Tan cerca del cielo

Animado por las numerosas críticas positivas que se iban colgando de este restaurante, allí me fui a vivir en primera persona lo que todos contaban.
El restaurante se encuentra asentado junto al santuario de La Bien Aparecida. Al llegar, me percato que ya había estado allí hacía muchos años, pero en aquella ocasión tan sólo existía el “Bar Solana”, regentado por el padre del chef.
Merece la pena una vez te apeas del vehículo, pararse durante unos minutos a disfrutar de las espectaculares vistas que ofrece el lugar, montañas, prados y pueblos perdidos en la inmensidad del paisaje.
El restaurante gastronómico se encuentra ubicado en la parte trasera de lo que siempre ha sido el “Bar Solana”. Sorprende su entrada arqueada, flanqueada por un bonito y cuidado jardín, acorde a los nuevos tiempos. Contrasta con el resto del edificio, como queriendo diferenciar dos épocas; lo de siempre, de donde se nace…“el bar” y lo de ahora, lo que está por venir…“el restaurante gastronómico “.

Nos acomodan amablemente en una mesa enorme, situada junto a una ventana; tranquilamente habría cabida para 6 comensales. Mantel de tela blanca impoluto, buena cubertería, vajilla y copas.

Observamos que la ocupación está al 100%, buena señal. Nos traen la carta y según la ojeamos nos empieza a gustar mucho lo que vemos.

Comida para dos personas, todo para compartir excepto los postres. Nos decantamos por lo siguiente:

1-“Aperitivos de la casa (invitación)”:
*Croqueta de bacalao, crujiente, cremosa, deliciosa.
*Gamba marinada con falso membrillo de sandía y huevas, presentada en una cucharita de cerámica. Sabor a mar, mezcla de texturas en boca al explotar las huevas. Exquisito.
*Chupito de tomate con naranja. Fresquísimo, riquísimo. Me encantó.

Empiezo a pensar que esto promete.

2- “Caviar de Ampuero” (12 pimientos verdes fritos). Cuando los pedimos pensamos que eran de pequeño tamaño, estilo pimiento de “Gernika” o “Padrón” y resulta que cuando llega el plato a la mesa nos quedamos asustados del tamaño que tenían. Yo que no me amilano ante ningún plato y sin miedo me lanzo a por ellos. Tienen una gabardina muy gruesa que se retira con extremada facilidad ayudado por el cuchillo, y la carne que se descubre es lo que vale un tesoro. Suave, se deshace en la boca…auténtico caviar verde. Un festín cada bocado.
Tuvimos suerte porque son pimientos que sólo se dan en el mes de agosto en la zona y estaba a punto de terminar la temporada.

3-“Ajo blanco con espárrago, tartar de tomate y cola de cigala”: Preciosa presentación. Marmita de piedra rectangular, cubierto su lecho de ajoblanco con trocitos de espárrago, del que emerge el tartar de tomate y sobre este último, la cola de cigala. Explosión de colores y de sabores. Le miro a mi acompañante y comienzo a darme cuenta de que lo que aquí se cuece es serio…ella también está sorprendida.

4-“Tartar de salmón rojo de Alaska con aguacate y helado de hinojo-pepino”: Otra vez sorpresa… comienza la función. Nos colocan en el centro de la mesa otra marmita rectangular de piedra similar a la del ajo blanco, en cuyo interior hay una rejilla y sobre ésta, el tartar de salmón. Vierten sobre la rejilla un líquido a muy baja temperatura (creo que era sidra) y surge la magia, una niebla helada inunda la mesa como si estuviéramos en pleno invierno. Cuando se va disipando la neblina, atacamos al salmón y continúa la función…carnoso, sabroso, fresco, y en combinación con el helado espectacular. Con este plato ya me estoy quitando el sombrero, pero todavía quedaba más.

5-“Fideuá con maganos y aire de agua de mar”: Presentación rompedora…en una botella de cristal tumbada seccionada por la mitad, cual si ésta fuera el casco de un barco, se aposenta el fideuá de color negro teñido por la tinta de los maganos (pequeños calamares capturados en la zona) que lo acompañan. Pues bien, sin equivocarme el mejor fideuá que he comido en mi vida, y si a lo anterior le sumamos el hecho de que los maganos, al morderlos explotaban y liberaban la tinta que tenían en su interior, el sabor resultante era inigualable. Para mí un plato perfecto.

6-“Ventresca de bonito del cantábrico a la piedra de sal”: Mirad que venía de comer en El Campero y el listón estaba muy muy alto. Pues bien, la ventresca te la terminan de hacer en la propia mesa. Cuando probé el primer bocado ya no sabía si reir o llorar, sabor extremo, brutal, producto fresco a más no poder, las lascas se separaban solas…no puedo decir más.

Para terminar “Tostada de pan brioche con helado de lima”: Estupenda presentación, la tostada jugosa a más no poder, tostadita por fuera, caramelizada. Exquisita.

