Estuvimos ya unas cinco veces en este conocido restaurante, casi siempre satisfechos, sobre
todo del arroz meloso con pato.
Esta vez eramos diez personas para celebrar un cumpleaños. Los entrantes (croquetas de bacalao, puntillas, caracoles, titaina, tellinas) muy buenos. Los acompañamos con un Chardonnay de Enrique Mendoza. Copas regulares, servicio mínimo.
Como platos principales escogimos arroz meloloso con pato (muy bueno y abundante), arroz a
banda (muy flojo) y lenguado (satisfactorio). Quisimos maridarlos con un buen vino valen-
ciano y pedimos dos botellas de TRILOGIA de Bodegas Los Frailes. La camarera las descorchó y las dejo en la mesa. Cuando pedimos unas copas adecuadas para este vino tinto de catego-ría,se nos contestó que se habían acabado las copas, ya que estaban en el lavavajillas. Así que o comimos el arroz sin vino o lo echamos en las copas del blanco o del agua.
Terminamos la comida de mal humor y decidimos unánimamente no volver a este restaurante.

El local no puede ser más típico, pues se trata de una auténtica barraca valenciana. El comedor está ubicado en el cuerpo central y único de la edificación, el cual mantiene la estructura original. Techo, suelo y paredes son también originales. El espacio está bastante aprovechado, pero no hay estrecheces, aunque el ruido de las conversaciones es algo elevado..
El servicio es eficiente y profesional, no hay que esperar casi nada para que te empiecen a atender, señal de que la cocina funciona a buen ritmo.
La carta de vinos es bastante equilibrada, contiene referencias clásicas y bastantes novedades de las nuevas tendencias en enología. Lo mejor es dejarse aconsejar, sobre todo por que algunos vinos todavía no se han incorporado a la carta definitivamente.
La carta como corresponde a su orientación es de cocina valenciana. La estrella de la carta son los arroces, en todas sus variedades, pero existen otras opciones. De postres los flanes, de naranja, café o chocolate, sin palabras, sobre todo el de naranja..
En conclusión, una buena opción de cocina tradicional para comer a gusto, lástima que se tenga que reservar con tanta antelación.

Buen lugar para quien pretenda tomar un buen arroz sin más. La comida correcta, sin más. Estuvimos ubicados en la barraca y al principio bien, pero a medida que fue llegando gente y corrió la sangría (!) el nivel sonoro fue aumentando hasta llegar a ser muy molesto. De hecho nos fuimos sin tomar café por salir de allí antes... Creo que en la terraza esta molestia no será tan grande.

&Quot;La genuina" es un restaurante ubicado dentro de una típica barraca valenciana ampliada. Lo que consideraría el "comedor principal" está bastante bien ambientado en cuanto a decoración se refiere. Sin embargo, puede que te toque una de las mesas que se encuentran frente a la cocina y todo el encanto se rompa (contribuye a ello, además, el que los camareros, al estar en zona de paso, estén constantemente golpeando las sillas de los comensales).

El servicio deja mucho que desear, no sólo en profesionalidad sino en la atención al cliente; en especial llama la atención uno de los camareros de mediana edad que parece que está haciendo un favor al tomar nota y, que se encarga de recordarte, si llega la hora exacta del siguiente turno de comidas, que debes apresurarte para dejar la mesa.

Los entrantes (tellinas, calamares...) y los postres (flan de naranja, crema de higos...) de lo mejor. Los arroces estan bien pero no destacan especialmente sobre otros de otros restaurantes. De la carta de vinos y el conocimiento por parte del personal de los mismos, mejor ni hablamos (pésimo).

En resumen, "críate la fama y échate a dormir"... No es un restaurante que recomendaría. La comida y la estética del comedor principal de la barraca estan bien; sin embargo, el ambiente y la atención al cliente dejan mucho que desear y éso puede enturbiar la comida más exquisita del mundo.

No es un restaurante para que te sorprendan, mala carta de vinos, no muy buen servicio, pero me gusto, por las barracas valencianas donde esta situado, la comida tipo de casa con la cazuela en el centro de la mesa, comimos un arroz, caldoso de pato, morcilla, panceta, muy bueno, si os apetece algun arroz no dudeis en ir, pero no espereis nada mas de lo que se puede decir restaurante. Solo la comida,
para llegar a la mesa que teniamos reservada, pasamos por tres barracas, incluida por dentro de una de ellas que era "la cocina" pero volvere, solo por el arroz otra vez lo repito, un abrazo..

