Me persone en este restaurante, para comprobar en persona, las tan buenas valoraciones que tiene.
Me sorprendio al entrar, tener la sensacion de estar, como algunos han comentado en un verdadero y grandioso museo de vino.
Como siempre hare constar en la valoracion el entorno que me rodea al entrar y no el del propio restaurante.
Mi acompañaante pidio 1/2 de anchoas.
No tengo por costumbre en los restaurantes solicitar productos no elaborados en la cocina, Jamon anchoas etc (manias mias)
Contunuamos con un escabeche de atun rojo, para mi gusto con demasiado vinagre, no muy excesivo pero si demasiado abundante para mi gusto. Correcto
De segundo pedimos Mero a la plancha, para mi acompañante con refrito de ajos, para mi simplemente a la plancha que es como me gusta. Estaba perfecto.
Pedi tarta de queso sin ningun añadido, tenia un suave biacocho por debajo de la misma. Muy buena.
Cafes y chupitos los mismos de orujo con te, nunca lo habia probado, Me gusto.
Si se nota mucho y diferencia con otros restaurantes la profesionalidad de los camareros. Caso Antonio que nos amenizo la comida de vez en cuando, siempre de forma comedida y correcta.
El restaurane en general me parecio correcto y volvere, pero haciendo la salvedad de la carta de vinos y su museo, creo que en Santander hay muchos restaurantes que no son tan valorados y en realidad superan a otros o por lo menos me lo parece a mi modesto entender.