Restaurante Otano en Pamplona / Iruña
Restaurante Otano
País:
España
Provincia:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
35,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
43 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
7.4
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
6.6
Comida COMIDA
7.9
Precio medio entorno ENTORNO
7.6
RCP CALIDAD-PRECIO
7.3
manitas con foie
lasaña de changurro
fritos de la casa
Opiniones de Otano
OPINIONES
5

Primer día por tierras navarras y visita a Casa Otano en pleno centro pamplonica tras reserva previa para comer cuatro personas.
Amplio comedor en el primer piso con una estupenda separación entre mesas en el que degustamos como primeros platos un par de menestras de verduras con jamón que quitaban el hipo y unos infalibles espárragos de Navarra.
Como platos principales, manitas deshuesadas crujientes con foie (melosas y exquisitas), tataki de atún rojo, solomillo al foie con manzana confitada y salsa Oporto y solomillo con crema de queso parmesano.
De postre, una riquísima cuajada de oveja con nueces y miel, sable de avellana y dos tartas de trufa.
Carta de vinos con precios muy comedidos y bastantes referencias, navarras en su mayoría, de entre las que elegimos un rico y goloso Pago de Cirsus Vendimia Seleccionada 2014 (17 euros) con 12 meses de barrica, y para el postre una copa de Ochoa Moscatel (4.5. euros).
Buen menaje y buen servicio.

Acogedoras instalaciones y cálido servicio. Entrantes para compartir: alcachofas con cardos, alubias rojas. De segundo generosos chuletones con pimientos y patatas. Calidad y sabor. Postres, aunque caseros, mejorables.
Carta de vinos a precios correctos. Reducida pero adecuados y bien conservados y servidos.
Magnífica experiencia.

Comida en CASA OTANO, en pleno centro de Pamplona, restaurante que lleva abierto más de un siglo (desde 1912) sirviendo recetas de cocina navarra tradicional, combinadas con algún plato de corte más moderno. Local en dos alturas, en la planta baja una taberna de toda la vida que sirve sobre todo pinchos, y en la planta alta el restaurante. Un sábado a mediodía y el comedor hasta arriba de gente, qué gusto cuando los negocios funcionan.

Dos personas, para abrir boca pedimos una selección de fritos de la casa: pimiento, huevo, croqueta, jamón y queso. Buen comienzo, rebozado muy fino, tipo tempura y sin pizca de grasa. Había hambre y duraron un suspiro.

De plato principal, una sabrosa lasaña de changurro, servida con una salsa de carabineros y tinta de calamar de toma pan y moja. También manitas de cerdo deshuesadas hechas a la plancha con láminas de foie por encima, un plato meloso y exquisito, una delicia.

Terminamos con una tarta de trufa con chocolate caliente que, pese al nombre tan sugerente, resultó ser industrial y un tanto insípida, prescindible.

Buena carta de vinos, muchas referencias con precios muy razonables, nosotros pedimos un tinto de la tierra, Pago de Cirsus crianza, elaborado con variedades tempranillo, merlot y syrah, servido a su temperatura, que acompañó estupendamente el festín.

Mesas vestidas, servilletas de tela, menaje y copas decentes, y un servicio atento de camareros de toda la vida. Pagamos 68 euros por todo. Buena relación calidad-precio que lo convierten en una opción recomendable en Pamplona.

  • manitas con foie

    manitas con foie

  • lasaña de changurro

    lasaña de changurro

  • fritos de la casa

    fritos de la casa

Situado en el mismo centro de Pamplona diferencia la planta baja del primer piso, en la planta baja una larga barra ofrece una gran variedad de pintxos y raciones y donde se sirve cantidad de vino y cerveza.
Situados ya en la planta superior un cuidado y agradable comedor con varias salas te está esperando con un atento y amable servicio, buena separación entre mesas elegantemente vestidas con manteleria, vajilla y cristalería de buen nivel.
De primero compartimos unos pimientos asados de Lodosa y una ensalada templada de pulpo, de segundo calamarcitos a la plancha acompañados de verduritas cocidas al vapor y una chuleta de buey muy tierna y gustosa acompañada de unas ricas patatas fritas caseras.
Pedimos un vino de la tierra y nos aconsejaron un Pago de Cirsus de la variedad tempranillo. 2 cafés

Navarra es un buen lugar para comer y Pamplona también, y Otano refleja perfectamente como con el paso de los años un restaurante puede evolucionar y mejorar sin perder su esencia. He estado en tres ocasiones, la última el pasado otoño, y me encontré con un local mejorado, renovado, modernizado. La decoración de asador típico de antaño se había fundido con el diseño, los manteles de hilo blanco finos y unos servicios cuidadísmos. No por ello ha perdido su esencia, aunque ha refinado sus presentaciones y elabora, quízás a costa de la cantidad (ahora más escasa), todos los productos un poco más. Dicho de otra manera: se puede seguir yendo a comer chuletón o perdiz en su época, pero ahora han añadido un ligero toque de modernidad a su cocina que lo convierte en un asador actúal, de primera línea. De los clásicos, afortunadamente hay muchos. Buena carta de vinos. Recomendable.

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