Buena comida, ambiente informal

Restaurante que lleva tiempo de moda, hay que reservar con una cierta antelación. Público variado, con representación local y extranjera, edades diversas, fashion y no tanto,… Ambiente ruidoso, equipo de sala a menudo despistado. Precios relativamente altos pero algunos platos se pueden compartir porque son generosos. Se come bien, carta difícil de clasificar, pero, en general, de calidad y bien elaborada. Mesas despojadas y no observé una limpieza estricta cuando las preparaban para nuevos clientes. ¿Tan complicado es poner unos manteles, aunque sean sencillos, de papel? Compartimos tres platos. Unos cogollos con queso comté 24 meses muy buenos, unas alitas de pollo con yema de huevo, boniato y trufa sorprendentes que nos gustaron y, para acabar la clásica escalopa "san román" con huevo y trufa. Sin postre, copa de vino "Las Crestes" y el conocido café de infusión que no me convence. Una buena opción de cocina divertida y de calidad si no te importa el ambiente ruidoso y una cierta informalidad en el servicio de mesa y de sala.