Un tres estrellas que sólo le dan dos.

Impresionante restaurante con un local pomposo pero encantador, un servicio simpático y amable, y una comida extraordinaria y llena de gratificantes y sublimes sabores. Pedimos menú degustación sobre el cual nos indicaron que podíamos adaptar cualquier otro plato que nos apeteciese al mismo, cambiamos dos. El menú se compuso de salpicón de marisco con blodymary, capuchino de foie con hongos y crujiente de maíz (buenissssimooooo), navaja con loncheja de ibérico y curry, criadillas de tierra con hongos, pasta y jugo oloroso, viera con vinagreta y ensalda de hierbas, careta de ibérico, cibala y caldo de ave, pluma ibérica con foie y meloso de melocotón, binomio de torta del casar con membrillo y helado, tocinillo con helado de yogur y tierra de cacaco; para beber, después de ver la enciclopedia de carta vinos, una de las mejores de Europa, nos dejamos aconsejar por el somelier: Chanpagne,vino blanco afrutado y un tinto de Toro de 2005 fue su recomendación. La cubertería y vajilla a la altura de las circunstantancias. Resumiendo: PARA NO PERDERSELO!!! Y los petits fours increiblesssssssssssss, y los...