Restaurante emplazado en una pequeña localidad del Valles muy cerca de Terrassa con unas bonitas vistas sobre un valle que se ven realzadas por sus grandes ventanales. Propuesta de gastronomia tradicional con toques de modernidad en un restaurante espacioso, con un muy buen servicio.
Nada más entrar el comensal será obsequiado por un aperitivo tradicional ( chicharrones) y uno de los mejores " pa amb oli i tomaquet" que he podido degustar ( todo un vicio).
La carta está compuesta por propuestas modernas dentro de los sabores tradicionales de toda la vida. Mención aparte es la caldereta de bogavante.
Menu de mediodia muy interesante de 19 Euros
Buena selección de vinos, copas y trato del vino. Aunque para poner un pero le falta algo de riesgo a su carta de vinos.

Clásico restaurante de la zona, que hace un par de años aprox.volvió a los orígenes, a raíz de que su chef fue fichado por Via Veneto y que han apostado por la materia prima y cocina tradicional(con algún pequeño toque de autor).En el servicio creo que habrá que darle una nueva oportunidad, ya que fui en un día difícil, porque el servicio fue horroroso. Tardaron 25min.en traer la cuenta después de pedirlo 5 veces(con 10 años menos hacemos un "sinpa" :-).A lo que vamos, las croquetas las trajeron congeladas por dentro!!Quitaron la mordida(que no fue sustituida) y calentaron el resto..ufff.El segundo: cochinillo, bueno aunque muy escasa la porción (me acordé de mi ruta por Arévalo en ese momento).Vino: un Abadia Retuerta Selección especial 2002 a un precio correcto 24eur.aunque desconocían qué Abadia Ret. era.4pers 160eur. El local tiene un excelente montaje, parquing propio (pequeño) y buenos detalles. Cubertería y copas de calidad (schott),aunque tuve que pedir que nos cambiaran las copas para el vino (no te lo ofrecen). Daré otra oportunidad ya que es muy difícil dar un buen servicio un día así y más cuando dieron cena de nochevieja hasta las 5h.PD.El agua en jarra no de

Muy buena propuesta de cocina catalana. Nos lo recomendaron unos amigos, y la verdad es que quedamos sorprendidos tanto por la calidad de la comida, como por el trato y todo el local.

Ha cambiado el tipo de cocina, antes ofrecían una cocina de autor de nivel alto, y ahora han vuelto a la cocina tradicional catalana. Muy buen restaurante, a pesar del cambio continuan apostando por la calidad, el buen servicio y la gran amabilidad del personal (se nota que el dueño esta al frente).
Merece la pena una visita.
Una cosa: excelentes chicharrones para picar !!!

Excelente descubrimiento en la provincia de barcelona. Buen menu desgustación que sorprende en cantidad. Ha destacar el canelon al estilo de la Yaya con puré de patatas trufado.
Los postres muy completos, quizas un pelin sobrecargado de elementos el primero pero para nada desagradable. El pan con chocolate habría que rebajarle la tetua al chocolate, pero excelente elección de aceite para ese postre.
Vinos mas que correctos.
Ccreo que no se habla lo suficiente de este magnífico cocinero, carlos tejedor!!!! pero seguro que dara que hablar-. hay que visitarlo!!!!

Local totalmente reformado y nueva orientación para este clásico de la comarca. Amplio, luminoso y muy confortable comedor, con espectacular cocina a la vista.

Carta de vinos variada, con unas 60 referencias, todas nacionales, con alguna carencia. Precio del vino algo subido. Excelente servicio y copas correctas, aunque las básicas algo pequeñas. Carta de vinos dulces por copas. Pequeños fallos y detalles fácilmente mejorables en este apartado.

Cocina de autor, creativa y muy mediterránea. La carta es corta pero suficiente, atractiva y muy interesante. Platos ligeros, muy equilibrados y sabrosos, elaborados con excelente técnica y manteniendo el sabor y la textura de cada componente. Pan y aceite estupendos, así como los postres. Perfecto. Poco se puede mejorar, sólo cabe profundizar.

Lugar muy recomendable. Volveré. 35€ sin vino.

Un restaurante que lo tiene casi todo! Una buena acogida, un comedor amplio y muy bien cuidado, una carta de vinos muy amplia y original, un servicio muy esmerado, y una cocina de lo mejorcito de la zona.
Desde los grandes ventanales tiene unas vistas exteriores muy acogedoras.
Tiene dos reservados muy bien conseguidos y un amplio parking.
Creo que se merece una visita.