acompañaba una crema de queso a las finas hierbas. Especial y con toque inesperado, pero que resulto muy elogiado.

Seguimos compartiendo:
- Dos alpargatas (plato tradicional del local), de generosa ración, que consta de una. tosta de pan a la plancha con jamón ibérico, tomate natural y ajo. Combinación más que conocida, pero en este caso con unas muy buenas proporciones y calidades de los componentes.
- Cerramos aperitivos o entrantes, con un montadito blanco y negro, otra especialidad de la casa, que consta por capas de berenjenas, bloc de foie y queso de cabra a la plancha, naranja y confit de cebolla con reducción Pedro Ximénez.

Llegado el momento de los platos, uno de los comensales opto por repetir con salmón marinado que habíamos tomado como aperitivo y los otros tres, optamos por probar la cocina de Senegal, pidiendo:

- Yassa poisson: pescado macerado a la brasa (en este caso una dorada de ración) con salsa de cebolla y arroz blanco jazmín.
- Yassa Poulet : pollo a la parrilla macerado al limón con salsa de cebolla y arroz blanco jazmín
- Brocheta de cordero: carne de cordero macerada a la brasa con salsa de cebolla tostada y cous-cous.

Gustaron los tres platos, con un puntito especial tanto el pescado, el pollo, como el cordero por el macerado previo.

Postres:
- Dos sorbetes de Cava.
- Copa de helado de nata.
- Copa de helado de sorbete de mandarina.
Gustaron los postres, siendo de destacar la cremosidad de los helados.

Del vino: carta sorprendente y con buen sentido común, multitud de opciones y unos precios muy comedidos. Buenas copas, cambio de las mismas en cada botella y buen servicio.

Tomamos: un blanco austriaco de Wachau, Nikolaihof Grüner Veltliner Hefeabzug 2011y un vino francés tinto Esprit de Gigognon 2010 (13 euros).

Cerramos con una infusión de infusión natural de rooibos, cada uno.
El precio total de todo lo descrito, sin vinos, fue de 90.10 euros.
Como detalle apunto que el precio del pan por comensal fue de 0.60 euros.

Comentarios:

Hace cuatro años, aunque aún no le conocía personalmente, nuestro compañero G-M, que frecuenta esta zona de las Merindades, me llevó por su comentario previo, a este otro restaurante de la zona

https://www.verema.com/restaurantes/37311-rest-hotel-ciudad-de-medina-medina-de-pomar

En esta ocasión fue el bendito culpable, de la visita a este restaurante, por indicación directa.

Aunque la localidad presentada bastante bullicio con motivo de la exposición de las Edades del Hombre, previamente a acudir a este restaurante merodeé un poco por la villa y otros restaurantes disponían de mesas para poder comer, sin embargo en la puerta de este, colgaba el cartel de “completo” y pude apreciar como en más de un ocasión, les negaron a comensales la posibilidad de comer, a pesar de tener una terraza exterior como ampliación.

En cuanto a la comida, todo a muy buen nivel, ofreciendo la posibilidad de viajar figuradamente al Senegal sin salir de Burgos, o quedarte aquí con un buen jamón. Hablando de jamón y refiriéndome a las alpargatas, me sorprendió no sólo la calidad, sino la cantidad que por 3,5 € por ración te ponen, pues la longitud de cada tostada era de unos 25 cm, bien cargadita y con calidad como he referido. Los platos de Senegal gustaron por la materia prima principal, elaboración y los acompañantes, tanto el arroz como el cus-cus, quizás otro pescado le hubiese dado otro tinte.

Hablando de la carta de vinos, otra agradable sorpresa, como podéis haber leído, tomamos un vino francés y otro austriaco, pero ahí no acababan las posibilidades de fuera de nuestro país, pero es que dentro del mismo, creo que estaban la gran mayoría de las denominaciones de origen representadas. Su precio es muy comedido, no estando muchas botellas gravadas más allá de cinco euros. Según nos comento la responsable de sala, al extrañarnos el nivel de la carate de vinos y felicitarle, su asesor y proveedor en un gran porcentaje es Paco Berciano, pero ellos ponen su amor por el vino y su cordura con los precios.

Aparte de lo descrito leí que disponían de un menú, con una pinta excelente, que si no recuerdo mal, costaba unos veinte euros o poco más.

