Restaurante La Salita en Valencia
Restaurante La Salita
País:
España
Provincia:
Localidad:
Zona:
Cód. Postal:
Vino por copas:
Precio desde:
26,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Cierra:
domingos
Nota de cata PRECIO MEDIO:
58 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
8.2
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
8.3
Comida COMIDA
8.8
Precio medio entorno ENTORNO
7.3
RCP CALIDAD-PRECIO
8.6
ensalada de encurtidos
cocteleria
terraza
salida terraza
entrada
edificio
"Árbol de los petit four", tras el que se vislumbra la nueva decoración del local.
Sergio Rodrigo, gran profesional de sala, creciendo.
Espectaculares emplatados (todavía más espectaculares) en esta nueva etapa
Carabinero y su jugo picante
Raya, holandesa, coulis de estragón y zanahoria en texturas
Tiara de encurtidos y salazones
Sardina braseada, aguacate ahumado y cebolla fermentada
Trucha ahumada, manzana y almendra
Bodega
Postres y arbol de chuches
Surtido de quesos franceses
Caviar vegetal, Anguila ahumada y Cabrito confitado
La tiara, Raya, Carabinero y Arroz de sepia bruta
La Barraca, Trucha ahumada y Sardina braseada
vino
Melocotón, albahaca y yogur
Cochinito, cochinita y tavelles
Degustación de arroz negro, pulpo seco y all i oli
fideuá de plancton
bacalao y guisantes
Guiso de garrofones, pure de topinambur con esferas de queso idiazabal
Langostino, endivia y alcarchofa con salsa de almendras
Ensalada de salazones y encurtidos con aceite de albahaca
Maravillosa concepción y ejecución.
El acompañante perfecto...
Maravilloso arroz...
Arroz cochinita pibil
Parpatana glaseada con jugo de caballa y manitas, con salteado de pepino agridulce
Ensalada de encurtidos y salazones
Castaña de tiramisú de turrón
Rabo de toro
Tenderete de postres
Huevo a baja temperatura con polenta
Allipebre de plancton con bacalao
Salmón con ravioli relleno
Lingote de foie
Ensalada de mojama de verduras
El árbol de la vida
Castaña de tiramisú de turrón y Petit Fours
Pichón, canelón y ciervo
Ensalada y arroz
Fruta de la pasión con corazón de yogurt
Raviolis invertidos
Snacks, vermouths y vino
Tenderete de postres
La casita de caramelos
Hamburguesa de Toro con Patatas Deluxe
Burritos de salmón marinado casero
Preciosa y tranquila terraza
Feria de postres
Carrillera de buey
Tartare de Salmón marinado
El Champagne de Gazpacho Andaluz
El Purito
El Tenderete
El tenderete
Bacalao
Bocadillo de atún
El tenderete
Squid covering langoustines. Caviar made of orange
Risotto with thyme and duck liver and duck ham
Fish wrapped in sea weed
Versión de Olla valenciana flotante
Purito de embutido
Café y Pastas.
caballa
olla
delicias
Feria de postres
Terrina de foie con queso de cabra y manzana grand smith con brioche de frutos secos y pimienta de sichuan
Tapitas saladas
El puro.
Gambas a baja temperatura
Foie mi cuit.
Los postres
Corvina
El bocata Almussafes
Los raviolis de rabo de toro...uhmmmm¡¡¡
Postres.
Rabo de toro estofado...
Milhojas de foie,manzana y queso de cabra.
bacalao con humo de albahaca
Jugando con el Iphone
raviolis
El bombón
pos-tres
Arroz a la cubana "La Salita" style
Mac Foie
El bacalao... por añadir una crítica...se nos quedó algo frío y la pasta la hubiera preparado más fina...
Caballa, un pescado cenicienta... aquí como una reina!
Turrón de foie y avellanas
Opiniones de La Salita
OPINIONES
294

Cena para cinco. La única opción es el menú degustación, así que nos preparamos para disfrutarlo:

EL ÁRBOL DE LA VIDA. Una original forma de comenzar, sorpredió y gustó bastante. Me quedo con el bombón de foie y el de queso azul, por sabor.

ENSALADA DE ENCURTIDOS Y SALAZONES. Presentada en un plato alargado, el único pero es que costaba comerla con la cuchara, pero de sabor estaba impresionante.

ALLI PEBRE DE PANCTON CON BACALAO CONFITADO. Un plato delicado, con gusto, que le gustó mucho a uno de los comensales por su devoción hacia el bacalao.

PARPATANA. Una buena interpretación de mar y montaña, con el caldo de caballa y las manitas de cerdo, me gustó bastante la melosidad del plato.

GRANIZADO DE GIN TONIC. Bueno para refrescar el paladar y preparnos para lo siguiente.

OLLA VALENCIANA CON QUESO AHUMADO. Un guiso contundente de alubias, pero bien presentado, un plato fino, con unas esferificaciones de queso ahumado, originalidad desde luego no le falta.

COCHINILLO CONFITADO EN SU JUGO DE NARANJA Y CALABAZA. De lo mejor para mí, por sabor y melosidad, un plato de mucho nivel que invita a deleitarse en él con buen vino.

CASTAÑA DE TIRMISÚ DE TURRÓN. Se deshace en el paladar, una textura que es pura seda.

EL TENDERETE DE PETIT FOURS. Una forma deliciosa de terminar, por supuesto marcada por la originalidad de la presentación, una vez más.

Bebimos durante la cena un par de botellas de un syrah, Pago de los Balagueses, añada de 2011. Nos gustó bastante, y el servicio fue de 10, por atención al vino y al comensal, sirviendo cada copa y decantando cada botella con antelación.

