Espléndido restaurante, de comedor con decoración un tanto de tabernaria,

Espléndido restaurante, de comedor con decoración un tanto de tabernaria, pero agradable. Cocina de producto, y de ¡qué calidad! Coquinas, gambas, langostinos, merluza, boquerones, todo de temporada, recien traído del puerto. Eso sí, los precios de algunas cosas pueden parecer algo altos, pero el producto fetén cada día es más escaso y por tanto a veces caro. Los puntos de hechura perfectos. Bordan las frituras, así como algunos arroces. Carta de vinos no demasiado amplia, pero con cosas interesantes. El postre estubo acompañado de dos copitas de Noé con el que tocamos el cielo. Nos atendió en la sala el hijo del propietario, que es la amabilidad y la eficacia personificada, además de simpático a más no poder. Tras la comida y un buen rato de charla, tuvo el detalle de regalarnos, al ver que estábamos interesados en conocer otros locales de Andalucía, una guía de restaurantes de España.