Buena cocina, raciones pequeñas y mala RCP
Nuevo local por la zona de Abastos. Se trata de un pequeño restaurante para 24 comensales como máximo, bautizado como tapas, pero en el que no hay barra para este arte.
La cocina es de corte casero, con toque imaginativos y suele tener un plato del día. No disponen de carta y no especifican ningún precio, por lo que se corren los riesgos inherentes. Sí en cambio los vinos, cuya carta es casi tan minúscula como el local y con precios bastante elevados. No está de más poner botellas de corte medio para ampliar la oferta. Al final optamos por uno de Utiel-Requena de 13 euros, que no mereció la pena. Hasta me he olvidado de su nombre.
Las raciones son pequeñas y caras. Un sepionet 14 euros; una ensalada de gambas, otros tantos y una pequeña porción de atún fresco a la plancha con tomate (para un comensal es ridicula), 9.
El café al menos lo mantienen a 1 euro.
Dudamos en volver.