Restaurante Casa Nostra en Corbera de Llobregat
Restaurante Casa Nostra
País:
España
Provincia:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
20,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
45 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
8.0
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
8.5
Comida COMIDA
8.1
Precio medio entorno ENTORNO
7.3
RCP CALIDAD-PRECIO
7.8
Opiniones de Casa Nostra
OPINIONES
12

Hola,

después de mi decepcionante experiencia en Nectari he vuelto a utilizar la promoción de la revista Cuina para visitar este restaurante. La verdad es que no lo había oído en mi vida pero me atrajo el precio (36€ dos menús degustación con maridaje de vinos) y sobre todo el concepto: Km0, slow food y origen ecológico de algunos productos. He salido muy satisfecho con todo: trato excelente por parte de Joan y una chica de sala, comida rica y bien elaborada (sopa de cebolla con huevo poché y crujiente de queso, ensalada de pollo del Prat en escabeche con setas y membrillo, calamar con garbanzos y calçots, redondo de ternera ecológica (en realidad una "pelota" de ternera que contenía rabo de buey) con espelta, y postre de chocolates). Además de eso el esmero con que parece escogerse los vinos y cavas (productores pequeños y de proximidad, intentando evitar grandes marcas).
Finalmente decir que esto sí que es una promoción sin trampa ni cartón: el menú de 36€ (por persona) es el que tiene el restaurante.
Saludos,

Carlos

Uno mira lo que ha pagado y lo compara con lo que se ha vivido en Casa Nostra y no lo terminas de entender. Cocina hecha con toneladas de cariño, dominio e implicación.

Pero lo realmente sorprendente fue la capacidad de "casar" los platos con los vinos en su menú degustación con maridaje. Por cada plato, un caldo. Totalmente recomendable... sobre todo porque es de esas ocasiones (aunque es mi primer comentario en Verema) en la que tienes la certeza de estar delante de un descubrimiento total. La crema fina de patata con huevo estrellado y aceite de tofona y el carpaccio de pies de cerdo descomunales.

Para repetir... seguro!

Me olvidaba... excelente el trato con Balbina, la dueña del restaurante. Al final decidimos hablar con ella. Fue un rato muy agradable donde compartimos ideas y sugerencias.

Lo dicho, menudo descubrimiento!

El lugar un poco complicado de encontrar. El jardin muy bonito con una fuente, se nos ofreció la posibilidad de comer en él, pero era mediodía y hacia demasiado calor. La sala correcta, pero algo demodé, las sillas, realmente, no son demasiado cómodas.
Pedimos el menú degustación. La apreciación general es buena. No hubo ninguna sorpresa especial, ningún plato que nos dejara atónitos, pero todo lo que comimos estaba muy bien elaborado y con buenas materias primas. Entrantes muy bien. Los peus de porc con piñones tostados muy buenos. El turbot al vapor en el punto exacto de cocción. El cochinillo, tierno, tierno, meloso... Quizás lo más flojito los postres, tomamos un helado de mojito un tanto insípido y un postre de chocolate con "demasiado" chocolate. Cada uno de los platos maridado con un vino diferente con la pertinente explicación del por qué. Nos abrieron para nosotros solitos 5 botellas de los 6 o 7 vinos que tomamos, lo que habla de la honestidad del lugar.
Un buen lugar donde volver de tanto en tanto.

Creo que es uno de los pocos restaurantes donde la combinación de la pasión, el trabajo, la personalización del servicio y los platos te hace sentir en casa tal y como dice su nombre.Es un lugar donde la decoración es sencilla para no darnos la impresión que el lugar esté por encima de la clientela.

La carta de vinos es muy trabajada y Balbina (la propietaria) busca vinos que no son conocidas por las masas pero que tienen una calidad inegable y que maridan a la perfección con los platos a elegir. Si algún dia vais, probad el menu de degustación y veréis lo que os explico aqui.

Muy interesante las jornadas de quesos y las jornadas de bacalao- aqui crean platos y maridajes que realmente son inmejorables. Yo diría que la relación/calidad precio es uno de sus fuertes. Al mediodia entre semana hay un menu de 4 platos (de raciones muy generosas) más el postre y cada plato está maridado con su vino, o sea en total 4, todo por 19,90€!! No conoczco ningún restaurante que ofrezca eso...
El fin de semana cambia la cosa y los platos son más complejos en elaboración y gusto, el menu de degustación en algunes fines de semana está compuesta de 3 primeros y 3 segundos con 6 vinos diferentes!

Yo voy muy a menudo al restaurante y todos los platos sobretodo el arroz caldoso han estado en su punto y son maravillosos. El servicio y la sencillez del restaurante hace que la experiencia sea aún más placentero ya que no esperas lo que te sirvan. Me contengo en mi puntucación porque todo en esta vida es mejorable.

Leo el resto de comentarios, y la verdad, no entiendo qué vieron de tan bueno a diferencia de mi.
La verdad, fui por curiosidad (todo y haber escuchado malas críticas), ya que quería ver la carta de vinos. Ésta, como tal, es aceptable, pero está descompensada con la idea real del restaurante; los precios, no obstante, están bastante ajustados, por lo que vinos caros, se combierten en asequibles.
Las copas Riedel, bien seleccionadas, pero fuera de contexto. La cubertería rallada y en total descompensación con las copas y la vajilla.

