Divertido Menú Fallas 2011

Este martes, 15, dimos cuenta mi esposa y yo del curioso Menú de Fallas ideado por Begoña. Una verdadera explosión de sabores y un divertido ensamblaje con la tradición fallera. Ya ibamos predispuestos a que nos sorprendieran, pues habíamos visto antes el contenido de su propuesta en su página de facebook.

Comenzamos la comida con su MASCLETÁ SALADA, consistente en unos "petardos" de steak tartar, de gamba, y de ajoarriero. Originales, sin duda y buenos para ir abriendo el apetito. De ahí, pasamos al ESGARRAET, una coca de anchoas caseras con bombón de esgarraet, muy sabroso y vivo de contrastes.

Luego vino la TITAINA, espléndido plato de pisto con toyina de sorra y huevo a baja temperatura, cremoso y suave.

Ahora venía lo más impactante: los CHURROS CON CHOCOLATE servido en una taza con su platito, al más puro estilo fallero. Se trataba de un capuchino de topinambur, foie y cebolla caramelizada (delicioso)con unos churros de setas, trufa y queso parmesano, para mojar (y chuparse los dedos).

Aquí no acaba la cosa, porque le siguió un BLANC Y NEGRE: un coulant de morcilla con corazón de queso ahumado, crujiente de bacon y pimientos verdes fritos. El plato más potente de todos, para estómagos preparados para emociones fuertes.

Y, claro, un menú fallero sin arroz no era posible. Así que continuamos con "su" PAELLA VALENCIANA, a su estilo, claro. Una breve muestra de arroz con pato y pollo, con espuma de limón y crujiente de bachoqueta. Este plato no estuvo a la altura de sabor de lo que esperaba, pero ¡qué diantres!, todo se puede perdonar si el conjunto del menú lo vale.

Y de postres, un primero con AGUA DE VALENCIA, una copa con helado de naranja sanguina y cava, con un crujiente de caramelo, que ayudó a limpiar el paladar y prepararlo para la traca final.

No podía faltar en este menú un postre dulce y típico de fiestas, como la HORCHATA Y LOS FARTONS, con una torrija de horchata y un helado de fartón mantecado, que fue un remate muy ocurrente para este alocado menú.

Lo maridamos con un ROCALLIS 2006, blanco del Penedés, monovarietal de incroccio manzoni (uva italiana de origen, creo), amarillo brillante y limpio, intenso en naríz a fruta blanca y cremoso en boca, con un final persistente, que acompañó perfectamente hasta el plato de la paella, donde cambiamos a una copa de Rioja y otra de Borgoña.

Como siempre, el habitual buen humor de Jorne y la conversación con Begoña hicieron de la comida una velada muy agradable.

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    2016

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