Hombre, ni tanto ni tan calvo. Cené hace un par de días con un tío mío, ya

Hombre, ni tanto ni tan calvo. Cené hace un par de días con un tío mío, ya mayor, al que quería invitar. La comida era bastante aceptable para la fama del local. Me temía algo peor, llena de aire, espuma, gas y espíritu esferificado. Pues no, era comida reconocible, tratada con respeto y sustanciosa. Me pareció sin embargo una bobada lo de comer pan de oro; ya había visto aurificar platos como hacen en Goizeco Wellington con un postre, pero no es lo mismo espolvorear que comerte una loncha de metal. Eso es una pijada, y aunque éticamente puede ser también discutible pagar por una comida lo que costaría alimentar una familia somalí, el hecho de defecar oro ya rebasa los desaguaderos de mi tolerancia moral. En cuanto a los vinos, la variedad era suficiente, y estaban ajustados de precio, al menos para ser un sitio de dos estrellas michelín. En cuanto al servicio, pues discreto, pero es que los camareros de sitios caros o ejercen de hipócritas serviles o de despreciativos diosecillos. hay excepciones, claro y yo conozco unos cuantas) Pero no se lo puedo reprochar cuando sirven a gente que en cuatro cenas se pulen lo que ellos ganan al mes. En fin, la gente no disfruta trayéndote la comida. Si tienes eso claro, El Poblet es un sitio recomendable.

Cookies en verema.com

Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.

Aceptar