Diblú… dipinto di blu

Noche de agosto en una aparente desértica Valencia. Por no haber no había ni “pelis” decentes en cartelera con las que pasar un rato al amparo de un buen aire acondicionado. No deja de sorprenderme comprobar que la gente que no te cruzas durante el día aparece por la noche, al menos en los locales de la zona que estaban prácticamente llenos.

Buena impresión al entrar. Descrito convenientemente en comentarios previos. Se respira amplitud, ambiente moderno, estética cuidada dentro de un rango informal. A destacar la proximidad de algunas mesas.

Reserva mediante una conocida web que oferta descuento del 40% a la carta. Todo al centro como casi de costumbre:

Croquetas. Correctas todas aunque la de Queso y la de Hongos son las que más me gustaron por su sabor manifiesto. A distancia quedó la de Jamón y la insulsa de Bogavante. Se acompañaba cada una de una salsita diferente aportando alguna que otra cosita aunque nada reseñable. Variedad.

Vieira con Jamón y Huevas de Trucha. Sin misterios, a la planchita, sabrosa, tierna, sobrándole el jamón que llevaba encima, no lo necesitaba así como la "mostanesa" que completaba el plato. Adornado.

Foie Mi Cuit Crujiente. Tres cortes de un cilindro rebozado en maíz tostado. Bien de intensidad y agradable toque crujiente exterior. Acierto.

Tapita de Huevo, Hongos y Foie. Base de parmentier con textura cremosa y suave, sosteniendo una yemita y las setas para romper sin piedad y darle gusto al paladar. Me lo sirvan en menú o pidiéndolo como fue el caso, no me deshago de su presencia en mi mesa. Reincidencia.

Tempura de Verduritas. Berenjena, Calabacín, Pimiento Rojo y Verde y Zanahoria en buena cantidad con un rebozado algo tosco y deslavazado por momentos pero cumplidor y nada cargante. Una salsa de mostaza dulce y una de soja para acompañar. Inesperado.

Los Nachos de Nacho. Con ese nombre en carta... imposible no pedirlos! Lo más destacable eran los propios triángulos ya que la textura encementada que formó el queso conforme se fue enfriando deslucía el resto de ingredientes. Prescindible.

Como postre y por recomendación del camarero probamos la Torrija de Horchata con Helado de Baileys. Elaborada con pan de leche, gustosa y con buena cobertura caramelizada. El heladito también ayudaba al placer final. Simbiosis.

Bebimos cerveza, creo que seis aunque en la cuenta veo ocho, o me descuento con facilidad o a la próxima diré que no retiren los vasos vacíos a riesgo de que se queden sin vajilla. Servicio algo desbordado pero cumplidor y atento.

Resumiendo, buen local donde picar algo y donde se percibe ganas de agradar aunque el resultado sea a veces irregular. Si subieran ese puntito que plantea Dani C. en el comentario previo seguro que daría más que hablar... o puede que tampoco estén interesados pues a juzgar de cómo estaba el local parece que así les va bien.

El precio reflejado es con el descuento mencionado y la RCP valorada en función del mismo.