Gran velada.

Begoña Rodrigo es una mujer en un mundo de hombres, en un mundo donde claramente Carme Ruscadella es la menos mediática de los triestrellados, en un mundo donde pocas mujeres destacan cuando en teoría las abuelas de todos nosotros son las que mejor hacen las croquetas. A la valenciana le sobraron ovarios para ganar un concurso de TV ante algunos favoritos que en ciertos momentos perdieron la concentración, mientras ella salía sobrada cuando tenía que cocinar sola, más que acostumbrada en su Salita. La televisión la ha servido para darse a conocer teniendo en la Salita muchos más afluencia que anteriormente. Ella ha utilizado a la caja tonta antes de que fuera al revés, y la viéramos en Supervivientes ó algo similar.

Pertenezco a la Peña Gastronómica Los Restauranteros, y nombrábamos a Begoña Rodrigo socia de honor, después de Joan Roca. Todo un placer para este grupo de disfrutones que ella fue capaz de sentir, provocando una jornada para el recuerdo.

Se empieza con el árbol de la vida, que es una auténtica declaración de intenciones, muestra de la pasión por el detalle. Sardina con patata frita, tartar de salmón en tomate, caballa marinada, bómbón de avellana y foie, bombón de chocolate blanco y queso azul, y cucurucho de queso de cabra con pesto. A destacar los dos bombones, contundentes y con los sabores bien marcados. Una forma de comenzar, amena, sabrosa, y utilizando las manos de manera natural, no escribiré anglicismos al uso para describir este tipo de bocados. Un paso que marca el comienzo del placer.

A continuación la ensalada de encurtidos y salazones; tradición valenciana que refresca y limpia la boca después de un comienzo potente.

Seguiríamos con un all i pebre de placton y salmonete, el pescado en un punto perfecto, y la salsa valenciana imponiéndose al descubrimiento del de Puerto de Santa María. Le tendrá que pedir Begoña más caviar verde para notar una mayor presencia marina en este plato.

Un clásico de la Begoña televisiva es el “pinchonetto meronatto”, pichón cortado en tiras, ligeramente pasado un poco de punto, con una salsa muy suave a base de mero que da al plato un toque de salinidad. Pichón equilibrado.

Llega la parpatana con caldo de caballa, y manitas y pepino agripicante: después del primer bocado, se hace el silencio, miradas cómplices. Plato muy equilibrado, y sabroso. En él se combinan la contundencia del guiso del atún con toda su sabrosura que además se multiplica por un caldo denso y concentrado de caballa y manitas de cerdo, con pepino finamente laminado que aporta ligereza, un toque amargo, una punzada de licor y además barre la grasa del resto del plato. Plato meloso que a la vez resulta fresco. Ese atrevimiento que tiene Begoña aquí le viene de maravilla para cuadrar una composición única que eleva el nivel.

Limpiamos a medio menú con el granizado de gin-tonic que es un entretiempo permanente en los menús de la Salita. Necesidad para afrontar el Puro, cebolla en el exterior, morcilla en el interior, y la salsa de chorizo como ceniza. Una influencia del Viaje a la Habana de Jordi Roca que Begoña ha transportado al mundo del cerdo. Sabor, delicadeza y estética.

Como no podía ser de otra forma, en Valencia es necesario que haya arroz en los menús y Begoña lo resuelve con un artístico arroz con cochinita pibil, decorado por un extrafino torrezno. Esta serie de detalles son el espejo de la pasión gastronómica de “la Rodrigo”. Para repetir.

Manteniendo la mirada hacia el territorio, la olla valenciana con queso ahumado. Alubias, panceta, el propio caldo del guiso y unas esferificaciones de queso, al combinar todos los ingredientes nos encontramos con una contundencia controlada, y ese toque ahumado del queso. La sensibilidad femenina en el guiso.

Se finaliza con el lomo alto de ternera con esparrágos y mollete de su carne estafada; lo mejor ese mollete, el resto más que correcto, pero podríamos decir que algo previsible. Aquí se puede notar la falta de algún recurso en cocina, lo cual seguramente se tendrá en cuenta después de conocer que Begoña abrirá un restaurante cercano al mar con mayor infraestructura.

De postre, la castaña de tiramisú de turrón. Disfrute total para los más acérrimos al dulce. Pequeño homenaje a la región, mirando hacia Jijona. Belleza golosa. que admitiría algún contraste sápido.

Fin con el ya conocido tenderete; el principio y el final lleno de pequeños gestos que expresan que se quiere ir más allá, que aquí al cliente se le abraza con cariño gastronómico.

La cocina de Begoña sigue creciendo; en sabor, en ciertos contrastes que equilibran los platos (pepino con la parpatana, esferificaciones de queso en la olla valenciana,..) y en esa estética que hace las composiciones entren por los ojos. La parpatana, el all i pebre, el arroz, esa castaña de tiramisú, y el comienzo con el árbol de la vida son composiciones de muy alto nivel que querría firmar más de un “chef”.

Como siempre, post completo en :

http://www.complicidadgastronomica.es/?p=3574

La Salita : Coraje y emoción

Hace un par de años que visité la Salita por primera vez, y tras esta nueva visita con ocasión de otorgar a Begoña el título de Restaurantera de Honor, me gustaría darle una mejor puntuación en mi comentario, pero me es imposible hacerlo, el sistema no me permite puntuar por encima de 10.


