Bodega Pascual... ya ni recuerdo la primera vez que fuí, pero debe de hacer como 10 años seguro, desde entonces siempre he vuelto con mayor o menor frecuencia.
Local pequeño, sin mesas, una sóla barra, el sitio idóneo para tomar algo después del trabajo o para abrir boca. Su dueño Pascual, alguien serio a primera vista pero buena gente. Se puede tomar desde calamares, gambas con gabardina, excelentes boquerones y anchoas, salpicón... y vinos de Rueda, Pedro Ximénez, Cune, Coto, en fin sin grandes pretensiones, no hay que olvidar que es una bodega de paso y pequeña, más para picar que para cenar.
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