Yo no he visto la estrella Michelín

He estado pensando poner este comentario a un restaurante con estrella Michelín, ya que supongo que si la tiene es porque se la merece, pero finalmente me he decidido porque a mí personalmente me ha defraudado, pues me esperaba otra cosa.

Visita sábado noche con reserva previa; tras un largo pasillo llegamos a la sala. Ésta es algo pequeña y algunas mesas están muy juntas, otras sin embargo están separadas por una especie de visillo y ello les da un poco de intimidad.

Pues bien, había tres mesas libres y nos colocan en la peor que queda: se trata de la mesa que hay justo al lado de la puerta de la cocina, con el trasiego de camareros entrando y saliendo con los platos; tras cinco minutos sentados no aguantamos más y le preguntamos a una camarera (parece que es la somelier) si nos puede sentar en otra mesa, en concreto, en una que está separada por los visillos. Tras pensárselo un poco y comprobar el libro de reservas nos dice que sí, pero antes nos cuenta la historia de que esa mesa está reservada desde hace una semana por una pareja que quería celebrar algo y que parece que se está retrasando; al final de la noche no apareció nadie. La verdad no entiendo qué hace una mesa en ese lugar, justo en la salida de la cocina, ya que cenar ahí tiene que ser un sufrimiento.

En cuanto a los vinos, nos trae un libraco con un montón de referencias, finalmente nos decidimos por un vino alemán, Nussdorfer Herrenberg Spätlese trocken 2010 de uva Gewürztraminer que marcaba un precio de 22,50 € (era de lo más barato que había en carta). No nos aconsejan sobre la elección del vino. Un detalle que no nos gustó fue cuando el dueño y cocinero se acerca a la mesa para tomar nota de lo qué queríamos y aparta la servilleta que cubría el vino en la cubitera para ver qué vino habíamos pedido y nos hace una pequeña sonrisa; a lo mejor esperaba que hubiéramos pedido un vino más caro.

Una vez sentados en la mesa buena nos traen la carta y nos decidimos por el Menú Riff, que consta de unas tapas, cinco platos y postre.

Las tapas eran:

- Rodaja de mojama con mahonesa de almendra: la mojama estaba buena, la camarera nos cuenta que la tienen secando no sé cuanto tiempo.
- Rodaja de zanahoria y una salsita para mojar: nos cuenta que se trata de una zanahoria vieja que la cultivan con unas semillas muy antiguas. Se trata de una zanahoria normal.
- Dos trocitos de salchicha alemana, acompañada de una vichissoise: salchicha normalita, como la que puedas encontrar en otro sitio.

Terminamos las tapas, que haciendo una valoración de las mismas no aportan nada culinariamente hablando, exceptuando quizás la mahonesa de almendra, que nunca la había probado.

Pasamos a los platos:

1.- Tartar de bonito con mostaza y huevas de trucha: muy buen producto, materia fresca y sabor muy conseguido; fue el mejor plato de la noche.

2.- Espárrago blanco de Tudela, con yema de huevo cocida y una salsa: plato que no sabía a nada, yema normalita, en fin, un plato para olvidar.

3.- Pescado: dentón con semillas y ragú de chochinas: escasa cantidad, pero el pescado estaba muy bueno, fresco; encima del pescado había como una especie de galleta de pipas.

4.- Arroz brut (sucio): aquí vemos que se acercan con unos platos grandes y hondos en el centro, pensamos que vamos a comer una cantidad razonable de arroz cuando nos damos cuenta del truco: al meter el tenedor en el plato nos damos cuenta de que se trata de un falso hondo, apenas hay medio centímetro de hondura y sólo hay cantidad para tres cucharas. Se trata de un arroz blanco espolvoreado con tinta de calamar, y estaba bueno, pero es que creo que si hubieran puesto un poco más de cantidad no se hubiera resentido la cuenta de resultados del Restaurante.

5.- Y ahora llega el plato estrella de la noche: Ternera de Avila asado con canela, cilantro seco y ajo. El nombre del plato es inversamente proporcional al tamaño del trocito de la carne; la soledad del trocito de carne en ese inmenso plato, sin una triste guarnición de verdura, o unas patatitas que le hicieran compañía. Corto el trocito en tres minitrocitos para alargar un poco el tiempo de comer. De verdad que no entiendo este plato, pues quedaba visualmente ridículo.

Eso sí, hambre no pasamos porque nos hinchamos de pan, de hecho, los camareros servían la ración de pan antes incluso de que te hubieras comido el anterior, y si en un Restaurante te tienes que hinchar de pan, mala señal. El servicio del pan se cobró a 3 euros por persona.

De postre: fresitas con un trozo de chocolate, que estaba bueno. Esperábamos un postre más elaborado, algo que sorprendiera, pero no.

En resumen, buen producto, escasa cantidad, en algunos casos cantidades ridículas y poca elaboración de los platos ya que lo que prima es la calidad del producto. Salimos con una sensación de no haber visto la estrella michelín por ningún sitio, y con la certeza de que no volveremos. Hay en Valencia Restaurantes sin estrella que elaboran mejores platos.

Como anécdota, había varias mesas que estaban ocupadas por comensales que hablaban la lengua de nuestra querida Merkel, no sé si será algo habitual en este Restaurante por el hecho de que su dueño y cocinero es alemán, pero si no llegan a ser por estas personas el Restaurante hubiera estado casi vacío.

Recomendado por 1 usuario
  1. #1

    Carlos70

    Entonces, no me recomiendas que vaya?. O mejor me espero que le des una segunda oportunidad y cambies de opinión? Era uno de los restaurantes a los que me apetecía ir.
    Saludos tragoncete ;-)

  2. #2

    Roskilde

    en respuesta a Carlos70
    Ver mensaje de Carlos70

    Si te apetece ir no dejes de hacerlo, pero acuérdate de ir cenado.

  3. #3

    kopicki

    en respuesta a Roskilde
    Ver mensaje de Roskilde

    El anterior forero(papas y olivas) denomina al arroz brut de "mítico" es para tanto??.
    O se que al día siguiente te metiste un buen almuerzo seguro. Vas a cuina oberta??

  4. #4

    Hambrebuena

    Ainss! nosotros comemos allí el sábado con Cuina Oberta, y mis expectativas son altas...
    Ya os contaré.

    Saludos

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