A ponerse las pilas.-
Vaya por delante que me gusta el cocinandos, me gusta mucho, es de agradecer el tener un lugar asi en León, siempre encuentro algo que me agrada y me sorprende, pero al tratarse de un lugar con una estrella michelin, parece que situas el liston más alto. Continuan con la formula de un unico menu (lo que debería ser un plus para bordarlo), interesante la propuesta del maridaje (aunque por 15e cabeza, me parecio algo pobre lo ofrecido), han modificado para bien la carta de vinos, con bastantes champagne de pequeño productor a un precio más que coprrecto, interesante oferta en magnun y algun vinito extranjero pero cargando demasiado el precio en vinos de la zona. El servicio del vino mejorable, no es de recibo en un sitio de estos en el que el servicio también es o debería ser de una estrella, taponazo a la hora de abrir el champagne o verter un poco cada vez que lo sirves, el servicio es en general eficaz y correcto pero con algo de prisas (las prisas son para los ladrones y los malos toreros, no para los camareros o al menos que no se te note). La comida algunas cosas sorprendentes (la cecina en dos texturas), otras muy buenas y otras buenas. Requeriria un cambio de decoración y de iluminación al menos para la noche, el pequeño comedor no es lo ¡mejor para grupos grandes que siempre son ruidosos, y parece que siempre que voy tienen una de estas cuadrillas. No se, bien ,pero tal vez tengan que ponerse las pilas para conservar su estrella. Volveremos.