Ubicada en Pinedo encontramos esta típica barraca valenciana de época. Curiosa arquitectura del local que le da una atmósfera adecuada al restaurante.
Cocina típica valenciana de la que destacaría el espectacular arroz con pato. Buenos los entrantes y los postres. No es el local en el que debes de buscar la arquitectura del plato sino la materia prima y los puntos de cocción.
En cuanto a la bodega habría que dividirla entre:
a) La que está escrita: abundancia de vino valenciano, Rioja y Riberas, pero buena selección, con referencias muy interesantes.
b) La que realmente tienen... tras tres intentos fallidos, por fin elegimos un vino de la carta que tenían en la bodega. Pero con la espera de la búsqueda del vino (pues se ve que no controlan demasiado el economato) nos comimos prácticamente el arroz sin vino.
Otro detalle que tampoco nos gustó es que no tenían pan... así que comimos sin pan.
El servicio es educado y amable pero poco profesional: demasiados errores, no conocen la bodega, etc.
Mejorables también las copas, por lo que desde el punto de vista del servicio del vino, este restaurante deja mucho que desear.
De todos modos la cocina es excelente y si se es consciente del déficit del local, permite el disfrute del mismo y una comida distendida y de calidad.

Sólo he tenido la oportunidad de ir una vez pero me "enamoré", no sólo por el sitio (una barraca valenciana) sino por la calidad de la comida. Me habían comentado que se trataba de un restaurante especializado sobretodo en arroces así que no dudé en probar un "arròs amb carranc" (arroz con cangrejo) que me habían recomendado. Posiblemente sea el mejor arroz meloso que he comido en mi vida. El arroz estuvo acompañado por un buen vino valenciano (Maduresa creo recordar). Así que si tenéis la oportunidad de probar cualquier tipo de arroz recomiendo La Genuina, en especial el arroz con cangrejo.

Ya había estado en "La Genuina" a principios de verano y esta segunda vez me gustó bastante más que la anterior.

Mi comentario incide en lo ya apuntado anteriormente: local-barraca lleno de tipismo, bullicioso y un pelín incómodo. Cocina valenciana, con excelente trato a los arroces y a las tapas y entrantes más típicos. Precios muy razonables. Carta de vinos bastante decente diría yo, con referencias interesantes sobre todo en cuanto a vinos de la C. Valenciana, Rioja y Ribera del Duero se refiere.

Altamente recomendable el arroz con pato, versión de la zona de la albufera del "arrós amb fesols i naps". Raciones ciertamente generosas. También destacable el entrate de chipirones en su tinta con habitas y ajetes. En cuanto a postre (probamos el surtido) me quedo con el arnadí y con la exquisita crema de higos.

Servicio afable y de trato familiar, aunque no demasiado profesional. Servicio del vino: Bien la carta como dije antes y la temperatura de servicio (debe haber armario), mal el coperío y la forma de servirlo.

Recomendable, sobre todo, en plan turístico, y para llevar gente de fuera a comer a un sitio típico.

El sitio es auténtico y genuíno ..como bien dice su nombre.Las sillas un poco incomodas y el servicio bastante seco, más bien transportistas de platos, pero se come de maravilla, materias primas de primera calidad y cocina tradicional valenciana.
De picar mejillones al vapor pequeñitos y excelentemente elaborados, arroz caldoso con bogavante muy sabroso y para repetir.
Servicio del vino flojo
Muy acogedor, recomendable.
Relacion calidad precio buena

Gratisima sorpresa al descubrir que todavia se ofrece un excelente arroz abanda con su segundo plato de acompañamiento del pescado y marisco usado a tal fin, dentro de su comedor situado en una tradicional barraca valenciana, y situado justo en el comienzo de Pinedo (con parking propio), se encuentra este curioso restaurante, decorado con elementos tipicamente valencianos, plagados de fotografias de antaño que recuerdan como fue la historia.
La oferta gastronomica alcanza desde el buen trato de los arroces, entre ellos el de pato de la albufera, hasta los pescados excelentemente tratados.
En cuanto al vino, ofrece interesantes opciones y aun precio francamente atractivo, si bien el arte de servir no existe ni por asomo, ni interes en ello tampoco.Las copas traidas expresamente desde Hipercor, no permiten todo el disfrute merecido.Pero quiero resaltar que este aspecto no es el mas importante, en este caso la cocina y la relacion final con respecto al precio, hace que sea inevitable recomendarlo, no esperen nada especial en cuanto al servicio de camareros, casi inexistente, excepto el rubio, el resto pasaba por alli.En conclusion muy buena casa de comidas, a un precio muy atractivo que ronda con vino y postres (fabuloso Arnadi) los 25€ por persona, sin acabar lo que te sirven.