Hacía mucho tiempo que lo visitaba y tenía muchas ganas ya que la última vez me dejó muy buen sabor de boca.

Ahora la oferta se basa en dos menú uno a 68 euros (tradición) y otro a 89 euros (innovación). Escogimos el innovación y que acierto!

Empezamos con unos divertidos entrantes:

- conserva de setas (agradable)
- higo caramelizado (algo dulzón)
- pan con tomate y aceite (muy senzillo)
- pan con mantequilla de trompetas (rico rico)

Seguimos el menú con:
- crema de calabaza (muy rica)
- espárragos blancos con navaja y cítricos (mejorable, sobretodo el espárrago)
- coca de anchoas y ceps (una pasada)
- higado de pato con anchoas y pera, con tortell d'Olot (muy rico)
- escabeche de perdiz (mmm)
- ensalada de rovellons con iberico
- escudella de pato azulón con royale (muy profundo, aunque un poco cargado de mantequilla).
- ou de reig con huevo poché (bueno)
- calamares con cebolla y fredolics (una pasada!!)
- arroz de tordo con setas (muy bueno)

Seguimos con los postres:

- Eiswein (compota de manzana, ciruela y petazetas) bueno y refrescante
- Peras al vino (llega con una botella de Viña Ardanza y voilà!)
- Coulant a la brasa con helado de frambuesa (rico, muy rico)

Petits fours correctos sobretodo la trufa.

Muy bien volveremos nos lo apuntamos en nuestra lista de restaurantes preferidos

Ayer fuimos a comer a Ca L'Enric mi pareja y yo para celebrar mi cumpleaños. Hicimos la reserva hace varios meses, para que nada nos pudiera impedir disfrutar de un gran día. Además yo había estado hace dos años y salí impresionado, del sitio, el servicio y el menú degustación. Pero nada salío como estaba previsto... Era un sábado y la sala estaba muy tranquila, en total eramos 10 pax.
Nos trajeron la carta y los menús degustación, y nos ofrecieron una copa de cava de bienvenida. Nos decantamos por uno de los menús degustación de los dos que había, uno era de 68,50€ más iva y el otro de 98,50€ más iva.
La carta de vinos para mi gusto es bastante confusa, además esta toda tachada, lo que no la hace agradable. Pedimos dos botellas de medio litro, una de albariño(Maestro Mateo) 20€, un vino muy muy flojo, y la otra de tinto (AN2)18€,discretamente aceptable. No nos dieron a probar ninguno de los dos!!
Los aperitivos estuvieron a la altura.(5 en total)
- tosta de anchoa con trufa: la trufa olía raro, muy floja
- huevo poché con setas y jamón: huevo muy cocido!!
- kokotxas con fesols: muy saladas
- tomate en texturas: el tomate insulso y nada sorprendente
- cigala a la brasa con su jugo: muy buena
- Arroz con camagrocs y pechuga de pichón: normalito
- Peras al vino: sositas
- coulant con helado: bueno pero poco original
- petits fours
No tomamos café, aunque tienen un sitio para los cafés y las copas que es muy agradable, con musica chill out, chimenea...
El servicio fue flojísimo, era un chico y una chica jovencitos, y muy verdes todavia en la sala, y sobretodo para un restaurante de esta categoría, el maitre bien pero se le escapan detalles que son imperdonables.
Pero la mayor sorpresa, a la hora de pagar. Los dos menús degustación se llaman de igual manera(TARDOR). Solo los diferencian los años, uno es 2006/2007 y el otro es 2010. Yo solo me fijé en el primero, y no ví ni siquiera que el de abajo se llama igual. Creo que se han de diferenciar más los nombres para que no haya este tipo de confusiones, además casualmente el que me cobraban era el caro. Bueno aclarado el malentendido nos fuimos.
Salimos con un muy mal sabor de boca, no creo que volvamos, sé que un mal día lo puede tener cualquiera, pero tantos fallos en un mismo servicio no se pueden tener.
Espero no haberos aburrido, prometo ser más breve en mis siguientes comentarios.
Saludos

Con motivo de una celebración entre amigos nos reunimos 15 personas el pasado 14 de Agosto en este bonito establecimiento. En primer lugar cabría destacar que el establecimiento gana a medida que te adentras en el, con aspecto de masía sobria popr fuera y un ambiente cálido y familiar por dentro. A nosotros nos ubicaron en un reservado que tenía terraza, una verdadera delicia. Empezamos con unos snacks entre los que merece especial atención la "Conserva de bonitol amb verduretes en escabetx". El snack fue servido en la terraza bañado con un cava Aria de Segura Viudas B.N.(Penedés), para después pasar a ser sentados en la mesa del habitáculo adyacente. Cada uno de los platos era correctamente presentado y explicado. Durante la comida sacaron hasta nueve platos entre los que destacaban notablemente la "Tomata en texturas" y el "Arrós d'escamarlà". No obstante me pareció que a lo largo de todo el menú abusaron de la tòfona (trufa de verano), que aparecía hasta en cuatro de las nueve preparaciones. Para terminar dos postres entre ellos muy bueno el postre de Mas Farró y unos petit fours correctos. En lo referido a vinos tomamos Botani 2008 Moscatel Seco de Málaga y Viña Selva de Mar de Mas Estela 2003, ambos excelentes y muy bien servidos.

