En la antigua ubicación de El Mulo Salta ha abierto este empresa, cuyos orígenes se remontan al padre en La Bona Cuina en Bétera, negocio familiar que siguieron la siguiente generación (El Gordo y El Flaco) y que ahora se han disparado como empresa de alimentación, abriendo locales de tapas (El Gordinflón), locales de pizzas (Paffuto) con su sucursal a domicilio (Paffutino) y locales de hamburguesas (Lamburguesa) e incluso en algunos, como el que nos ocupa de La Cañada, en el que se comparte el negocio de las pizzas y el de hamburguesas.

Con una de las mejores terrazas (nada que ver con mesas en la acera) de restaurantes de la zona que en estos tiempos puede ser condición indispensable para asistir, tras una reforma total del local que ha quedado con un espacio interior menor que el exterior donde unas incómodas sillas plegables de madera y unas mesas que invitan a pocos platos por su escaso espacio intenta abrirse camino en esta difícil plaza que es la restauración en La Cañada con aún demasiada temporalidad de clientes.

Una amplia carta de hamburguesas con buenas carnes, seña de identidad desde aquellos orígenes de La Bona Cuina con diferentes opciones de complementos y salsas, más entrantes ensaladas y postres además de elegir el pan de las mismas. Hay además menú infantil y aquí en La Cañada, también pizzas, por lo que se convierte en buen sitio para ir con los peques.

No miré carta de vinos porque las cervezas a la vista y el solecito de la terraza dejaban pocas opciones. Bien tirada, vaso alto y amplia dosis de Heineken. Lo comido en pareja:

. 2 croquetas de pollo de corral con jamón ibérico y almendra crocante: por fin una croqueta de jamón que tiene y sabe a jamón. Muy recomendable.

. 2 croquetas de queso parmesano, pesto y tomate semiseco: sabrosa jugosa y de verdadero parmesano. Muy bien.

. Mamut Burguer: hamburguesa artesana con doble de queso cheddar, doble de bacon crujiente, cebolla caramelizada, pepinillos picados, lechuga, tomate y salsa Mamut: todo bien aunque la caramelización de la cebolla marca mucho la pauta para mi gusto.

. Mamma Mei: hamburguesa artesana con doble de queso cheddar, doble de bacon crujiente, con jugosa carne de cerdo deshilachada, cebolla morada a la plancha y salsa barbacoa. Buena elección pues la carne de cerdo aporta contraste con la burguer.

. postre compartido: brownie de chocolate con helado de vainilla: un demasiado compacto brownie con leve capa de chocolate líquido por encima y un correcto helado; ración muy amplia pensada para compartir y curiosa presentación a modo de sartén. 

Las eleciones fueron el tipo de pan: americano o cristal; elegimos el cristal y fue un chasco total; un mal pan es un grave defecto en una comida entre pan. La otra elección fueron las patatas (+1 €) que nos decatamos por las sweet patatoes que a la postre son de boniato; fueron correctas aunque no es muy entendible que las patatas en la hamburguesa tengan suplemento de coste.

El servicio de terraza propio de estos locales: jóven, voluntarioso, amable y cordial.