En resumen, local para anotar en la agenda, con visita obligada por varios motivos, cocina con sus detalles africanos, su carta de vinos, su amabilidad en el servicio y por sus precios.

He estado unas cuantas veces en "Blanco y Negro", pero es la primera vez que me animo a escribir y, es que creo que merece la pena recomendar una paradita en este rinconcito de África y disfrutar de buena comida, buena gente y nuevos sabores. Todos los platos que he probado están riquísmos, aunque yo os recomendaría las "delicias", cualquiera de ellas (Yassa Poison, Yassa Poulet, dibi...), os encantarán si sois amantes de los sabores exóticos. Para los más tradicionales, también hay platos más de la tierra que tamién están muy buenos.No dejéis de probar tampoco las ensaladas y algún entrante de esos tan buenos que nos hace Arona (el montadito Blanco y Negro está para chuparse los dedos).La musiquita de fonfo y el ámbiente étnico de harán disfrutar aún más de la rica comida.
Muy buen servicio,comida de calidad puesta con mucho gusto y accesible al bolsillo,!qué más queremos!

Desde mi primera valoración, hace ya cuatro años (https://www.verema.com/restaurantes/4262-blanco-y-negro-ona/valoraciones/312475) el restaurante se ha consolidado, es más, ha crecido, pero siempre continuando fieles a sus orígenes y manteniendo como pilar esa dualidad en la carta de cocina castellana con tímidos toques de autor / cocina senegalesa.

Si tenemos que destacar una mejora es sin duda en el tema vinos. Han ampliado la oferta con mucho acierto, pudiendo encontrar referencias de varias zonas tanto nacionales como internacionales, todas ellas atractivas. Desde luego se nota que están muy bien asesorados en este apartado.

A mediodía tienen un menú interesante, bien compensado y con excelente RCP.

La últimas vez que estuvimos fue por la noche, y de la carta seleccionamos:

Fresquitos. Se trata de melocotones en almíbar rellenos de queso blanco y bonito. Una delicia, refrescante como su nombre indica e ideal para primer entrante.
Montadito b & n. Compuesto por berenjenas plancha, foie, queso de cabra y confit de cebolla al px. Original y sabroso.
Ceebu Jen. Según indican es el plato nacional de Senegal, y es como una especie de cocido seco con el arroz jazmín como base, con pescado frito (una generosa rodaja de corvina), zanahoria, yuca y repollo, al que puedes acompañar con una salsa africana hiperpicante que, por otro lado, está soberbia. Muy rico. El arroz, presente en todas sus propuestas africanas, lo bordan. Le dan un toque exótico y sustancioso muy atractivo, realzando todos los platos.

Vista nuestra comanda puede dar una impresión sesgada. Aclarar para evitarlo que también puedes encontrar en su carta una simple morcilla de Oña, o unas croquetas caseras, o una sepia a la plancha, o lo que más fama le dio en su día, unas alpargatas (tostadas con jamón ibérico, tomate, aceite y ajo).

Tomamos un blanco del austriaco valle de Wachau, Nikolaihof Grüner Veltliner Hefeabzug, que estaba espectacular. Correctamente tratado.

Me ofrecieron, y por fortuna acepté, una infusión natural de rooibos. Nada que ver con las industriales.

Quizás sea mejorable el entorno, sobre todo en lo concerniente a la sonoridad, pero… no se les puede pedir más, al fin y al cabo estamos hablando de un restaurante de una localidad que, aunque ciertamente bonita, monumental y rebosante de historia, tiene poco más de 1.200 habitantes.

El servicio continúa en la misma línea de calidad, brindado por su propietaria, profesional, simpática, cuajada y, lo más importante, con mucha ilusión, casi más que cuando conocí este singular restaurante, como decía, hace cuatro años.

Repetiremos, cada año que vayamos, que espero sean muchos, les haremos una visita. Sin ninguna duda.

Falta le hacía a Oña un restaurante en condiciones. Con Blanco y Negro se cubre esta carencia.El nombre deduzco que proviene de las razas de los propietarios: blanca ella y negro él.Combina platos burgaleses con alguna innovación y con aportaciones del cocinero africano, como dos tipos de arroces con sabores exóticos y que están francamente sabrosos.Las entradas, tipo "picoteo", muy buenas: alpargatas de jamón, botones (champis), morcilla de Oña...Carta de vinos muy parca.Muy bueno el servicio brindado por la propietaria.RCP: satisfactoria.

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