Restaurante Punta Negra en Denia
Restaurante Punta Negra
País:
España
Provincia:
Localidad:
Cód. Postal:

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Precio desde:
28,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
37 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
8.2
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
7.4
Comida COMIDA
7.6
Precio medio entorno ENTORNO
9.4
RCP CALIDAD-PRECIO
8.0
Opiniones de Punta Negra
OPINIONES
5

Mucho tiempo sin volver por allí. Quizás demasiado. Dénia empieza a llenarse y resulta difícil encontrar mesa para un grupo grande de un día para otro. No quiero ni imaginar en agosto. Tras llamar a cuatro sitios, nos acordamos del restaurante del hotel Les Rotes y probamos suerte. Bingo. La gente no acostumbra demasiado a come en los hoteles y éste, además, está un poco alejado del “mundanal ruido”.

Grupo de diecisiete comensales y nos preparan un salón casi privado con una espaciosa mesa y perfectamente climatizado. La terraza es preciosa pero ahora en verano y a mediodía, como que no. Nos ofrecen un menú por veinticinco euros que incluye tres entrantes, un segundo a elegir y postre. Como opciones hay hasta tres arroces diferentes, fideuà, pescado, carnes… La única condición que nos indican es que los arroces y el chuletón se preparan mínimo para dos personas y que no pueden salir más de tres arroces diferentes a la mesa. Lo hablamos con unas cervecitas bien frías en las manos y pasamos comanda. Mientras tanto, nos sacan unas cestitas con panes variados y aceites de calidad de dos elaboradores distintos. Arrasamos con ello en pocos minutos, prueba irrefutables de su calidad.

- Gazpacho andaluz: Nos sirven un cuenco de tamaño considerable con una finísima loncha de jamón de calidad y una rosquilleta a modo de picatostes. Muy rico, con presencia del ajo sin llegar a molestar. Empezamos muy bien.

- Calamar a la plancha con carpaccio de tomate: El enunciado me resulta un tanto chocante y pruebo el plato con ciertas reservas. Sorpresa. La combinación del cefalópodo cocinado y caliente con el tomate crudo y a temperatura resulta muy agradable. Eso sí, no dudo en aliñar con los susodichos aceites que todavía siguen en la mesa y el resultado mejora aún más.

- Tellnias: Bien limpias y de tamaño mediano. Buenas.

- Fideuà: La carta nos cuenta que este plato fue premiado en el concurso de fideuà Ciutat de Gandia, certamen que cuenta con bastante prestigio por esta zona. Pues oye, bien merecido ese galardón. Muy rica. Sin apenas tropezones pero con un fondo sápido intenso y de calidad. Se corona con una gamba y una cigala que están muy ricas.

Otros comensales pidieron arroz negro, arroz meloso con rape, carrilleras ibéricas… Todos los platos bien presentados y, según se comentó en la mesa, muy bien ejecutados.

- Postres variados al centro de la mesaDiferentes tartas, helados… Correcto.

Además de las cervezas iniciales, tomamos agua en abundancia, cafés y varios vinos: una botella de Picarana y otra de Lapola en el apartado de blancos y una de Milú y dos de Lan hecho a mano. Muy buena carta y con precios bastante razonables.

Servicio eficaz y muy correcto a la altura de los demás apartados del restaurante. Como comentaba al principio, tal vez he dejado pasar demasiado tiempo sin dejarme caer por allí. Intentaremos volver antes.

Genial.
Terraza muy agradable, aperitivo servido en la piscina. Comida excelente, de carta. Ensalada de tomate correcta y pulpo frito para recordar. Fideua de premio, en su punto. Fideo fino, abundantes tropezones y dos gambas rojas frescas por cabeza. Postre a compartir, reseñable el crujiente de manzana.
El trato excelente y que permitan el uso de la piscina sin el más mínimo problema y en pleno agosto es de agradecer.

Mi familia se ha acostumbrado a preparar aquí algunas de las pequeñas celebraciones que se presentan a lo largo de la vida y yo encantado. Volver al Hotel Les Rotes siempre es placentero. No voy a extenderme en la descripción del mismo y del entorno (léase la valoración que me precede). Menú cerrado que hemos iniciado en el jardín inferior a base de cervezas, vermuts, almendran, un delicioso jamón de Guijuelo, queso curado de oveja y pan de cristal con tomate.

Una vez ya en la mesa:

- Cremoso de foie con velo de turrón: Muy muy bueno. Crema fría, cuasi cuajada, con sabor intenso y con ciertas reminiscencias al archiconocido cubalibre de foie de QDC.

- Pulpo frito con crema de queso y pimentón de la Vera: Un plato muy recurrido últimamente con toques originales como añadir queso al habitual meloso de patata (aunque apenas se apercibía) o ese tratamiento final “frito” aunque imagino que previamente había sido cocido. Estaba rico.

- Fideuà de Gandia: Chapeau. Genial. Unanimidad en la mesa. Un sabor espectacular de potencia destacable y gran cantidad de tropezones. Como opinión muy personal, prefiero una textura un pelín más seca, fideo más crujiente, aunque insisto que se trata de gustos, pues otros comensales alabaron la melosidad de la pasta. De todos modos: plato estrella.

- Taco de Agnus Black con parmentier de pimientos rojos y el jugo de su asado: Aunque llegó tras degustar un rico sorbete de mojito, la mayoría de los comensales estábamos ya un poco al límite dada la consistencia de los platos que le precedieron. Carne de calidad y resultado final notable.

