Lo bueno y lo malo

hace algunos dias ya que nos decidimos por el restaurante Alcuza lo que habiamos leido sobre el y porque de repente nos entraron ganas de comer una buena pieza de carne. Al llegar nos recibieron amablemente aunque ya era un poco tarde. Hasta ahi, bien.
La decoración del restaurante deja mucho que desear, no para la barra de tapas pero si para una mesa de restaurante que se espera uno. No es suficiente de poner un mantel en la mesa. Tambien hay que plancharlo si se quiere dar una buena imagen y crear un ambiente elegante y agradable.
Muy sorprendente fue tambien que nos sentaron en la mesa y no nos atendió nadie hasta pasados por lo menos 10 min. aunque habia relativamente pocos clientes. lo primero que nos traen es la carta de vinos (¿?). Nos decidimos por un Abadia Retuerta Selección especial (siempre una apuesta segura en relación calidad-precio), porque muchos de los vinos de la carta tenian escrito a lapiz que no quedaban.
Después de todo esto, al fin nos traen la carta de comida. El Maitre es un señor de la vieja escuela, lo que a mi siempre me agrada. Muy correcto. El resto del servicio no lo voy a comentar porque no existe. El vino cerca de la mesa y `tu mismo´. Los camareros no son ninguno profesional sino gente que trabaja como tal porque, bueno, `es lo que hay´.
De entrantes pedimos una ensalada de perdiz en escabeche. Muy acida, no se podia apreciar el sabor del perdiz y a parte unos tallarines de calamar de potera, este si muy bueno aunque yo personalmente prefiero que me sirvan la pieza del calamar entera.
Por ultimo tomamos chivo lechal, buey de cobe y solomillo de retinto. Todos muy buenos y las carnes rojas en su punto perfecto.