La sala es extremadamente pequeña, mal decorada, simple y con una combinación de estilos íncongruente. Las mesas son pequeñas, la decoración de las cuales está caracterizada por diferentes tipos de hiervas aromáticas (en nuestro caso "farigola llimonera"), en un tiesto (con arena), hecho que no es muy agradable, ya que posteriormente se servirá comida en la misma mesa. Las sillas son viejas y recuerdan a las que uno puede encontrar en la oficina. Cabe decir, no obstante, que es una sala con mucha luz natural y puedes llegar a oir el agua de la fuente de la entrada.
El diseño y maquetación de la carta física (tanto la de oferta gastronomica como la de vinos), está muy poco pensada, elaborada y mimada. Sin división de entrantes, segundos y postres (uno se lo debe imaginar por el precio).

Los precios son excesivamente caros por lo que es el trabajo de la cocina. Y con esto me refiero a los tiempos de cocción, no precisados; los contrates de sabor, inexistentes; la presentación, poco acurada, puesto que los platos no están ni repasados; falta de magia, que es lo que hace vibrar la cocina de un restaurante...
El pan es de las pocas cosas que mereció la pena, lástima que no teníamos ni un poco de aceite para acompañarlo, ni salsas para poder untarlo.

El servicio fue pésimo, profesionalmente hablando. El trato personal correcto, salvo la prepotencia de la que, interpreto, era la maître.No se molestaron ni en quitarme las migas una vez acabé el segundo plato,ni el servicio de pan (porque no hicimos postre).
Nos trajeron una servilleta deshidratada para limpiarnos las manos después del marisco, la cual hidratoron con simple agua hirviendo (y luego no nos canviaron al servilleta).

No nos atrevimos ha hacer el menú degustación hicimos carta y no llegamos a los postres por miedo a lo que nos podíamos encontrar.

Mi crítica se basa en la visión detallada del restaurante en un aspecto global, y no sólo basándome en como fue la experiencia personal.

Yo, al restaurante en sí, les recomendaria menos platos de la montgatina y copas riedel y más profesionalidad, educación, honestidad y, por lo menos, una buena silla donde poderme sentar. Sinceramente, salí defraudado.  

Tenía ganas de poder visitar este restaurante por las buenas referencias que tenía de él, además me coje muy cerca de casa... En líneas generales muy bien, muy buena cocina con buena materia prima y con excelentes maridajes.Servicio del vino muy bueno tanto en las elecciones, como en cristaleria (Riedel) y temperaturas. Tomamos un menu degustación que ofrece un "resumen" de casi toda la carta, a destacar los ravioli de foie(muy bien el St.Urbans Riesling) y el rape con muselina de patata y verduras(perfecto con un Venta d´Aubert Viognier) entre otros. Los postres también muy bien, destacaría el helado de confitura de naranja con pomelo y crema de flan perfectamente maridado con un Moncucco ( Moscato d´Asti ).
En resumen muy recomendable, el precio es más bajo si se toma el menú cerrado que ellos preparan a 35€ o se eligen platos de carta, pero el menú Art Gastronomia(creo que era así) también vale la pena.Se nota que Balbina disfruta con la elaboración y maridaje de los platos y eso ,evidentemente, se transmite. El único pero quizás el local, no le vendría mal una reforma.Volveremos.

He visitado varias veces el restaurante, nunca me ha defraudado. A destacar su buena calidad y buen servicio. Me encanta el Steak Tartar elaborado en la sala, las buenas ensaladas y la gran tentación de no poderse resistirse a los postres. Les visitaré más.

Nuestra primera visita, recomendado por un amigo, pues cuesta de encontrar. Nos hemos decantado por el menú, tartar de atún finísimo y gustoso, bacalao con salsa de azafrán increíble, añadir el trato atento y las explicaciones del vino(copas Riedel), ya que tienen la opción de acompañar cada plato con un vino a su criterio. Aperitivo, dos platos y postres (hoy degustación de helados). 32,50 por persona. Repetiremos (lo tenemos cerca) para probar la carta. (Pinta bien).

Estuve el pasado domingo dia 10, y debo decir que me quedé con las ganas de probar otro tipo de menú, pués me decanté por el menu de quesos y al ser medio dia me saturó bastante.
bien maridado con vinos poco convencionales, buen servicio del mismo, y los platos, poco que destacar al tratarse de quesos ( tambien poco conocidos ) maridados con verduras, setas, etc , y no poder valorar realmente la cocina de este restaurante.

Maravilloso, es la palabra que mas se acerca a la estupenda realidad de una cocina muy bien trabajada, y de un servicio inmejorable. La carta no tiene desperdicio, ya que junto a platos conocidos hay una buena variedad de atrevimientos culinarios que si no fuera por que en un estomago no caben todos ,de verdad que son para probarlos uno detras de otro.Los vinos hay que dejarlos al buen hacer del sumiller, que no deja de sorprenderte, el pan hecho propio, la reposteria tambien deliciosa , en fin que por un buen precio se puede pasar un rato mas que agradable, mis felicidades a Balbina y Joan Lluis por su oferta, y las jornadas especiales (quesos, generosos, Internacionales, cerveza, caza, etc. etc.) estan de lo mas cuidadas, ah!! y el sitio muy acogedor, todo muy bien.

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