Solida opcion

Este mes de agosto, cuando tantos restaurantes están cerrados en Barcelona, y guiados por la buena fama que tiene el local entre los aficionados a la gastronomia de la Ciudad Condal, decidimos ir al Gresca. Situado en el Eixample, es un local pequeño, discreto pero con una cierta elegancia, también trasladada a la vajilla y al menaje de mesa. El servicio es amable, rápido y profesional, muy atento a las necesidades del comensal.
Hablando en general de la comida, esta destaca por el respeto al producto y a los puntos de cocción, realmente perfectos en todos los casos. Es una cocina moderna pero sin demasiados alardes técnicos, más preocupada del sabor que de la estética (y eso que la mayoría de los platos son realmente bonitos en ese aspecto). Otro de sus puntos fuertes son las salsas realmente muy sabrosas, que inducían al consumo abundante de pan, por otro lado muy bueno. Regamos la comida con un León Barral del 2013, un interesante vino del Languedoc-Rossillon, que cumplió sobradamente con lo que esperábamos. Por otra parte, la carta de vinos, bastante extensa, está llena de referencias poco corrientes a precios realmente razonables para un local de esta categoría.
Empezando el menú, una ensalada de jamón, alcachofa y parmesano sirvió para abrir boca con intensidad de sabor, aún mas marcada con el siguiente, una sardina marinada con mantequilla especiada muy agradable de textura. Refrescante la ensalada de tomate, boquerón y cilantro que continúo los entrantes. Y brutal las setas con queso Comté, uno de esos platos que recuerdas durante mucho tiempo, a pesar de su aparente simplicidad.
Los pescados empezaron con una caballa lacada con patchoy, sencilla pero en su punto, antes del mucho mas complejo y esplendido mero con cebollas y praliné de piñones (me faltó salsa, de las mejores que he probado en mi vida). Meloso y sabroso el arroz de gamba y tuétano que hacía de puente con las carnes.
Estas empezaron con los fideos de cerdo con verduras, plato curioso hecho con el tocino, aunque quizás mas interesante por la salsa que por el ingrediente principal. Muy buenas las mollejas con mantequilla y limón e increíblemente potente el solomillo con salsa de vino, con la carne muy tierna y el fondo liquido espeso y sabroso.
El prepostre fue un interesante sorbete de cassís con sake, muy buena combinación de textura y sabor. En cambio los postres fueron el punto mas débil de la comida, con una relativamente insípida piña colada helada (en forma de coco) y un bastante vulgar chocolate con aceite y sal, de los que se puede tomar en muchos restaurantes de hoy en dia.
En conjunto una comida magnífica, representativa de una cocina madura a la que quizás solo le falta un punto de ambición para alcanzar un punto mayor de excelencia.

Recomendado por 2 usuarios

Cookies en verema.com

Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.

Aceptar