Interesante restaurante ubicado en el hotel del mismo nombre, a las

Interesante restaurante ubicado en el hotel del mismo nombre, a las afueras de la capital alavesa. Como el resto del edificio en el que se enclava, el local resulta muy acogedor. Dominan el mobiliario de madera, las vigas visibles, y los tonos pastel en las paredes. La carta es variada, alternando propuestas de corte moderno atemperado con platos más clásicos. Pedimos el menú degustación, compuesto por tres entradas, un pescado, una carne y dos postres (39 €) y para beber una botella de Dominio de Berzal 2001 (19 €). El nivel de los platos nos pareció aceptable para lo pagado, aunque ninguno de ellos alcanzaba la notabilidad. Las raciones son mas que generosas, por lo que no hay riesgo de irse con hambre. Todo lo relativo al vino está a un nivel medio, que podría mejorarse con detalles como unas copas más apropiadas y una carta más cuidada. Buenos petit fours para acompañar el café. Servicio amable y eficaz.