Bueno, anoche por mi reciente subida en años decidí que invitaría a mis padres a comer en La Solana pues llevaban años sin pisar y yo quieras o no voy unas dos o tres veces al año (en septiembre vuelvo).
Como siempre, trato perfecto en la recepción aunque no nos preguntaron si queríamos tomar algo de bienvenida mientras decidíamos que comer y beber. A otra mesa si se lo indicaron, por eso lo comento. La ocupación del lugar estaría en torno al 60%, que siendo un martes y la época que vivimos me parece excelente.
Sabia de antemano que el menú lo debía dejar para septiembre, así que nos decantamos a carta. Tres personas pero la verdad, el que ceno como un jabalí fui yo (dos entrantes y segundo), mi madre decidió que iba a comer un plato, picar de lo demás y comer postre; por parte de mi padre un entrante, picar algo de lo mio y un segundo.
De apertivos, los mismos que ha indicado Gastiola en el anterior comentario. Todos de muy. muy alta calidad.
Por lo tanto, lo seleccionado fue....
- Steak Tartar para dos personas. Hay que decir que te lo preparan insitu, como te parezca, pruebas, disfrutas y tal es la cantidad que yo deboré dos raciones, mi padre tres y mi madre pudo probarlo sin problemas. Excelente, no tiene otro nombre.
- Carpaccio con foie. Este plato le pedí en sustitución a la difunta vieira (recen un padre nuestro en su honor) que era mi plato fetiche en este restaurante. No me quejo del carpaccio, estaba simple y llanamente espectacular.
- Ajo blanco con cigala y tomate; esto lo pidió mi madre, según ella un plato excelente y contundente.
De segundos nos decantamos por:
- Lomos de bonito encebollado. Había comido bonito al medidodia en casa pero coño, que estamos en temporada. Ración generosa, sabrosa, perfectamente cocinada, la cebolla espectacular... Digno del mejor restaurante de Cantabria ( a mi modo de ver las cosas).
- Huevos fritos con jamón, pimientos de Liendo y patatas fritas. Unos huevos de casa, con unos pimientos naturales, con unas patatas perfectamente fritas y un jamón de pinta excelente. Según mi padre merecidos los 18€.
Para postres solo pedimos mi madre y yo:
- Buscando Violetas. Este le pedí yo; helado de violeta en el fondo de una montaña de oreo y todo ello regado con chocolate blanco licuado... perfecto en todos los sentidos.
- Tostada; antes solía pedirlo pero se adelanto mi madre. Espectacular a la vista, al sabor no te digo nada...
Para beber, reconozco que falle en la elección. Te sacan una tablet con todos los vinos que tienen, fui derecho a los blancos internacionales de Riesling y no encontré mí querido Donhöff. Pregunte a mis padres y mi madre pidió un Somontano. Pirineos a 18€ la botella, al principio agradable pero a medida que evoluciono la cena yo opino que se fue apagando. Seco. no se si aquí tienen sumellier, pero debería haber una persona que te explicase aun entendiendo, no es mi caso, lo que estas pidiendo o preferencias y tal. Ojo, no me quejo del servicio del vino, en todo momento correcto tanto en apertura como en atención a que la copa jamás estuviese vacía.
El detalle de la tablet ya lo vi en Monvinic, pero es que aquello era la sagrada biblia del vino porque todos y cada uno estaban explicados en la tablet, aparte de que te los explicaba después el sumellier.
Para terminar la noche, 2 cafés solos y una infusion de verdad.
Duración de 21:45 a 24:00. ¿Que si volveré? Por favor, eso no se pregunta, pague anoche 134€.
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