Este evento ha sido ampliamente descrito por algunos de mis compañeros de la Peña Los Restauranteros, y supongo que todavía faltará algún rezagado por hacerlo, así que poco puedo decir, aparte del orgullo de contar como socios de honor de nuestra Peña con dos pesos pesados de la gastronomía, como lo son Joan Roca y Begoña Rodrigo. Difícil lo tenemos para seguir en esta línea.


Sorprendente y emocionante fue la llamada de Joan Roca a Begoña en pleno acto institucional, (especialmente para los que sabíamos que lo hacía desde el aeropuerto y a pocos minutos de la salida de su vuelo hacia el sudeste asiático). Y emocionada por la llamada se mostró Begoña, emoción que contagió al resto de los asistentes.


Os recomiendo veáis el comentario más detallado y fotos en, Begoña Rodrigo, 2ª Socia de Honor de la Peña Gastronómica Los Restauranteros en el BloG-M.


Y sin más dilación, vamos a ver los platos con los que nos sorprendió nuestra nueva Socia de Honor.


Empezamos con,


  • El árbol de la vida .
  • Una original presentación que se componía de, Chip de patata y sardina, Tartar de Salmón, Cucurucho de queso de cabra, Bombón de queso azul y chocolate blanco…..
  • Que se complementaba con una bandeja en la que nos ofrecían, Bombón de foie sobre crujiente de avellana, Caballa Marinada.

    Y seguimos con….



  • Ensalada de encurtidos y salazones . Refrescante y tan bonito como bueno. Esto empieza a animarse.
  • A continuación un All i pebre de placton con filete de salmonete. Sin duda un plato que enamoraría a Ángel León como me ha enamorado a mí.
  • La cosa se pone seria con el Pichonetto meronatto. Otro plato espectacular.
  • Y entonces llegó la Parpatana de atún glaseada con jugo de caballa y manitas, acompañada de pepino. Otra genialidad a base de un corte del atún hasta hoy desconocida para mí, platos como este disipan las pocas dudas que cualquiera pudiera albergar sobre nuestra nueva socia. A ver si los “michelines” pasan por allí y lo prueban.

  • Y para ir preparando el cambio de tercio, un refrescante Granizado de Gin tonic. Que bien cargado de Gin nos ayudó a afrontar lo que Begoña nos tenía preparado a continuación.


    Los segundos,


  • Un plato que a algunos nos recordó el Viaje a la Habana del Celler, y que en otros dibujó una sonrisa divertida, Puro con embutidos y salsa de chorizo. Lo recuerdo de mi anterior visita, un plato tan divertido como sabroso.
  • Otro plato sorprendente, Arroz de cochinita pibil. No esperábamos una paella en La Salita, pero tampoco podía faltar un plato a base de arroz.

  • Lo recuerdo de mi anterior visita, Olla valenciana con queso ahumado. Versión actualizada de la Olla Valenciana, contundente.
  • Y para ir terminando, Lomo alto de ternera con espárragos y mollete de su carne estofada . Otro plato genial, lástima que nuestras fuerzas ya llegaban a su fin.


    Y los postres,


  • La Bomba, Castaña de tiramisú de turrón . Creí que no podría, pero al final cedí ante su textura esponjosa y la explosión de sabores que se deshacían en mi boca.
  • Y los Petits Fours en forma de, Tenderete . Galleta de jengibre con forma de camiseta - Financier de almendra con chocolate - Macaron de violeta - Lionesa de manzana - Cono de chocolate decorado con sus graciosas margaritas de azúcar, aunque tengo que reconocer que aquí ya me di por vencido y no llegué a probarlos.


    Para beber…


  • Una muy buena selección de vinos acompañó los platos, seguidos de Cafés, GT’s…….


    Un día de disfrute que quedará en la memoria de todos los asistentes, y un placer ver la sencillez y humidad de Begoña que lejos de acomodarse y vivir de las “rentas” televisivas, sigue trabajando y explorando nuevos proyectos que sin duda ayudarán a potenciar la gastronomía valenciana.


    Si hace tiempo ya resultaba incomprensible, tal y como nos decía el amigo “Javier46”, en su hilo veremero, No hay manera: La Salita sigue sin salir en las guías, a estas alturas ya es de juzgado de guardia.





    • Arroz cochinita pibil

      Arroz cochinita pibil

    • Parpatana glaseada con jugo de caballa y manitas, con salteado de pepino agridulce

      Parpatana glaseada con jugo de caballa y manitas, con salteado de pepino agridulce

    • Ensalada de encurtidos y salazones

      Ensalada de encurtidos y salazones

    Nueva visita y disfrute en este restaurante, con motivo de la reunión de Restauranteros.

    El menú consistió en:

    El árbol de la vida, con sus componentes: chip de patata y sardina, tartar de salmón, caballa marinada, bombón de foie sobre crujiente de avellana, bombón de queso azul y chocolate blanco, cucurucho de queso de cabra.

    Ensalada de encurtidos y salazones

    All i pebre de placton con filete de salmonete

    Pichonetto meronatto

    Parpatana de atún glaseada con jugo de caballa y manitas, acompañada de pepino.

    Granizado de Gin Tonic

    Puro con embutidos y salsa de chorizo

    Arroz cochinita pibil

    Olla valenciana con queso ahumado

    Lomo alto de ternera con espárragos y mollete de su carne estofada.

    Castaña de tiramisú de turrón.

    Petit fours versión tenderete.

    Con estos vinos:

    Kientz brut Cremant d'Alsace brut – Alsacia Francia.
    Indígena garnacha blanca – Mont Sant.
    Selbach-Oster Riesling de Mosela – Alemania.
    Morande Chardonnay – Chile.
    Sentado sobre la bestia – Valencia.
    Maqués de Vargas – Rioja.
    Dulce Tintoralba – Almansa.

