Remate del enorme finde gastronómico que disfrutamos en Santander de la mano de Javier, nuestro querido secretario de la Peña Los Restauranteros, que se enfundó el traje de promotor para este encuentro haciendo gala de unas magníficas dotes organizativas.
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Desubicado al inicio por una atmósfera inesperada, probablemente debido a los múltiples segmentos que abarca la empresa pero, una vez sentados, me fui aclimatando al cuidado ambiente moderno y elegante que dominaba en la sala, para acabar encontrándome cómodo de verdad. Ubicados de forma íntima y recogida en una esquina de la estancia con justa iluminación. Destacable el buen menaje.
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Unos Makis de Salmón y Atún de generoso tamaño a modo de cortesía de la casa para romper el hielo, unos buenos tacos de pan variado de calidad... y directos al menú diseñado para la ocasión que fue el siguiente:
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Tartar de Salmón con Tomate Asado Especiado y Guacamole & Petit Pitacum D.O. Bierzo
Ensalada de Bacalao con Setas, Pimientos, Patatas y Pilpil & Beade Primacia D.O. Ribeiro
Lasaña de Centollo Gratinada con Salsa Holandesa y verduras & Yenda Spicata Vino de la Costa de Cantabria
Ciruela Rellena de Cordero & Oloroso Selección VORS Montilla Moriles
Hojaldre con Foie, Huevo Escalfado y Salsa de Oporto & Tomás Postigo D.O. Ribera del Duero
Fresas Salteadas con Vinagre Balsámico & PX Maestro Sierra D.O. Jerez
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Quedó claro que la confección del menú era a medida de las fuerzas que nos restaban tras el derroche gástrico que hicimos durante la comida ese mismo día. Una primera parte en la que destacaban la ligereza del conjunto de los platos y sus notas frescas por encima de todo, con un salmón muy bien aderezado, en cuanto a componentes y manejo de los mismos, y un más que destacable bacalao montado en ensalada vertical coronada por el pilpil que era toda una delicia. Los finos trazos de la lasaña de centollo abrieron paso a la parte más contundente con un cordero eclipsado por la tiranía de la ciruela y un fetiche personal como el foie que no pude disfrutar como me hubiese gustado dada la saturación endorfínica que presentaba servidor para entonces. Los fresones supusieron un perfecto y fresco final de trayecto.
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Buen servicio del vino con una selección que a veces me confundía en cuanto a su relación con los platos. Atención máxima del personal por el cliente en líneas generales.
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En resumen, buen colofón el que nos brindó VORS con una cocina de potencial manifiesto - basta con ver quien oficia en la misma - y un servicio de sala que se volcó con nosotros para completar una agradable experiencia. Unas ganas e interés evidentes por hacer bien las cosas abarcando diferentes segmentos y que ha conseguido llamar la atención del sagaz ojo clínico del amigo Compos, como cariñosamente le conocemos, son suficientes motivos para seguirlo de cerca.
Y que a mi , siempre me pasa lo mismo , después de estos findes gastronómicos , al que le toca el ultimo , el del sábado a la noche , parte con desventaja , la saturación y la comparación , hace que salga perdiendo de antemano , es mai opinion.
La verdad es para un solo fin de semana se hizo lo que se pudo ;-)
Un saludo!
En verdad que por falta de esforzarse no fue.
Saludos
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