Poco profesional

Hacía tiempo que no acudía a un restaurante en el que me pasaran los platos desde el otro lado de la mesa para que los cogiera y los depositara frente a mí ---arriesgándome, por ejemplo, a tirar parte de la salsa en el camino--- cuando no hay obstáculos que impidan al camarero acercarse a la mesa por mi espalda, o que desde que nos sentamos hasta que vinieron a preguntar si queríamos beber algo pasaran 15 minutos, o peor aún, 30 minutos hasta que apareció el aperitivo detalle de la casa sin que todavía hubieran servido la cerveza y el agua que habíamos pedido 15 minutos antes, o que tuviéramos que repetir que queríamos una mistela con el postre en el momento en que el camarero estaba ya dispuesto a llevarse los platos del postre del que casi habíamos dado cumplida cuenta esperando el vino dulce para acompañarlo. Pero, ¿qué se puede esperar si la sala, llena, con más de diez mesas completas, está atendida sólo por dos personas?

A veces la falta de profesionalidad del servicio se ve compensada por una comida excelente. Desgraciadamente, en este caso, no fue así. Acudimos el sábado por la noche en el que ofrecían el menú de Valencia Cuina Oberta.

De primero tomamos carpaccio de buey (aceptable), risotto con setas (muy bueno), parfait de foie (aceptable, sin más); de segundo, pastel de pescado (muy flojo, insípido) y entrecot (aceptable y con bastante descontrol en la elaboración al punto que se había pedido); de postre, brownie (inaceptable, se quedó en la mesa por lo seco que estaba, leyendo el comentario anterior debo apostillar que "las apariencias engañan"), tarta de queso (aceptable), tarta de chocolate (el mejor de los tres postres).

De beber tomamos Pasión de Bobal de Utiel Requena, después de comprobar que "la carta de vinos más corta del mundo", como aparece en el menú, no tenía la marca que pedimos inicialmente.

Eramos seis personas, excepto aquellos que pidieron el risotto y la tarta de chocolate los demás nos fuimos descontentos con la comida. Y todos, muy descontentos con un servicio muy poco profesional.

  1. #1

    kopicki

    Pues lo que yo digo: hay restauratnes que no deberían estar en Cuina Oberta si no pueden ofrecer unos mínimos ante un local lleno. Al final consiguen el efecto contrario a lo queen teoría pretende este certamen, que la gente no vuelva. No se puede intentar hacer el agosto durante una semana sin incrementar el personal de sala.

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