    Mi primera visita al mismo data del día 05.10.08

    https://www.verema.com/restaurantes/2434-salita-valencia/valoraciones/528182-visita-obligada-si-se-visita-valencia

    Entre otros detalles, en aquella visita, me sorprendió su sardina y aquella maceta terrina de foie, tan bien elaborada, con tanto trabajo y con tan buen gusto en su diseño.

    Creo que he acudido posteriormente a este restaurante unos 7-8 veces en estos 5 años largos, me acuerdo con nostalgia de su gazpacho burbuja, su puro relleno de morcilla con salsa de queso ahumado, su casita etc.…

    Pues bien, han transcurrió no solo esos 5 años largos, también hechos importante en el discurrir de un local y sobre todo en su alma mater, como su triunfo más que merecido en el concurso televisivo.

    En esta visita, he vuelto a disfrutar de su sardina, de su puro….. de sus creaciones, de su línea de trabajo y elaboración que me encandiló en el año 2008 y me ha hecho asistir sin falta a este restaurante, cada vez que me encuentro en Valencia.

    He encontrado al local remozado pero con su línea de siempre, los platos con innovaciones , pero haciéndome feliz con algunas de sus creaciones de esas que me han quedado en mi retina cerebral y logrando hacerme expectante con las nuevas. Incluso el servicio que siempre me agradó, ha dado un paso adelante, en ciertos detalles difíciles de definir, pero que dan la sensación indudable de mejoría en un buen sentido.
    Begoña, Jorne y Sergio tan amables y cercanos, como siempre.

    Os deseo no mejora que es imposible, y sí que en vuestros nuevos proyectos, sigáis en esta línea inmejorable y que los que tienen que hacer el daros notoriedad pública, os lo notifiquen en los medios, pues estoy convencido que en su fuero interno lo saben y hasta quizás, lo sufren. Y si no es asi, aquí nos tenéis a los clientes, que es lo que nos hacen más o menos grandes a los profesionales que nos dedicamos al público en general.

    Así de bien pasamos la velada.

    Sigo aprovechando el rebufo de mi amigo Toni para simplificar mis comentarios y de hecho llamarme cara dura, pero pienso hacerlo siempre que pueda, cada vez que me siente a la mesa con tan buen compañía como la que he tenido este fin de semana, me aprovechare de la buena prosa de mis acompañante, si podéis llamarme parasito, no me enfado.

    Hay un comentario muy usado “cuanto daño hace la tele” he oído en mas de una ocasión comentar y la verdad es que después de conocer personalmente a Begoña , no puedo menos que creer en la manipulación que se hace para obtener audiencias .

    He conocido, eso si a primera vista y durante poco tiempo a una chef simplemente cojonuda, excelente cocinera, eso ya se atisbaba en el reality, pero además una tía muy especial, con un gran grado de sensibilidad , luchadora , y con los pies en la tierra, es de esas personas que te gustaría tener entre tus amigos , en la cuadrilla , lo dice un seguidor de Barbara , es coña , aunque la verdad como le confesé a la propia Begoña , ese pique fue el que me engancho al programa y gracias a esto me interese por un programa en el que al final se vio buena cocina , así que estos de la tele no son nada tontos.

    Y dejando de lado el show, decir que tenemos una candidata a ser la primera mujer con estrella de la comunidad Valenciana, bueno me corregís amigos levantinos si ya la hay, aunque creo que hay otra en Elche, pues buena a ver si no me equivoco, candidata a ser la segunda mujer estrellada, la sensibilidad y el acierto de Begoña en sus creaciones viene de su lucha por mantener sus ideas, suyas.

    Y a excepción del arroz que todos esperábamos con algo mas de picante , aunque nos comento que en Mexico tampoco es para tanto , que la gente se echa picante a gusto , que no todo es picante , ese es un tópico que al menos yo tenia .

    Bueno pues después de este comentario, ya sin excepciones me parecieron todos los platos, llenos de sabor, imaginación y buen hacer.

    El original puro de embutidos, la utilización del plancton, los mar y montaña, ese guiño a mi tierra con la esferificacion de idiazabal , el espectacular sobaco de atún , perdón la Parpatana de atún , quizás el plato que mas aplausos tuvo de los muchos que se dieron , los aperitivos del árbol , originales , pero sobre todo sabrosos , la presentación de la Castaña de tiramisú de turrón .

    En resumen una velada magnifica y como siempre en buena compañía, agradecer el trabajo de todo el equipo y el buen servicio, otra persona que me impresiono, fue el hermano de Begoña, que llevo la sala y que hacia acopio de cariño y admiración por su hermana, al menos esa sensación tuve yo , encomiable.

    Ando yo repasando mi personal experiencia en materia “restaurantil” y llego a la conclusión de que la Salita reúne ciertos aspectos que lo hacen especial y diferente a la mayoría de los establecimientos comentados en este portal a lo largo de mi andadura. Él tiene el privilegio, por ejemplo, de ser uno de los primeros que conocí y visité gracias a esta ya apreciada página. Los comentarios buenos abundaban ya por aquel entonces y, fue por ello, que un día decidí cruzar sus puertas por primera vez. De ello hace ya 7 años. Desde entonces se han sucedido algunas visitas que no han sido las deseadas por el hecho de vivir a casi 100 km del lugar y por esa insaciable curiosidad por conocer nuevos sitios. En la Salita he pasado ratos divertidísimos en torno a una mesa, como más disfruto, y he acudido en otros momentos más difíciles y menos alegres para intentar paliar el dolor, recuperar la ilusión y tomar fuerzas. Es por ello, un lugar especial.

