Que con el tiempo mejora...
Despues de muchos años sin ir, me ha sorprendido con la nueva decoración del local, conservanzo la esencia de todos los años que lleva...
Una de las mejoras, para mi de las mas importantes, es la gran cava de vinos que han instalado en la entrada, donde siguen apostando por lo vinos de Aragón pero que en mi visita degusté un gran Alonso del Yerro de Ribera, que no en muchos restaurantes encuentras.
La comida como siempre, muy buenas migas, garbanzos con bogavantes... y como no la paletilla de ternasco deliciosa como siempre.
Con este cambio he podido ver como han renovado en presentación y nuevos platos, manteniendo la esencia de siempre.
Resumiendo, sigue siendo una apuesta segura.

Despues de mas 30 años no voy a decir que estoy equivocado al sentarme a comer en la Rinconada ni mucho menos.
la familia que lo regenta y sus trabajadores son profesionales buen servicio ha mejorado el trato del vino copas buenas (hay que pedirlas) y servicio de vino regular, la carta esta actualizada con excelente representacion Aragonesa logica y ademas me gusta.

la carta sigue manteniendose con pequeñas variaciones, pero lo esecial lo siguen cuidando las migas, morcilla de aragon, longaniza y algunos platos tipicos de la cocina Aragonesa asi como los postres.

Restaurante aragonés, típico donde los haya, y una decepción enorme, servicio cordial y cercano, pedimos primeros a compartir, garbanzos con bogavante que no estaban mal para ser de bote, y el bogavante congelado, ensalada de bacalao aceptable y de segundo un ternasco un tanto reseco, y un gran fallo no disponer de lechazo. Resumiendo, no se puede decir que deje en buen lugar a la cocina aragonesa, y el precio 173 € de 5 personas, incluyendo postres y cafés. Servicio del vino absolutamente rústico.

DESDE LUEGO, TERNASCO Y MIGAS CON TODO¡
NO ESTOY MUY DEACUERDO CON LO DE LOS VINOS, CREO QUE LA TIENE BASTANTE CORRECTA, NO ES MUY AMPLIA, PERO DESDE QUE LA CAMBIARON, YA NO SOLO HAY DE ARAGON, HAN ACERTADO CON CRECES¡ TIENEN CARRAOVEJAS, ABSUM, EMILIO MORO, MAURO... CREO QUE HAN SABIDO SELECCIONAR CADA D.O BASTANTE BIEN.
EL PERSONAL ES MUY MUY FAMILIAR Y TE HACEN ESTAR EN EL SALON DE TU CASA¡
SI ES COMIDA DE NEGOCIOS, SALEN LOS DE FUERA ENCANTAOS, Y SIEMPRE QUIEREN VOLVER¡

Lugar típico de los aficionados a la cocina aragonesa en su visita a Zaragoza. El sitio se encuentra en los bajos-esquina de un edificio. Las mesas se encuentran algo juntas lo que hace que en algunos momentos haya demasiada sonoridad. La carta de vinos es bastante corta donde predominan los vinos de las D.O.s de Aragon. Las copas son bastantes mejorables, les pedimos otras copas y nos sacaron otras mas adecuadas. En cuanto la comida es donde sobresale este restaurante, el 3 es un 3 alto. Como platos recomendables el ternaco (excepcional), el conejo con caracoles, las manitas de cerdo. No dejar de pedir las migas, nada aceitosas y servidas con unos granos de uva, que combinan de maravilla con el salado de los taquitos de jamon. Buena RCP.

Un valor seguro en lo referente a cocina tradicional aragonesa. Local tipo mesón, "con mucha vidilla". Siempre lleno, siempre animado.
Buenas Migas a la Pastora e insuperable Ternasco.
Carta de vinos cortita aunque con varios caldos aragoneses. Nos decidimos por el Alto Moncayo (30€, Garnachaza...¡16 grados!) que fue un gran compañero de viaje para el mencionado Ternasco.
Simátiquísimo y familiar el servicio.
Buena RCP, 30€/pax.

Local típico con comida regional bien elaborada, famosas son sus migas y ternasco la carta de vinos correcta rcp y las copas mejorables, el trato es amable y campechano desde los dueños hasta el personal, que hace sentirte como en casa