La última visita del año a Solana comienza un día soleado pero excesivamente ventoso en la zona de Bilbao…incómodo viento sur que durante tantos días nos está acompañando y que hace difícil o incluso peligroso disfrutar de cualquier actividad al aire libre o de un simple paseo. Se acerca la hora de comer y no tenemos nada previsto, pero la idea de alejarnos de este viento nos hace pensar en coger el coche y poner tierra de por medio. Rebuscando en la mente un lugar de confianza donde se pudiera ir con dos niños pequeños, que estuviera entre “cerca y lejos” y que se comiera bien, nuevamente nos viene a la mente Solana para cumplir todos nuestros deseos. Tras la llamada de rigor para evitar sorpresas allí nos presentamos, estupenda acogida del personal de sala que ya nos conocen de sobra debido a las frecuentes visitas que les hacemos.
No entraré en descripciones ya realizadas del local y sus elementos e iré directamente al tema gastronómico. En anteriores ocasiones optamos por unos platos más arriesgados, en esta ocasión, debido a que nos acompañaban dos niños pequeños, optamos por algo más tradicional.
Éramos 4 comensales, 2 adultos y 2 niños pequeños, así que describiré lo degustado en dos bloques:
**PEQUES:
1-Aperitivo (invitación de la casa): les pusieron muy acertadamente una CROQUETA DE BACALAO a cada uno. Como en anteriores ocasiones estupendo rebozado crujiente en su exterior y muy buena masa en su interior.
2-Media ración cada uno de ALUBIA ROJA guisadas al natural. A los peques les encantó ya que dieron buena cuenta de ellas. Yo probé unas pocas ya que es un plato que Ignacio cocina como lo hacía su madre y tenía curiosidad…el resultado en boca es exquisito, tanto en sabor como en textura. Caldo perfectamente ligado y las alubias en su mejor punto de cocción.
3-HUEVO DE CORRAL CON CHORIZO CASERO FRITO Y PATATAS FRITAS: huevo recogido, con puntilla, yema cremosa con ese color amarillo del buen huevo. Acompañado por un trozo de chorizo y patatas fritas cortadas a mano. Los peques habían terminado con todas las alubias y llegaron bastante justitos este plato, pero aprovechando que yo tenía ganas de probarlo, no dejé escapar la ocasión y di buena cuenta de ambos platos. Plato sencillo pero realmente rico.
4-POSTRE: Para uno un YOGUR y para el otro una BOLA DE HELADO DE CHOCOLATE a la que pusieron cariño con unos Lacasitos y canutillos de chocolate blanco y negro a modo de ornamento comestible. Los peques encantados.
**ADULTOS:
1-Aperitivo: BOLA DE FOIE CARAMELIZADO CON ESPUMA DE AVELLANA (si no recuerdo mal era eso). De sabor muy potente, sabroso comienzo.
1-ALCACHOFAS FRESCAS A LA PLANCHA (6 unidades): aplastadas sobre la plancha adoptan la apariencia de una rosa. Tan solo tienen aceite y sal, nada más. Producto en su estado puro, se deshacían en la boca transmitiendo todo su sabor resultando todo un manjar. Las he comido en varias ocasiones y nunca han fallado. (Ver foto que merece la pena).
2-SETAS DE PRADERÍA CONFITADAS CON CARABINERO Y HUEVO: presentado en una sartencilla caliente, estupenda combinación de monte (setas) y mar (carabinero). Cada ingrediente por separado de primera calidad pero todos juntos generaban un plato sobresaliente. (Ver foto)
3-LUBINA A LA SAL CON HOLANDESA, PATATA Y BERBERECHO: plato que me sorprendió. Lo había “fichado” al leer la carta en mis anteriores visitas pero nunca acabé por pedirlo. En esta ocasión no lo dudé…estupendo trozo de lubina sin piel, acompañado de la salsa holandesa, cilindros de patata cocida y demás salsas con las que pinta el plato Ignacio y que a mí me cuesta saber qué es cada cosa. Resultado: pescado en su justo punto, sabroso, jugoso, con estupendo sabor a pescado que es de lo que se trata. La holandesa suave, exquisita. Si mezclaba el pescado con la holandesa y el resto de salsas y guarnición, el resultado era una explosión de sabor que a mí me hizo disfrutar mucho.
(Ver foto)
4-VENTRESCA DE ATÚN TORO A LA PIEDRA DE SAL “IN SITU”: ya lo habíamos degustado en anteriores ocasiones y lo pidió mi compañera. Como siempre estupenda materia y estupendo punto. El resultado es exquisito. Por ponerle un pero en esta ocasión la pieza venía con un poco de grasa de más, principalmente concentrada en los bordes de la pieza. No perturbaba el sabor pero los bordes resultaban excesivamente grasientos en boca. Aun así, un plato de sobresaliente por su sabor.
5-POSTRE: a compartir BUSCANDO VIOLETAS, servido en una marmita de piedra, visualmente muy bonito; contiene tierra de galletas Oreo, helado de violetas y crema de yogur a la pimienta. Prácticamente lo comió mi compañera, yo lo probé por curiosidad y me pareció un postre muy fresco, de sabores que o te enamoran o te desencantan. Yo que soy un poco raro me quedé en medio, ni lo uno ni lo otro.
Como en anteriores ocasiones acompaña la comida la Degustación de panadería: bollito de cebolla, torta mini de aceite y pan artesano. Los dos últimos espectaculares.
Para finalizar el estupendo festín, además de la conocida GOLJAMERÍA (invitación de la casa) que contenía magdalenas mini, gominola de Gin-Tonic y cucuruchos de chocolate rellenos de crema…todo muy rico, mi compañera optó por una infusión y yo, que quería volver a disfrutar de un final como los que se pega el compañero Gastiola, me pedí un vino dulce. Me ofrecen un PEDRO XIMÉNEZ TRADICIÓN, de Bodegas Tradición, catalogado como V.O.S. que viene a ser que es “muy viejo”, de hecho tiene más de 20 años. Pues bien, cuando trajeron la botella vi que la cosa se ponía seria. Cuerpo denso, como si de miel líquida se tratara, lo acerco a la nariz y me produce un escalofrío que me recorre la espalda…ufff qué potencia, lo pruebo y eso no era un vino dulce, se trataba de un elixir que te transporta directamente a la felicidad. Lo disfruto a cada pequeño sorbo y mi compañera viendo las caras de gozo que pongo, lo prueba y se apunta también al disfrute, tanto que casi tengo que pedir otro…pena de tener que coger el coche. Para mí, la forma más económica de estar cerca del cielo sin levantarme de la mesa.
(11 € Iva incluido la copa).
Para beber, además de agua, y queriendo acompañar la comida con cava, nos decantamos por un REVENTÓS I BLANC, GRAN RESERVA DE LA FINCA (30,80 € Iva incluido) servido a su temperatura, en buenas copas. Teníamos como referencia el Gramona que habíamos probado semanas antes y este en un principio nos gustó menos, pero conforme pasaban los minutos, fue ganando y nos acabó encantando tanto o más que el Gramona.
Todo lo descrito ascendió a 170,50 € (Iva incluido). A la hora de poner el precio por persona he puesto el precio de 3 comensales, ya que lo degustado por los niños fueros medias raciones además de ser los platos más económicos que tiene Ignacio en carta. Aun así, estupenda RCP.
Última visita del año a este restaurante que casualmente lo hemos descubierto este año gracias a los maestros que escriben en este rincón. Desde la primera visita hasta esta última, no ha dejado de darnos satisfacción y disfrute para los sentidos. Como bien adelanta el título de la crónica, para nosotros, el mejor cierre de año.