    Cuando en el III Encuentro de la Peña Los Restauranteros en Bilbao decidimos visitar Valencia y se sugirió a Begoña Rodrigo como “restaurantera de honor” (recordemos que nuestro primer “envestido” fue Joan Roca), me invadió una alegría especial y vi la ocasión perfecta para rendir visita nuevamente a esta casa. Poco después llegó el exitazo televisivo de Begoña y “su” top chef, cosa que aún añadía más aliciente y cierto “morbillo” a nuestra futura visita. En definitiva, que se ha hecho larga la espera estos meses. Por fin, este pasado sábado, llegó el día anhelado y no nos defraudó ni lo más mínimo.

    A nuestra llegada fuimos alojados en el salón privado y, tras el acto protocolario de acogida de la nueva socia de la peña, Ana Juan, y el nombramiento de Begoña, empezamos a degustar un menú muy especial con el que la cocinera quiso agradecernos nuestro aprecio. Doy fe que nos sentimos halagados con creces. Unas galletitas crujientes de comino y unas cervezas atenuaron el hambre y la sed (hacía calor en Valencia) antes de empezar el auténtico festín:

    - El árbol de la vida: Original presentación de los snacks colgando literalmente de las ramas de un árbol modelado con alambre. Se corre el riesgo en estas presentaciones tan vistosas de perder nota con aquello que realmente importa: lo que se come. Nada más alejado de la realidad en el caso que nos ocupa: seis auténticos bocados de lujo que hicieron las delicias de todos nosotros. Un denominador común: la intensidad, la potencia sin tapujos.

    1. Chip de patata y sardina: “tapa tradicionalísima” de la casa, de menor tamaño en esta ocasión que en anteriores visitas, cosa que, personalmente, le hace ganar más puntos. Sardina muy sabrosa.
    2. Tartar de salmón: Tomatito relleno del tartar. Apuntaré únicamente un defecto: sólo se presenta un pequeño bocadito. Yo lo tomaría en cantidades industriales, jeje.
    3. Caballa marinada: Excelente el sabor de la caballa y la combinación con las verduras “cuasi pulverizadas”: cebolla, pimiento… Bocado fresco fresco.
    4. Bombón de foie sobre crujiente de avellana: ¡“fuááá”! Una sacudida importante a nuestro paladar. No se busca atenuar la contundencia del producto. Al contrario: se potencia aún más, si cabe.
    5. Bombón de queso azul y chocolate blanco: otra bomba sápida para el comensal. Si eres de los que te gusta el queso, te enamorará. Si no, ni te acerques.
    6. Cucurucho de queso de cabra: Pequeño cono crujiente con el relleno de queso al que podemos aplicar 100% la definición del snack anterior.

    - Ensalada de encurtidos y salazones: Servida en cuenco de cristal con resultado excelente. Frescura a raudales y un sabor que, sorprendentemente, resulta domado y agradable. Tal vez se deba ello a la contundencia de alguno de los bocaditos del primer “pase”.

    - All i pebre de placton con filete de salmonete: El pescado estaba delicioso, fresquísimo y con un punto maravilloso. El fondo de placton me decepcionó un tanto. Jamás había probado este ingrediente y le tenía ganas. Esperaba un sabor marino sobredimensionado, apabullante, salvaje, si se me permite. En una hipotética “cata a ciegas” de esta salsa/crema hubiese apostado por un concentrado de all i pebre, eso sí, pero no hubiese notado ese plus que estoy seguro que le aporta el placton. El conjunto en sí estaba delicioso (y muy sabroso, no vayan a malinterpretarme), pero una vez más aquello tan repetido en esta página de las altas expectativas me dejó un tanto decepcionado, como he comentado.

    - “Pichonetto meronatto” : Plato de “mar y montaña” construido sobre una base melosa confeccionada a partir del mero y unos filetes de pichón. Carne de calidad y punto destacable y buena conjunción con esta salsa/crema. Gran plato.

    - Parpatana de atún glaseada con jugo de caballa y manitas, acompañada de pepino: EL PLATO, con mayúsculas. El guiso de esta parte del atún me resultó excelso. No recuerdo haber probado jamás el atún “guisado” ante la apabullante oferta de sashimis, tatakis o lomo/ventresca a la plancha (plancha + horno a lo sumo). Posiblemente si alguien me hubiese hablado de “guisar” el atún hubiese pensado que no era ni mucho menos una buena opción. Esa es la grandeza de la gastronomía y de estas experiencias: ¡Me queda tantísimo por aprender y probar! El sabor del atún era impresionante y su textura sorprendentemente melosa y agradable. El caldo de caballa y manitas no era en este caso de una concentración extrema cosa que se agradece para no acabar “cargándose” al pescado. El pepino y el crujiente que coronan el plato, le aportan toques de vistosidad, vanguardia y frescura a un plato de por sí ya rompedor, digno de los mejores restaurantes y los más galardonados.

    - Granizado de Gin tonic: Un clásico de la casa ideal para limpiar la boca, refrescar y afrontar la segunda parte del menú. Esta vez lo noté más “cargadito” de gin que en otras ocasiones.

    - Puro con embutidos y salsa de chorizo: Trampantojo muy, pero que muy conseguido, a base de una cobertura crujiente y un relleno de morcilla que recrea perfectamente el tabaco del interior. Las cenizas vienen simuladas por una salsa densa de chorizo. Un pase muy vistoso y divertido, pero sabroso a su vez.

