Opción escogida al azar en Selva de Mar, un tranquilo pueblo de la a veces ruidosa Costa Brava. Restaurante muy bien ambientado, aprovechando elementos de la antigua bodega que allí habia. Se ha renovado este año con una dirección y personal diferentes. La atención recibida fué muy agradable. También hay que decir que solo habian tres mesas ocupadas, de un restaurante con bastante capacidad (tiene terraza). Las cartas son correctas. La de vinos escuta, y extrañamente sin ninguna referencia de las bodegas más próximas (Mas Estela, Martin Faixo, etc..) El encargado, nos dijo que solo llevaban 2 semanas funcionando el restaurante, con lo que se puede comprender la falta de referencias, y experiencia. Pero la actitud fué muy positiva. La comida muy bien ejecutada y con una presentación correcta, el problema era el precio, algo elevado. Podéis encontrar sobre todo pescados y mariscos, pero también hay algo de carne. Para beber un cava, a una temperatura perfecta y bien servido. Acabando nos trajeron tres botellas de orujo distintos, para beber a discreción.
Valoración muy buena en general, y seguro que las pequeñas deficiencias percibidas las resolverán sin problemas.

Está situado en el centro del encantador pueblo de la Selva del Mar. Han adaptado un antiguo celler como restaurante; decoración exquisita con mucho gusto.Muy acogedor.

Carta de muy pocas opciones, apenas 5 entradas y 5 platos, algo de tapas, cocina clásica - moderna con cosas interesantes. Probad un excelente ajo blanco con helado de aceite de oliva. Servicio amable y voluntarioso. Postres aceptables.

Carta de vinos lamentable, unas 30 referencias todas españolas, ( menos 2 malbecs argentinos), de ellas la mayoria riojas y penedes, y una representación de otras DO meramente testimonial, es dificil encontrar algo de interés. Un poco decepcionante.Ni siquiera tienen el magnífico Mas Estela que se produce casi al lado.