Y “Chocolate, naranja y cacahuete”: este postre lo pidió mi acompañante y no lo probé. Ya no podía más. Debía de estar muy bueno por lo que dijo y por lo que dejó.

Para beber una infusión y un café sólo muy rico.
Acompañaron a ambos lo que el restaurante denomina “Goljamería” (invitación de la casa): gominola de Gin Tonic, cucharada de piña colada y chupito de mango y naranja.
¡Vaya traca final!

Me gustó mucho la degustación de panes que acompañó la comida: de cebolla, artesano y torta de aceite en tamaño “mini”. El pan artesano de lo más delicioso que he probado en cuanto a pan y la mini-torta casi al mismo nivel.

En cuanto al vino decir que la carta es “virtual”, ya que es una Tablet. Puedes realizar la búsqueda por tres parámetros: por añada, por tipo de uva o por denominación de origen.
Asesorado amablemente por el personal, me decanté por un vino curioso, que no lo conocía: “Tuercebotas”, Rioja blanco 100% tempranillo. De sabor suave, nos gustó mucho.
Como tenía que conducir, al final de la comida quedaba media botella, y sin decir yo nada, me la prepararon para llevar en una bolsa portabotellas. Estupendo detalle.

Ya en tiempo de cafés, sale el maestro de ceremonias, Ignacio Solana, que va pasando mesa por mesa preguntando qué tal. Cuando llega a la nuestra le felicitamos por la experiencia que nos ha hecho vivir y estamos un rato hablando con él. Nos transmite humildad, respeto a sus orígenes y sobre todo ilusión por lo que hace, virtudes muy escasas en los tiempos que vivimos. Curiosamente, en este sentido me recuerda a Eneko Atxa.

Especial mención haré del equipo de sala. Atento, guardando protocolo, sin descuidar sus cometidos, manteniendo la armonía global de la sala que estaba completa.

Todo lo descrito ascendió a 120,50 €. Yo creo que nunca he disfrutado tanto por menos. Impresionante.

Abandonamos el local siendo los últimos. Todo el equipo está todavía ahí, al pie del cañón, y nos despiden amablemente. Sales al exterior, y te sientes reconfortado, satisfecho, afortunado de haber podido disfrutar como lo has hecho.

Desde esta maravillosa experiencia he intentado ir dos veces más pero como no he llamado con suficiente antelación estaban completos. Es lo que pasa cuando un restaurante hace las cosas realmente bien. Me alegro de corazón. Volveré, seguro que volveré.

  1. #1

    oscar4435

    Hay coincidimos mas en gustos , buen producto y mejor elaboración , desde luego soberbio y por esos precios.

  2. #2

    Gastiola

    Vamos de que tienes buen gusto ya no puede dudar nadie. Menuda lista que estás preparando. Me espero ya cualquier "cosa" para el siguiente comentario. Pues has tenido tú trabajo para prepararlos todos.
    Un saludo.

  3. #3

    Jotayb

    en respuesta a Gastiola
    Ver mensaje de Gastiola

    No quiero daros envidia compañeros pero el próximo miércoles día 6 de noviembre vuelvo de nuevo a Solana, ya tengo reservado.
    Llevaba demasiado tiempo recordando lo vivido y quería volver a experimentarlo. Ya os contaré qué tal.
    Saludos a todos.

  4. #4

    Joan Thomas

    Excelente comentario. Cuando estuve en Cantabria en el verano del 2012, quise visitarlo y por problemas logisticos no pude hacerlo. Es un restaurante que tengo pendiente y en cuanto se presente la ocasión le haré una visita y sobre todo trás haber leido tu experiencia gastronómica.

    Saludos

    Joan

  5. #5

    Jotayb

    en respuesta a Joan Thomas
    Ver mensaje de Joan Thomas

    Hola Joan, a ver si puedes ir pronto y lo disfrutas como yo lo he hecho. Eso sí, sé previsor y reserva con suficiente antelación que se está poniendo difícil tener mesa.
    Un saludo
    Juanjo.

  6. #6

    Gastiola

    en respuesta a Jotayb
    Ver mensaje de Jotayb

    No seas mentirosillo porque Sí quieres darnos envidia. Pues recuerdos a Ignacio y a sus ayudantes. A ver si antes del verano que viene tengo la oportunidad de visitarles algún día. Un saludo.

  7. #7

    JaviValencia

    Juanjo, de nuevo un gran comentario, felicidades.

    Saludos

  8. #8

    Jotayb

    en respuesta a JaviValencia
    Ver mensaje de JaviValencia

    Gracias Javi, espero con ganas también tus comentarios.
    ¡Un saludo!

  9. #9

    JaviValencia

    en respuesta a Jotayb
    Ver mensaje de Jotayb

    Me pilla un poco lejos, pero nunca se sabe ;-)

    Saludos

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