    - Arroz cochinita pibil: Buena ración, buen punto, buena presentación… A mí, sin embargo, me faltó un pelín de sabor, tal como reza esa frase que ya se está acuñando en gastronomía: le faltaba más rock’n’roll.

    - Olla valenciana con queso ahumado: Llega el plato con una buena porción de panceta, unas pocas alubias y unas esferificaciones de queso. Se completa éste ya en la mesa vertiendo el jugo del guiso de la olleta. Bocados muy ricos los que resultan al combinar todos los ingredientes del conjunto.

    - Lomo alto de ternera con espárragos y mollete de su carne estofada: En la conversación posterior con Begoña, nos confiesa que las carnes son la parte del menú que menos le gusta y que, con la cocina y equipamiento de que dispone ahora mismo, resulta difícil innovar, crear, sorprender, llegados a este punto de la comida. Grandes sorpresas no hubo, cierto es, pero puede estar la cocinera tranquila pues la calidad del plato en sí, la belleza del mismo y su sabor no desmereció para nada con respecto a los otros.

    - Castaña de tiramisú de turrón: Un señor postre, muy rico, de altísimo nivel, como muchos de los degustados este intenso fin de semana. Los sabores, más bien clásicos, aquellos que tanto me gustan (chocolate, café…), pero con una presentación vistosa (recuerda la típica castaña valencia) y una textura esponjosa, tipo mouse, que lo hace muy apetecible.

    - Petit fours versión tenderete: La presentación “tenderete” no sé si es obra de Begoña y su equipo o se inspiró en algún otro lugar. Yo la vi por primera vez aquí hace ya unos años (en su versión salada con los snacks) pero sigue sorprendiendo y gustándome. Soy incapaz de recordar todos ellos.

    El menú fue acompañado con los siguientes vinos:

    Kientz brut Cremant d'Alsace brut – Alsacia Francia.
    Indígena garnacha blanca – Mont Sant.
    Selbach-Oster Riesling de Mosela – Alemania.
    Morande Chardonnay – Chile.
    Sentado sobre la bestia – Valencia.
    Maqués de Vargas – Rioja.
    Dulce Tintoralba – Almansa.

    Por supuesto, hubo cambio de copas en cada servicio, alguna explicación sobre los mismos, vinos a correcta temperatura… Si tuviese que elegir, me quedo con el primer espumoso y el Morande Chardonnay. El servicio del vino corrió a cargo de Sergio que estuvo eficaz y voluntarioso.

    Como conclusiones podríamos sacar un montón, las unas de índole más técnico y objetivo, otras de carácter más emocional por lo vivido esa jornada. A modo de resumen comentaré que noté bastante evolución en los platos de Begoña respecto a visitas del pasado. Sus creaciones son ahora más elegantes, más cuidadas en cuanto a presentación; los sabores aparecen mucho más conjuntados y las técnicas se han diversificado, cosa que tiene el mérito añadido al contar con unas limitaciones de espacio y equipamiento en cocina. Esta aparente “domesticación” no ha influido para nada en una pérdida de intensidad o sorpresa en cuanto al paladar se refiere. Begoña sigue buscando, innovando, creando… y eso es muy de agradecer. En los últimos años he tenido la suerte de visitar algunas de las mejores cocinas de este país (bien lo saben quiénes leen mis valoraciones) y mi segunda conclusión es que aquello que ofrece la Salita y, sobretodo, al precio que lo hace, no guarda una diferencia proporcional a lo que tenemos que abonar en esos otros lugares. Me refiero a que resulta imposible establecer una regla de tres entre “esto que me como aquí y pago X euros” y “aquello que como en aquel otro lugar y me cuesta cuatro veces más”. Se rompe la relación de proporcionalidad. Sé que aquello que podemos englobar bajo el epígrafe de “gastos estructurales” es muchísimo más elevado en aquellos otros lugares que en la Salita, pero si consiguiésemos aislar “cada bocado que nos llevamos a la boca” en uno u otro local, la diferencia no es ni mucho menos la que podíamos imaginar.

    Como tercera conclusión, ésta sí mucho más personal y tal vez menos interesante para el lector, destacar lo entrañable de nuestra comida el sábado en este lugar. Desde el minuto cero hasta que abandonamos la charla con Begoña a las puertas del restaurante (¡qué buena tarde se quedó en Valencia!) un halo de hermandad y ganas de disfrutar flotaba en el ambiente. La charla animosa con el resto de compañeros de la peña, la complicidad con el equipo y con Begoña, las viandas, los vinos… todo estuvo al servicio del disfrute y convirtieron este sábado primaveral en una jornada inolvidable.

