Restaurante Casa de Madera en Valencia
Restaurante Casa de Madera
País:
España
Provincia:
Localidad:
Dirección:
Cód. Postal:

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Precio desde:
7,60 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
16 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
5.3
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
3.2
Comida COMIDA
6.6
Precio medio entorno ENTORNO
4.0
RCP CALIDAD-PRECIO
7.4
Opiniones de Casa de Madera
OPINIONES
10

No suelo visitar Restaurante Chinos a mediodía. Pasó la moda aquella hace años pero que un menú de mediodía cueste 5.90e en estos tiempos tiene su mérito.

El restaurante ha cambiado de emplazamiento no hace mucho y ahora está situado en la C/Lorca donde en sus inicios hubo un chino de los de toda la vida. El cual me trae "buenos" recuerdos, sobre todo a mi pareja pues una noche le tiraron una bandeja enterita encima de la falda. El dueño nos proporcionó un quitamanchas y no paraba de decir "todo ploductos naturales". Conclusión no nos invito ni al café y la falda fue a la basura.

Posteriormente se reconvirtió en Wok y ahora se encuentra esta "Casa de Madera" con buenos comentarios sobre todo por la carta que tiene, alejada de los canones de los famosos chinos.

El menú que he tomado ha sido el siguiente:

Triangulo especial de la casa: Parecido al rollito. Relleno de cerdo, verduras y curry.

Arroz cantonés: Me ha gustado. Además se notaba cocinado al momento nada de arroces tres delicias sospechosos.

Pollo al limón: Lo que menos me ha gustado. Aunque se alejaba del típico pollo al limón chino.

Para beber una cerveza San Miguel pues la cerveza china nunca la he probado y no quería hacer experimentos. Y un más que correcto café. Otro de los puntos flacos de estos locales.

He podido comprobar que la carta no es sota, caballo y rey: arroz tres delicias, ternera con salsa..., pollo con salsa....chop suey de gambas...... Esta estructurada de otra manera y con fotos de los platos. Tienen un menú a 12.50e llamado DUAN WO con buena pinta (merluza al vapor, arroz zhongi...). Así que volveré por allí a investigar este y otros platos.

Hacía tiempo que no visitaba este restaurante. Siguen ofreciendo platos que se desmarcan de las típicas elaboraciones chinas. Vale la pena arriesgarse y pedir algunas de sus rarezas.
Pedimos a la carta: la inevitable ensalada de hongo blanco y sésamo; el arroz con gambas y vieiras (ración XXL) y el pato ahumado, que no lo había probado y que me pareció excelente.
Atención a los postres, tomamos una especie de croquetas con pasta de patata dulce y rellenas de chocolate que resultaron estar muy buenas.
Recomendable acabar con una infusion china 10 especias.

Estuve hoy, con mi hija. Queríamos (sobre todo ella) probar platos "distintos", por lo que pedimos el huevo a los mil años (o algo así). La maître-camarera se resistió, y desistimos ante lo que parecía una fuerza de la naturaleza. Probamos una ensalada de hongo blanco, lenguas de pato, ternera en tiras y rebozada (no recuerdo el nombre, estaba riquísima), y bolas de arroz con sésamo. Y la maître.camarera, que había parecido algo cerrada, nos regaló un huevo para que lo probásemos (no lo volveremos a pedir, pero la curiosidad quedó saciada). La comida está buena y es distinta de los chinos habituales. Y la persona que atiende, para llevársela a casa.

