De visita en Barcelona y casi 6 años después de nuestra primera experiencia en el restaurante Alkimia , buque insignia del Chef Jordi Vila, situado en la antigua vivienda de la Familia Moritz en el primer piso de un edificio señorial del siglo XIX en la Ronda de Sant Antoni, junto al mercado del mismo nombre, volvimos de nuevo a visitarle para celebrar un aniversario.
Ya expliqué en su día la descripción del restaurante y poca cosa ha cambiado desde entonces en cuanto a su magnifica decoración. Si estáis interesados en conocerla os aconsejo el siguiente enlace (https://www.verema.com/restaurantes/127100-alkimia-barcelona/valoraciones/1374506-cual-ave-fenix). Los cambios han sido mas bien estructurales en cuanto al personal pues ya no están las mismas personas que en nuestra visita precedente.
Que deciros que no conozcáis del Chef Jordi Vila, galardonado con una estrella Michelin y tres soles Repsol, un cocinero al pie del cañón, poco mediático, que elabora una cocina catalana creativa enracinada en la tradición. Su cocina, de temporada, es altamente expresiva, y está elaborada con un gran dominio de la técnica y mucha personalidad. El producto, de gran calidad proviene en su gran mayoría de productores locales.
Reservamos con dos meses de antelación para la noche del 7 de marzo a las 20h30. Cuando llegamos, nos estaba esperando a la entrada del restaurante la que fue nuestra anfitriona durante toda la cena y que desempeñó esa noche el papel de sumiller y jefa de sala, éste ultimo oficialmente lo ocupa Sonia Subirós, esposa del Chef, pero no creo que se tratase de la misma persona (con la mascarilla es complicado a veces conocer a su interlocutor). El servicio de sala fue excelente, cercano, simpático y profesional. El servicio del vino también lo fué, consejos, presentación, primera cata y servicio de copas sin ningún tiempo muerto durante toda la cena. Poseen una carta de vinos muy amplia.
Nos situaron como la vez precedente, en el comedor principal (hay diferentes salas) en un entorno que mezcla modernidad, diseño y tradición ( han conservado los plafones del siglo XIX). Nuestra mesa tocaba a la cocina, y desde ella podíamos ver la preparación de los platos antes del servicio y al Chef dirigiendo la orquesta. Las mesas son redondas, amplias muy bien separadas las unas de las otras, bien vestidas, con buenos manteles y sillones design, la vajilla es de diseño y las copas, que no conocía, son de la marca Grassl Liberté.
Solo sirven un menú degustación a 168 €, que va cambiando algunos platos, cada semana, en función del mercado y de la temporada.
Primeramente, nos sirvieron un aperitivo a base de "espardenyes" que acompañamos con una copa de Corpinnat Recaredo Subtil Brut Nature 2017. Una muy buena entrada en materia.
Siguieron :
Com un suquet d'espardenya i garota. Como un suquet de pepino de mar y erizo. Una verdadera delikatessen.
Pèsols amb popets. Guisantes con pulpitos. Sin palabras. Un platazo de 10.
Carxofa farcida de carxofa a la vinagreta, papada i tófona melanosporum. Alcachofa rellena de alcachofa a la vinagreta, papada y trufa melanosporum. Otro gran plato, de esos que no se olvidan fácilmente.
Por imperativos técnicos de Verema
las fotos de los siguientes platos aparecerán en el primer comentario
Mar i montanya extrem. Mar y montaña extremo. Un plato que no acabó de convencernos a ninguno de los dos. Me pareció un poco rizar el rizo. Contraste de texturas y sabores entre una ostra adobada y unos sesos de cordero lechal que a mi parecer no aportaba nada remarcable, pero para gustos colores.
Angules amb bledes i lletons. Angulas con acelgas y mollejas. De-li-cio-so. Un verdadero placer
Peix salvatge amb romesco de fruits de mar i carxofa. Pescado salvaje con romesco de frutos de mar y alcachofa. En este caso el pescado presentado fue un lenguado. Perfectamente cocinado. Muy rico.
Arrós amb col i tòfona melanosporum. Arroz con col y trufa melanosporum. Puede verse la foto antes de servir, preparado en barra de la cocina y emplatado. Excelente.
Ou, pa, tòfona melanosporum i patata. Huevo, pan, trufa melanosporum y patata.
Muy bueno.
Cua de bou al vi ranci amb romesco d'espècies i cacau. Rabo de buey al vino rancio con romesco de especias y cacao. Muy bueno.
El pan que acompañó la parte salada fue bueno.
De postres tomamos :
Pera escalivada. Muy bueno y refrescante
Montblanc. Preparado al momento. Vease foto de la preparacion y emplatado. Excelente.
Para beber tomamos Agua de Alkimia y una botella de Corpinat Recaredo Serral del Vell Brut Nature 2013. Sant Sadurni d'Anoia . Cepajes 75% Xarel-lo y 25% Macabeu. Agricultura ecológica y biodinámica. Vendimia manual. Carácter de finca. Larga crianza en botella con tapón de corcho natural, mínimo de 5 años y 7 meses de envejecimiento con las lías en botella. Degüelle manual sin congelar : 04/2019.
Muy intenso con un carbónico bien integrado, mineral y muy agradable en boca con un final persistente. Nos encantó.
Finalizamos con dos buenos cafés y unos Bunyols de Quaresma. Buñuelos de Cuaresma. Muy ricos.
La cuenta ascendió a 213,50 €/ persona. Muy buena RCP. Excelente cocina y servicio tanto de sala como del vino. Volveremos en cuanto se presente nuevamente la ocasión.
Nos despedimos del restaurante hasta el jueves siguiente donde teníamos una reserva en su bistró Al-Kostat, cuya experiencia detallaré en una siguiente crónica.. Muy recomendable.