Sin lugar a dudas un establecimiento con encanto y una cocina cuidada, aunque como pasa en muchos de estos establecimientos hay platos muy mejorables, en nuestro caso la hamburguesa de tonyina, muy lejos de su punto, y el ou pochè amb tòfona que también distaba de otros huevos cocinados a baja temperatura y similares de otros establecimientos de este nivel. Espero que sigan en la misma línea y poder repetir pronto.

Vajilla y copas correctas, no puedo hablar del precio ya que fui invitado.

Bueno, muy bueno. Nos hicieron un menu ad hoc que versó sobre los diferentes puntos de madurez de la becada.
Platos a recordar:
- la pechuga de becada de 15 días.
- La trufa negra magnífica.
- La ostra con tartar de becada, salvaje mar y montaña.
- La liebre a la royal, grande, grande, grande (Me contó Joan que Adria le dijo que solo debrían servir la salsa. No sé, no sé pero la profundidad que transmitía era trascendental).
- El sopa con sus carcasas (de repetir y repetir, como diría un bloguero de otro sitio).
En fin magnífica comida y mejor sobremesa.
Restaurante muy recomendable (esa liebre a la royal es inmensa).

Fuimos el sabado 25, la verdad es que bastante condicionados por la crítica de javier46 dejándolo por las nubes. Ciertamente, no exageraba nada.
El servicio atentísimo sin ser pesado y aconsejando perfectamente. El vino fantástico, nos dejamos aconsejar por el sumiller que nos trajo media botella de un blanco riesling alemán (no me digas el nombre, no se puede pronunciar) de 2002 espectacular y media de un priorato llamado odysseus 2004, bien acabado y maridando perfectamente todos los platos.
Los aperitivos eran muy buenos, pero lo que menos nos sorprendió, no me acordaré de todo pero era un pan con tomate relleno de aceite, mantequilla de trufa, aceituna rellena de queso y rodeada de una anchoa, verduras con ceps en fin, una mini comida ya de entrada.
Luego vino un yogurt de ceps, cremoso y que se hace corto de lo bueno que está.
Después una ensalada provenzal, es un helado de tomate y gelatina de tomate con hierbas que no se puede describir hay que probarla. Que más, que mas... una croqueta de trufa blanca que es para disfrutarla, una vieira , un... y así con todo.....
Dos buenos postres y luego a la sala para el café. Allí me pusieron un calvados de 15 años que ya me acabó de derretir.
En fin 239 euros con cafés y la copa pagados muy a gusto. Solo decir que ya tenemos reserva para otro día de Agosto. Os lo recomiendo!!!!

Hablar de Ca L´Enric es , hablar de otra dimension. Poco a poco y con trabajo serio, duro y constante han lo grado , no solo llegar a la cumbre e instalarse en ella , sino que ahora se nota que disfrutan , y mucho, de lo que hacen. Estan , y ya llevan mucho tiempo , absolutamente tocados por la varita magica. Todos los platos que generan son sinfonias de olores, de colores y de sabores. Sus menus degustacion estan ideados para , como en una representacion orquestal, ir de paulatinamente , en gradacion de menos a mas. Lo sorprendente no es que lo consigan, lo sorprendente, lo dificil es que lo logren puesto que desde sus entrantes el nivel es alto, altisimo.
Tomamos menu degustacion simplemente maravilloso. No enumerare todos los platos , pero no puedo dejar de nombrar las navajas con esparragos (que potencia en la boca al conjugarlos), la ensalada de trufa que te explota y te llena las papilas. Cigala en su jugo que parece que de repente estas en el mar de la Costa Brava. Mencion aparte merece el caviar de trufa. Este es un plato que demuestra con rotundidad que la discusion entre la cocina de producto y la coina elaborada esta desfasada y no tiene sentido. Aqui es donde se puede entender que la buena cocina es universal y no hace falta establecer discusiones esteriles. Gran plato , con un aoriginalidad fuera de lo comeun.
Croqueta de caviar de foie , plato original y pletorico y digno de un tres michelin. Croqueta por fuera , que al morder se esparce foie liquido en la boca . Entra de repente, no lo esperas y cuando lo notas , el sabor de foie abruma, avasalla , explotando en la lengua.
Excelente lubina y en el apartado de las carnes , dos sencillamente impresionantes : Crordero y Mollejas. Tiernas, mantequilla en su textura , pero con un sabor potente y redondo.
De postre helado de sandia y postre lacteo. Originales y como no, llenos de sabor
En resumen, cocina con materia prima de calidad estratosferica, tratada con respeto, originalidad, profesionalidad, imaginacion , cariño y mimo. El resultado son platos basados en el sabor enorme y el respeto por el producto tratado de una forma personal e intransferible. Si añadimos al enorme nivel de Isabel y Jordi Junca en la cocina , la sala comandada por su hermano Joan, un autentico crack con su mano derecha Juan, nos encontramos con un restaurante situado en otra dimension, no solo en España , sino me atreveria a decir que en Europa.
Ellos consiguen que la cena sea una puesta en escena de comida de primerisimo nivel acompañada de un servicio de sala que se desenvuelve como la maquinaria de un reloj. Cadencia entre plato y plato perfecta. Nunca falta pan ni bebida.
Aqui se viene a disfrutar y ver como disfrutan los que hacen posible este restaurante, en el cual cada funcion es unica e irrepetible, por lo que el trato , cada vez , es unico e irrepetible.
Felicidades a los hermanos Junca y a todo su equipo porque ademas de su continua progresion gastronomica , han mejorado la estetica del lugar , siendo lo ultimo una cocina vista desde la entrada con unas vistas maravillosas a la Vall de Bianya .
EMHO sin duda , es un templo gastronomico
Servicio de vino simplemente perfecto
El precio es sin vinos