Acudimos escépticos a un restaurante chino qque dicen "no conveencional". Es cierto, no lo es. Es el único chino en el que he visto que van otros chinos a cenar y que pagan (ojo importante!!), incluso a parejas chinas que acudian para cenar ¿romanticamente?
El lugar invita a irse. No es bonito. Está dejado.
No espereis la típica carta de pollo con almendras, no es así. Parece que la comida es más típica, más cercana a lo chino de verdad.
Tomamos dos rollitos especiales, Pato Pi Pa que estaba impresionante! arroz con pollo y verduras envuelto en hojas de nenúfar.
La señora fue amable pero el servicio no es profesonal. Son lentos, cocinan al momento, lo que para un restauraante de este tipo no es lo más común.
La nota negativa fue el escándalo de los chiquillos de la familia china que había cenando allí, una locura de chillidos y un escándalo.
Un chino que no saca la comida en las típicas bandejas ovaladas, que su plato estrella no es el arroz tres delicias o pollo al limón y que saben cocinar pero no saben llevar un restauraante de aspecto exterior horrible pero que reaalmente cenas comida típica lo ás cercana a la de un barrio de pekín pero en Valencia.
Recomendaable pero hay que ir al menos 3 o 4 veces paraa conocer la certa y dominar a la señora que peca un poco de autoritaria a la hora de recomendar los platos.
Del vino sin comentarios, tomamos agua y cerveza. 2 personas, 21 euros. Barato!

Admito que la 1ª impresión no es buena.
En esa zona de Valencia siempre y en todos los sitios suele oler un poco a canalización. Además: aunque sea un chino diferente, se refiere a la cocina, no a la decoración.

El cocinero, por lo que me han contado, es maestro cocinero, cosa que en muchos restaurantes chinos no será el caso.
Es por eso que los platos no son para nada los tipicos de un restaurante chino en España, pero si los platos tipicos chinos.

Para gustos hay colores. A mi me gusta volver a este sitio aunque nunca voy a restaurantes chinos.
Me encanta la lubina al vapor, o el mega-pinxo de rodaballo. Aunque haya gente que no le gusta si el pescado todavía le está mirando! :oD
El arroz con pollo y setas (siempre pensaba que eran Shiitake, pero la dueña me comentó que eran otras setas cuyo nombre he olvidado) está precioso! Y las gambas salteadas con pan frito están muy ricas & muy frescas también.
Una de las veces me recomendaron probar la medusa y salvo que no tiene nada espectacular en si (la medusa), la salsa con almendras estaba riquisima.
Las costillas me gustan porque al estar cocidas previamente (o eso pienso) no están muy grasosas y empalagosas.

A parte de los postres "tipicos chinos", tienen rollitos de chocolate que están muy bien. De los postres tipicos chinos solo he logrado probar uno (rollo de arroz con sesamo negro), porque normalmente mi gente siempre se decanta por el rollito de chocolate...

El servicio siempre es atento, aunque algún muchacho algo torpe anda por ahi. Pero la dueña lo salva todo y es encantadora.

Entré porque lei una recomendacion de la Turia de no sé cuando y me encontré con el local que esperaba (gris y triston ) y con una cocina que no satisfizo las esperanzas: la ensalada de hongo blanco no es gran cosa, el tendon de cerdo no me gustó y las costillas crujientes tampoco fueron para tirar cohetes. Bebi cerveza Amstel y el postre ni lo recuerdo. Pero como vi que habia gente con cara de asiduos volveré a probar los fideos fritos y algun plato mas que parecia apetitoso. Veremos a la proxima qué sale.

Lamento que mi experiencia no fuera tan buena como la de los comentarios anteriores. Sabado noche y sólo hay cuatro mesas ocupadas. El local es frio, adolece de cualquier tipo de encanto y lo peor: olia un poco mal (parecia provenir de los servicios). Música ambiente que acaba siendo bastante cargante y repetitiva. Optamos por beber cerveza china porque la carta de vinos, efectivamente, es apenas inexistente. Probamos la ensalada de hongos blanca (curiosa pero sin emocionar), las costillas Xian Su (bastante conseguidas aunque a mi pareja no le gustaron), el arroz de vieiras y gamas (simplemente correcto) y finalmente el Xiao Long Bao a la plancha, unas bolas de pasta de arroz rellenas de carne hechas al vapor y con un golpe de plancha) que no me gustó (nos dejamos varias unidades). También pedimos, por recomendación de la dueña, una ensalada de algas que no nos gustó (y acabó retirando amablemente). Postre ni probé y el té verde chino (con las hojas mezcladas en la taza sin un filtro para poder sacarlas fácilmente, lo que hace que el tiempo de infusión sea excesivo y se acabe amargando) bastante plano. En definitiva, un local al que iba asumiendo que iba a ser de entorno cutre pero en el que esperaba encontrar una cocina mucho más emocionante de la que encontré. Experiencia global muy decepcionante, especialmente si se va para una cena de pareja.