    Es la segunda vez que disfrutamos de este lugar y habrá una tercera. No fuimos porque Begoña ganase el concurso de televisión, sino porque la primera vez nos sorprendió y disfrutamos, además de qe fue un regalo de Navidad.
    El primer plato fue "El árbol de la vida", riquísimo y sorprendente a la vez. No quiero desvelar nada porque vale la pena ir a comprobar por uno mismo el gusto de este primer entrante.
    Luego nos sirvieron una ensalada de encurtidos y salazones. Buenísima y elaborada con mucho gusto.
    El salmón con ravioli relleno de requesón y eneldo estaba riquísimo, pero el plato estrella para mí fue el alli pebre de plankton con filete de bacalao. El plankton está de escándalo y el bacalao fresco y riquísimo.
    Después nos pusieron un granizado de gin tonic, fenomenal para cambiar del pescado a la carne.
    Delicioso el plato de huevo a baja temperatura con polenta, jugo de pato y trufa fresca. El mejor después del alli pebre. Este plato combinado con los exquisitos panecillos variados, uno de los mejores.
    Acabamos los salados con el filete de pichón con su jugo. No sé si era el más flojo o es que al último llegamos sin hambre, no obstante, riquísimo también.
    Todo esto lo regamos con un vino del priorat del 2011: Ferrer Bobet de Vinyes Velles (38€ la botella). Absolutamente recomendable. El servicio de vino muy bueno hasta que cometí la "terrible imprudencia" (oh Dios mío) de coger yo misma el decantador que estaba en una mesita auxiliar detrás de mi, y servir vino. Inmediatamente vino un camarero delgado con gafas nada amable y me dijo arrancándome el decantador de las manos: "disculpe señora pero no me quite mi trabajo, hay mucha gente en paro". Ni el tono, ni su seriedad, ni su fuerza con la que me quitó el decantador fueron correctas. En ese momento me violenté y no me salió una respuesta, algo de lo que ahora me arrepiento. Si la botella la pago yo, la pudo tocar cuando quiera y servirme como me dé la real gana. No obstante todo lo demás fue tan perfecto que este detalle no me nubló la velada.
    Empezamos con los postres: castaña de tiramisú de turrón con toque de yogur en su interior, absolutamente acertado y riquísimo.
    Con los cafés nos sacaron un tenderete de Petit fours que hizo que la noche terminase con una gran sonrisa. Muy bueno a la par que original y sorprendente porque era un tenderete de verdad!
    Al terminar, Begoña salió con la timidez y sencillez que la caracterizan y saludó a todos los comensales mesa por mesa conversando con todos y cada uno de nosotros y prestándose a hacerse fotos con sus clientes. Un encanto.
    Sin duda alguna, VOLVERÉ.

    Teniamos interes en visitar este restaurante despues de haber ganado el premio del late show de la tele y alli llegamos:

    El local es bonito pero tampoco tienes la intimidad que esperabamos... Las mesas muy juntas y por cierto.... Se nos cayo el bulo de que siempre está lleno... Habían seis mesas vacias ... Biennn..

    Nos sentaron muy amablemente y pedimos dos cervezas, mientras nos ponían a refrescar un Gramona Imperial...

    Empezamos con un aperitivo (galleta de algas ). Seguidamente nos sacaron EL ARBOL DE LA VIDA (espectacular).

    Mientras tanto me dí la vuelta (tenía detras la cubitera) para servirme el cava y no nos dejaron..... (lastima el servicio , a nuestro parecer algo lento , teniendo en cuenta que ahora están en overwoking deberían tener mas personal... solo dos camareros para toda la sala )

    El ESGARRAET fantástico....

    La ENSALADA con los variantes mojama y verduras ... muy buena

    Tallarines de placton... para mi gusto demasiado hechos... (mucho trabajo?)... pero ricos.

    El sorbete de GIN TONIC... hielo... Se podría mejorar.

    Huevo a baja temperatura... tambien muy bueno

    La terrina de conejo muy buena pero el garrofón estába como una piedra.... Pero el conjunto muy rico...

    El postre... CASTAÑA DE TIRAMISU DE TURRON... parecia que la bavaroise se le cortó pero estaba bueno..

    Para finalizar el TENDERETE... muy original y rico.

    En fin... Una noche muy bonita en la que disfrutamos... Lastima que la galardonada con el TOP CHEFF no estaba...

    Volveremos.

    Nada que decir del local aunque algún detalle de decoración se me pasó comentar en visitas anteriores. Casi lleno y muy buen ambiente con buena ayuda en sala para Sergio de un chico muy profesional y bien preparado y una guapa chica que empieza con buenos principios.

    Nos fuimos al menú corto, sin saber más de la opción larga. Para beber empezamos por cervezas de barril y Tyris, una copa de blanco Monsalve, un verdejo de rango más alto de lo habitual; seguimos con un tinto 2010 muy interesante de corta produccion Pelio s15; gustó y se acabó pronto y seguimos con Les Terrasses 2011 muy en su momento.

    Entrantes servidos individuales a los cuatro comensales: ensalada de encurtidos, conocido de la vez anterior, estavez servido en plato tipo pecera que te permite comerlo mejor y de forma más integrados los elementos; pierde vistosidad de servicio pero gana en comodidad para comerlo.

    Tablelles, tallarines de plancton y pisto marino. Extraordinario. Un plato que se convertirá en plato referente de Begoña. La primera vez que contacto con el plancton y merece la pena. Es diferente. Gracias Begoña y familia por la excepcionalidad.

    Granizado de gin tonic. Esta vez poco picado el hielo y muy helado con lo que poco sabor.

    Arroz de setas con y aire de Madeira magret de pato. Arroz en su punto, buen fondo, buenas alcachofas bien presentadas en forma de vela con un magret que tiene poco tiempo en plancha para mantenerse sabroso; el aire andaba decorando pero de forma escasa, justo para la foto

    Filete de ciervo con salsa de cassis (¡qué gran invento!), col lombarda y crujiente de patata souflé. Emplatado de forma piramidal, de arriba a bajo: crujiente muy crujiente, unos guisantes interesantes, un taco más que filete, con la carne lo suficientemente tierna para mantener el sabor, con poco marcado en plancha, sobre col lombarda que quizás aporta una acidez que no acaba de tapar el cassis. Muy arriesgado por el ciervo (carne siempre dificil de punto) que resultó bien; la col, un producto que ya hay quien de entrada no, en este caso carga de acidez al plato; el cassis muy interesante para acompañar el ciervo pero perdió la batalla con la col.

