El restaurante presenta un menú fijo , con un entrante, dos medios

El restaurante presenta un menú fijo , con un entrante, dos medios primeros y dos medios segundos, junto con un postre. El precio es de 29€ más IVA, sin bebidas.
Nuestro menú fue el siguiente:
- Versión del tigre. Curiosa la interpretación de los clásicos tigres de mejillón, envueltos en pan cortado bien fino, sin concha de mejillón, y con una salsa con un toque picante deliciosa y de textura muy cremosa.
- De primero una sopa de boletus con espuma de tomillo, que se agradecía porque en León ya hacía fresco, y donde la espuma de hierbas aromáticas daba un toque muy especial a la sopa de setas.
- El segundo primero fueron unas verduras salteadas con vieiras a la plancha. Las vieiras en su punto, pero las verduras tenían el mismo timepo de cocción, con lo que la elección del puerro con zanahoria y judía verde no ofrecía una textura adecuada. Para mi gusto el puerro necesitaría bastante más timepo, porque se hacía difícil de comoer. Una lástima.
- El primer segundo fue una deliciosa merluza con salmorejo (ellos le llaman pan con tomate, pero era más parecido al salmorejo cordobés poco pasado o al arranques roteño) Venía acompañado de una salsa a la trufa. Este plato me pareció impresionante, más tomándolo en León. El pescado estaba en su punto, la mezcla del pan con tomate y la salsa a la trufa producía una combinación peculiar y al mismo tiempo sorprendente al llevarla a la boca, con sabores que no se mataban unos a otros. Impresionante.
- Después llegó una carne que componía un plato en el que todo encajaba perfectamente. Cochinillo confitado con brocheta de manzana y cebollas. Logrado el cochinillo, y muy acertado el acompañamiento a la carne. El cochinillo estaba jugoso y al mismo tiempo con la piel perfectamente crujiente, mientras que el acompañamiento de manzana y cebolla asad permitía el reducir la grasa del cochinillo sin hacerse pesado. Un logro de plato.
-Finalmente lo que en toda mesa de golosos no puede faltar: un postre con helado de chocolade (gianduja) y brownie. Realmente rico.
Nos dejamos aconsejar para una copa con los primeros y otra con los segundos: de blanco un chardonnay envejecido en barrica 6m, y de tinto un Elias Mora. Con el postre tomamos un moscatel blanco de León que estaba realmente bueno. Interesante también la carta de licores y olorosos del restaurante.
En resumen, un lugar en el que aprar en León sin ninguna duda, y eso tras haber probado varios interesantes en León, como el Pozo, el Amanciio (buenísimos sus garbanzos con setas y foie), y el Racimo de Oro, que son de los que me acuerdo ahora.
Muy recomendable

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