Restaurante chino de decoración... peculiar, algo juntas las mesas y presentación de la mesa como es costumbre en estos lugares (servilleta plegada con mayor o menor acierto en la copa, etc...) Como aprovechados nuestro fútbol-agnosticismo en la final de la Champions, cenamos solos en el restaurante, así que el servicio fue esmerado, atento, rápido y no tuvimos molestias de otras mesas.
La carta sorprende por la ausencia de los platos típicos chinos, lo que invita a investigar y bucear en la extensa y original propuesta. Al final nos decantamos por la ensalada de hongo blanco que, como se indica en el comentario anterior, es la misma que Quique Dacosta utiliza para realizar su falsa grasa de jamón Joselito. Muy buena, con unos toques de sésamo tostado muy ricos. El arroz con vieras y gambas de estilo cantonés y una ternera con salsa agridulce muy especial. Tampoco el rollito es el típico la salsa agridulce es de las de verdad, con ese punto picante y las semillas inmersas en ella.

La carta de vinos y las copas para olvidar, pero merece la pena este restaurante por la originalidad de los platos, lo cierto es que ya tengo ganas de volver para poder probar más cosas nuevas, sobre todo de pescado y marisco, donde la carta es extraordinarimante extensa . Eso sí, los postres para olvidar... qué lastima que los orientales no dispongan de una oferta de mejor calidad en esta materia.
Para finalizar un té chino con siete especies de plantas distintas inmersas en la infusión. Bonita presentación y sabor muy bueno.

Un restaurante muy recomendable para los amantes de la cocina oriental, sin lujos pero sin fusiones chirriantes.

La decoración es la de un chino de toda la vida y no creo que haga falta comentarla y todo el mundo se hace una idea.

Las copas y carta de vinos un horror (glorioso, marques de caceres, lambrusco...).

Cuando abrí la carta de comida no sabía que pedir porque como he indicado no tiene similitud con el resto de chinos de la ciudad, la dueña te aconseja bastante bien. Pedimos ensalada de hongo blanco (parecian algas pero nos comentó que no lo eran), ensalada de pepino y pato (lo mejor de la cena), codillo de cerdo asado y tostado que se sirve frio (muy bueno), arroz con vieras y gambas (eran langostios cocidos más bien... bueno pero sin más) y unos tallarines normalitos.

Lo peor de la cena un grupo de chinos (la primera vez en mi vida que los veo cenando) chillones. El precio con 2 cervezas y agua y té chino no llegó a 30 euros... Yo desde luego pienso volver a probar el resto de la carta.

Descubrimos este restaurantante por un articulo en la cartelera Turia, donde lo recomendaban y la verdad es que ha sido una agradable sorpresa. Llevan poco tiempo abierto. Por fuera parece el típico restaurante chino de barrio, pero en realidad no tiene mucho que ver con la mayoría de estos locales.
Ofrecen platos poco occidentalizados, alejados de la típica comida china y desde luego nada convencionales, sobre todo en ciertas elaboraciones y en la utilización de algunos productos.
Nos gusto la ensalada de hongos blancos (según su propietaria, el único sitio en España, donde la preparan) el arroz con vieira y gamba (una ración más que generosa) y la costilla Xian Su (costilla de cerdo cocidas durante 6 horas y luego fritas). Nos quedamos con las ganas de probar curiosidades como los camarones secos con cilantro chino o el tendón de cerdo.
Fuera de lo común también los postres. Tomamos una curiosa fruta china llamada Ojo de Dragón y un postre a base de arroz y sésamo. Recomendables y originales también las infusiones.
El tema del vino es otro cantar. Carta con pocas referencias interesantes, quizás alguna más que en otros locales de este tipo y copas muy mejorables.
El servicio de sala es muy amable y se agradece que no te pongan todos los platos a la vez.
Volveremos para probar nuevas cosas.

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