    De postre un emblema ya desde hace meses: castaña de tiramisú de turrón servida bajo campana. Esta vez estaba menos frío, se deshacía más en la boca y creo que eso le hace ganar, en cualquier caso siempre en nivel muy alto desde que cambió de tamaño y contundencia.

    Con los cafés petit fours en versión tenderete (uno de los platos más emblemáticos) siempre divertido y siempre agradable final. La galleta de las mejores veces, el macaron de violeta también en su punto, los demás bien como siempre. Por cierto una de las margaritas de los conitos de chocolate se la comió Mic que apareció por allí correteando y empezando a reconocer el terreno.

    Pudimos ver el reservado que pronto se estrenará, para 8-12 comensales con entrada independiente y comunicación directa a la cocina. Una opción más con ese privado.

    Un disfrute estar comentando y viviendo una nueva experiencia

    Visita con gente que quería conocer en directo la cocina y ver a Begoña. Lo segundo fué casi por los pelos porque volvía de rodar un video para una web (no sé si la suya próxima) en el mercado central; verla sin el traje de faena también fue bonito.

    El menú de medio día parece de versión más corta (una plato menos) que el de noche, quedando en 27.50€ el menú, IVA, bebidas y extras (más de uno) de panes.

    Llegué el primero y tuve que mirar con hambre los snacks mientras bebí una de esas cervezas intereantes: Au Yeah!, turbia, con espuma de rápida desaparición pero con un sabor diferente. Contención para que los "nuevos" aprecien ese snack de algas. Al final los 4 sentados en esa mesa redonda que es de lo mejor que se ha inventado en hostelería. Alguna cerveza más, agua sin gas. Al final menú impreso en la mesa.

    Empezamos con ensalada de salazones y encurtidos. En plato de diseño espectacular y con una fusión de sabores muy interesante, no en vano lleva migas de bacalao, cebolleta roja, tomate, daikon, mostaza, pesto, un buen aceite. Casi para beberte el plato, por su diseño, más que para comerlo. Muy bien.

    Seguimos con arroz de marisco con gamba y crujiente de camarones. Bien de fondo, bien de cocción, bien de ingredientes, el crujiente de sobresaliente con su forma de coral. Me comería un pozal, como dijo un afamado jurado de otro plato de Begoña en Top-Chef.

    Granizado de gin tonic emblema de la casa. Creo que el mejor de los muchos que he probado: más intenso de sabor, menos sensación de hielo. El equipo aprende.

    Lechecillas de cordero con crema de topinambur y alcachofas. Plato complejo de agradar por las prevenciones de la gente, pero que gustó a todos, seguramente porque no recordaban ya el menú. Para mí este tipo de producto, bien hecho como es el caso, es de lo más sabroso, pero siempre arriesgado.

    Guiso de rabo de toro con guisantes frescos en su jugo y cacahuete masala. Mejor que el rabo de toro que recuerdo de hace algún año que quedaba más plomizo. Esta vez se conseguía una sensación de más frescura, quizás la verdura. Muy bien.

    De postre la castaña de tiramisú de turrón. Comparada con diciembre hay buenas mejoras. La ración es menor y eso consigue un postre que no sature; está más equilibrados sus ingredientes y transmite mejor final. Buena presentación. Muy fácil de romper y comer con mezcla de sabores incorporando el chocolate de la cubierta.

    Por supuesto, petit fours en versión tenderete con su galleta de jengibre más crujiente que otras veces, su conito de chocolate decorado con margarita, lionesa de manzana, macaron y no recuerdo el último. Siempre es un clásico que se agradece con un buen café (solo el mío) aunque sea versión descafeinado.

    En el vino y fuera de carta, un Sentada sobre la Bestia, desconocido y muy recomendable. Un acierto.

    Al final llegó Begoña, un buen rato de charla; la consabida foto y los comentarios de las anécdotas del concurso pasado.

    Quisiera destacar porque si no lo hago, nadie lo hará, que había una mesa con un matrimonio mayor y su hija que se habian hecho fans de Begoña durante el concurso televisivo y entablaron una relación on line entrañable; por motivos económicos no les alcanzaba el presupuesto para comer allí. Fueron invitados a acudir y a comer, y digo, invitados, y además regaladas unas flores para ella. Lástima de no haber ahora cámara de televisión y desmitificar imágenes forzadas del concurso.
    Así me enteré y así lo cuento.

    Tras lo cual es evidente que las sensaciones de la comida son estupendas. Sin embargo siempre hay algunas sensaciones perdidas: el árbol de la vida. Creo que es algo muy La Salita. Veo que después de mí, se ha recuperado el puro (¡y de morcilla!) que fue otro de los emblemas que me vienen a la mente cada vez que entro por la puerta; también el gazpacho decolorado, otro emblema...y es que hay muchos.
    Volveré este viernes para ver si hay suerte y hay árbol de la vida y puro. Y si no, habrán otras cosas.

    Una posibilidad sería mantener este tipo de menú y dar la opción de un menú más largo, añadiendo el entrante del árbol de la vida y el puro, por poner dos ejemplos. El menú corto pensando en quien va con frecuencia y reduciendo el costo. El largo pensando en gente que va por primera vez (comida) y quiere conocer algo más en profundidad.
    Simples sugerencias desde este lado de la mesa.

    Premios Verema

    • premio_verema
      Nominado a mejor Mejor tratamiento del vino
      2016

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