- Fresas con pimienta negra, helado de yogur y reducción de Módena: Postre refrescante que se agradeció tras una comida copioso. Todos los elementos enumerados maridaban bien con las fresa.

Los vinos elegidos fuero Dársena (un coupage de Verdejo y Viura - Rueda) y Hacienda López de Haro (Rioja). Aceptables ambos.

Lógicamente no puntuaré la RCP (tómese como referencia la de mi anterior valoración). Quiero seguir pensando que la calidad de la cocina no mengua si se va al restaurante en otro marco, el de no-celebración.

Como ponía en mi anterior comentario de hace siete años (cómo pasa el tiempo y que escuetos me parecen los comentarios de por aquel entonces aún principiante veremero), siempre había acudido al local invitado a algún tipo de celebración (bautizos, jubilaciones...). Desde aquel entonces seguía con este condicionante: siempre sin elegir, con el local esperándonos y sin pagar, je je. Hoy, por fin, he acudido por primera vez "libre y sin coacción alguna".

Mesa redonda para 9 adultos y cuatro niños (pedazo mesaca!!!) colocada en una extraordinaria terraza. Unas enormes sombrillas nos protegían del sol y la sensación de bienestar (ahora que los calores todavía no aprietan) era máxima. Macetas, plantas, mobiliario de terraza de lujo, cuidado hasta el último detalle. A los pies de la terraza elevada un exhuberante jardín precioso. El edén.

No sé si trabajan a la carta. Directamente nos han ofrecido el menú de 30 €: tres entrantes "fijos" al centro de la mesa, varios segundos donde elegir: arroces y pescados (creo recordar que no había carne) y postre. Carta infantil original con varias propuestas y carta de vinos que después comentaré.

- Forcaccia de quesos: Como su nombre indica unas rebanadas bastante grandes de esta especie de coca/pan y 4 variadades de quesos cortados en tantas porciones como comensales adultos. Completan el plato unas "lágrimas" de mermeladas: albaricoque y frutos rojos (?).

- Tataki de atún con mayonesa de washabi: Al salir a la mesa pensaba que se habían pasado un poco en el punto. Efectivamente la capa exterior estaba un poco pasada pero, sorprendentemente (por el pequeño tamaño de los medayones) el centro totalmente cudro como un buen tatki requiere. La mayonesa realmente buena con presencia del washabi, cosa que en otros sitios no llegas a percibir por miedo a que no guste mucho. Plato coronado con huevas de trucha de buen tamaño.

- Escombros: Fritura de pequeñas anillas y patitas de calamar de gran frescura y excelente rebozado. Como en concina creían que la ración era limitada y no les quedaban más nos han "obsequiado" con dos platos enormes de tellinas de gran tamaño. Bravo. Buen detalle.

- Segundos: Arroz a banda para 2, arroz meloso de sepionet y congrio para 5 y corvina a la plancha para 2. Todos excelentes según los comensales. Yo he tomado del meloso: gran fondo, intenso, contundente, con un punto acertadísimo.

- Postres a elegir entre flan de cafe, fruta o helados al gusto: muy sencillos.

Los 4 niños han tomado un plato cada uno: calamares uno, espaguetis bolognesa otro, croquetas... Lo digo para que se tenga en cuenta en el precio final.

Carta de vinos extensa. Bastantes referencias de diversas DO. Me ha gustado este detalle. Precios razonables incluso bajos en algunas referencias. Hemos tomado 3 botellas de Gesamí de Gramona (las mujeres mandan) y al final no nos hemos privado de un Pazo de Señorans. Temperatura correcta, "cubitera" con pie al lado de la mesa, rellenado de copas cuando se sacaba cada botella, cambio de las mismas con el cambio de vino...

Además hemos tomado 3 botellas de agua, 2 jarras (litro) de cerveza, algunos cafés, helados para los peques...

El único pero considerable ha sido la espera al principio y entre plato y plato. La verdad es que la terraza estaba al completo y en el interior había dos grandes mesas de celebración. Todo ha quedado un poco atenuado con la simpatía y eficacia del personal, con el disfrute de un entorno tan privielegiado y con la compañía de amigos que hace tiempo no coincidíamos. Parece que la perfección no existe.

No se tengan en cuenta las puntuaciones de mi comentario del pasado. El sistema de puntuaciones era diferente y, con el cambio a éste, el restaurante salió perdiendo seguro. Lo siento.

En cuanto a las puntuaciones de hoy, algunas puntualizaciones:

- No tendré en cuenta la tardanza de algunos platos en el apartado "entorno" pues calificaré sólo el local, su ubicación, el mobiliario, la manteleria, vajilla, cristaleria... Todo me parece "extraordinario", como reza la leyenda de puntuaciones.

- Puntúo como muy buena la RCP porqué, aún siendo consciente que se puede comer igual en otros sitios por menos dinero, intuyo que mantener el cuidado y belleza de este lugar tal como lo tienen no debe ser "moco de pavo". El precio resulta de dividir el precio final entre 9 adultos.

No sé si mi comentario será significativo para alguien porqué he estado un par de veces, pero las dos he sido invitado con motivo de alguna celebración y con un menú previamente acordado (no tengo ni idea del precio que pagaron). Realmente me gusto la cocina: sin grandes inovaciones, pero muy sabrosa y bien presentada (buen revuelto de erizos, lubina y solomillo "al foei".

No vi la carta de vinos, por lo que no puntuaré. El entorno fantástico: decoración armónica, vistas al mar, comodidad...

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