Más platos, un “Tzatziki”(plato griego) presentando como un sorbete de

Más platos, un “Tzatziki”(plato griego) presentando como un sorbete de yogur con huevas de trucha y ostras con una emulsión de pepino. Muy fresco y mediterráneo. Otro plato frío: una pechuga de perdiz sobre carpaccio de boletus pero con un dudoso helado de piñones que no parece pegar mucho. Como platos calientes principales una lubina al horno, con un adecuado punto de cocción y una melosísima carrillada de buey estofada con vino tinto, quizás el mejor plato de la noche. Magnífica pero con un pobre acompañamiento: un macarrón algo seco. Le habría sentado mejor un buen puré de patatas o unas verduritas. Se marida con un Finca Alicia Rojas (D.O. Rioja), con unos torrefactos demasiado presentes. En los postres nos sirven un cava Freixenet Malvasía dulce muy interesante, todo un descubrimiento, que marida perfectamente con los dulces. El vino que más me gusta de los servidos, junto con el Chardonnay del Palatinado, quien lo iba a decir. Muy bueno el café: hacia tiempo que no me tomaba un expresso tan equilibrado. En definitiva, una cocina creativa, bien asentada, que tiene que pulir, a mi juicio, algunas cosas como ciertos acompañamientos que le restan atractivo a algunos platos. Globalmente, invita a repetir la experiencia. Bernd Knoller también ha abierto una tienda al lado del restaurante en la que vende interesantes delicatessen.

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