Estuvimos comiendo el pasado fin de semana en este encantador restaurante y la verdad es que no salimos en ebsoluto defraudados. " aperitivos, 5 entrantes 1 plato de pescado y otro de carne con 2 postres. El cafe hay que tomarlo en sala aparte. El servicio muy amable.Muy recomendable.

Restaurante agradable, aunque quizás un tanto pretencioso en las formas. La comida es correcta para un local con estrella Michelín. El servicio de vino es impecable, probablemente lo mejor. Les explicamos el tipo de vino que nos gustaba y acertaron plenamente con un Ribeira Sacra, muy poco conocido y no muy caro, absolutamente excelente y de nuestro agrado. El café en una sala aparte está bien aunque el trasladarse a dicha sala no debiera ser obligado sino a discreción del cliente, especialmente en invierno ya que en esa sala hace un frío que pela!! El volcán con el café también puede ahorrarse, ya que es un detalle más hortera que atractivo. Salvo esta pequeñas críticas lo cierto es que la comida es buena, el servicio correcto, el vino excelente y el servicio agradable.

Fuimos a comer para una celebración un grupo de unas 20 personas. Destaco la cálida acogida y la comodidad de su nuevo reservado, más amplio y perfecto para ir con niños pequeños que campan por el suelo jugando sin molestar a nadie. Mesa con buena manteleria y cubiertos, con paramento muy acojedor y con estilo.

La comida, como siempre, de nota alta: snacks y aperitivos que te llenan y sorprenden con cava Mont Ferran Rosé Brut. Me gustaron sobretodo la tortilla de ceps con patata y cebolla, el arroz de bogavante y azafrán, la conserva de rovellons y queso. La tabla de quesos, buena pero le faltaría estar acompañada de mermeladas o frutos secos. Luego tomamos turbot a la brasa con patatas y espliego, muy muy recomendable (no creia que el espliego casara tan bien con el pescado). Luego, el filete con salsa de jabugo ya no estubo tan a la altura: la mayoría pasaban por estar poco hechos y sangrando a pesar que tomaron nota de como se quiere servido (incluso despúes de pedir que lo hicieran más, venían poco hechos). Acabamos con sorbetes variados y un pastel de mil hojas, todos correctos y muy buenos, pero sin sorprender ahí.

Un pan buenísimo, creo que hecho por ellos mismos. El café, Nespresso, con petit fours de nueces de macadamia garrapiñadas. El labavo, frío (no de poco cálido sinó que realmente estaba frío, jaja, sin calefacción). En vinos y cavas bien, servidos en copas Spiegelau y Riedel, excepto el cava. Servicio joven, atento, amable, muy correcto. Por cierto, buena selección de whiskys, incluso con alguno japonés; también vimos unos muebles humidores de tabaco que tentaron a más de uno.

Para mi, uno de los mejores restaurantes del país, sin duda.

Sala muy bien preparada, buena iluminación y montaje impecable. Servicio perfecto dirigido por Joan que es un maestro en hacer que el cliente se sienta en la gloria. Menú degustación equilibrado, completo, materia prima de 1ª categoría, con toques de originalidad como por ejemplo “el jarrón de flores”, arrroz de pichón sublime, esta cocina cada vez crece más. Vinos y maridajes elegidos por Joan de manera acertada (Riesling + Tinto francés espectacular (por cierto no recuerdo el nombre) + Maridaje con los postres acertado). Sala de no fumadores con sala aparte para fumadores. En fin un sitio donde cada vez disfrutamos más y donde hay que volver siempre que se pueda. Precio 1 menú degustación y vinos para dos (hubo problemas de salud que impidieron que fuéramos 2 a tope (231€).