Repetiré

El comentario sobre este restaurante, se sale de los más frecuentes que todos solemos realizar y que se suele basar en una sola visita. En esta ocasión el que realizo, se basa en la conclusión de dos cenas y dos comidas de mediodía, tras asistir a unas jornadas en este centro sobre enoturismo, que por cierto desde estas líneas recomiendo a todos.

Sala con cinco o seis mesas para unos 20 comensales, debidamente separadas las mesas entre sí y bien equipadas.

Destacaré dos mesas junto a la ventana acristalada que da a una calle (se nota que estamos cerca de Galicia, lo digo por acristalamiento) y a través de la misma mientras se come, se puede observar vegetación (adelfas, rosales, mimosas etc.) y a 100 m el castillo de Villafranca del Bierzo y la nota curiosa de poder observar el paso constante, en medio de los peregrinos del Camino de Santiago, al estar enclavado el restaurante justo a la entrada en la localidad de dicho camino.

El servicio del vino, es esmerado, con copas adecuadas, cambio de copas, envinado y decantado si se precisa. Se aprecia que el maitre es un apasionado del vino.

La carta de vinos tiene un predominio de denominación de origen Bierzo, con unos vinos en pequeña cantidad de otras denominaciones de origen, lo cual comprendo que quizás a alguien le pueda parecer corto. Muy buenos precios.

El servicio de sala es diligente a la par que amable, sin hacer esperar en ningún momento la llegada de los platos, situación que suele molestar en ese momento crítico que ocurre en muchos restaurantes cuando coinciden las recepciones, la despedida, las notas, copas etc.….

El anfitrión tiene un comentario oportuno siempre, pero dejando que las mesas tengan su propia conversación.

En cuanto a la cocina, hemos disfrutado de productos de la tierra como la cecina o botillo, otros clásicos como robo del toro, codillo o bacalao y sin dejar aparte pato confitado o foie elaborado en la propia casa y boletus edulis con mollejas confitadas.

Todo en un nivel de cocina muy alto, con buena presentación y cantidades más que razonables, pero tengo que destacar: el Botillo, tanto en calidad como en punto y falta de grasa, como los acompañantes correspondientes que resultaron perfectamente tratados. Excelente el foie casero y no menos excelente el bacalao.

El resto de platos mencionados no se quedaron muy atrás ni mucho menos.

Nunca faltaron los aperitivos de la casa al inicio de las comidas (que buen queso de Soria en aceite)

Postres: aún tengo en el recuerdo gustativo la tarta de castañas.

En cuanto a precio del restaurante no puedo desmenuzarle, pero si diré que los precios que observe en la carta era muy ajustados.

Recomendado por 2 usuarios
  1. #1

    Javier46

    Gabriel , te felicito por tu experiencia y por tu exposicion
    Un abrazo con envidia

  2. #2

    G-M.

    Cuando vaya por el Bierzo sin duda visitaré este restaurante.
    Enhorabuena por la exposición, Gabriel.
    Beberías buenos Bierzos ¿no?

  3. #3

    Almolo

    Lástima que estos sitios pillen tan lejos.

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