Es posible que no fuera el mejor día ni el mejor menú de esta casa. Probamos uno , llamado festival de 55 euros más pan y agua. Viendo otros, creo que no es el mejor de la casa, parece que los ha habido mejores. Local discreto , algo oscuro , gente amable. Me cuesta opinar cuando la impresión no es favorable, pero de eso se trata…y si no , lpara qué escribir??. Dicho con todo el respeto y la más absoluta subjetividad, Trigo no nos gustó y además en casi todas sus facetas. Ni el local , ni la atención al vino ni lo principal, la comida. El menú que probamos nos pareció correcto , pero tendente a lo plano , falto de emoción , sin encontrar nada que nos estimulara realmente, sin mirar mucho a la tierra , pero a la vez sin nada negativo o claramente criticable. De esas cocinas que ,cuando sales ya no recuerdas. Me quedo con un caldo de potaje con trompetillas de la muerte y tocino??. Nos gustó , con sabor, tenía personalidad, de proximidad. Tampoco nos gustó la presentación de los platos. Disposiciones incomodas , poco funcionales. El huevo envase de la royal con patata, los aperitivos sobre una fuente de garbanzos crudos que no se comen pero se pegan y si no tienes cuidado te puedes tragar alguno..la ostra con líquido en una fuente sin plato individualizado...se derramaba. En fin algo incómodo. El servicio amable parecían buenas personas, la verdad, ahí lo dejo. Y las posibilidades con el vino amplias , pero mis expectativas se vieron frustradas. No encontré le punto de conexión con la persona encargada de los mismos , si es que éste era posible. Me resultó muy estereotipado y con discurso aprendido que al menos en mi caso , no permitía la interacción y el disfrute dinámico y natural que es lo que me gusta. En fin no fue una buena experiencia, sobre todo porque no nos gustó el estilo y eso es algo muy personal