Comida de trabajo para tres personas .Después de habernos tomado un par de vinos con su respectivos pinchos en la popular zona de La Herradura en Haro y por indicación expresa de nuestro anfitrión en este caso , nos dirigimos a comer a este lugar no muy lejos de la zona citada anteriormente.
Nada más entrar, nos encontramos a la derecha con forma de “L” una barra de tamaño respetable con un extenso y vistoso surtido de pinchos muy bien colocados y decorados, de tal manera que me recordaba a los escaparates de las antiguas confiterías que daban a las calles y que cuando éramos pequeños nos quedábamos viendo “atontados” sin saber cual elegir (digo cuando éramos pequeños porque mi afición por los dulces y la repostería es inversamente proporcional al número de años cumplidos , de tal manera que hoy en día me producen absoluta indiferencia)
Como bien describen los comentarios anteriores, el lugar está decorado en madera y piedra a caballo entre el mesón tipo castellano y un asador tipo vasco (¿Alianza de Civilizaciones?) que aún desprendiendo un tufillo de rancio abolengo no lo hace por ello menos acogedor. Quizá el punto más débil lo tenga en la escasez de iluminación lo que acompañado a la ausencia de sol que había ayer lo convierta en un lugar con ese detalle a mejorar.
Comedor de medianas dimensiones apartado apenas por unos escalones de la citada barra. Nos dispusieron en una mesa amplia y nuestro anfitrión (al que conocíamos ayer por primera vez) nos sugirió encargarse de la comanda con lo que por decirlo de alguna manera nos dejamos llevar.
A modo de entrantes para compartir:
Revuelto de hongos : Muy bien de punto y con unos buenos trozos de Boletus Edulis . Esponjoso, un plato que he intentado hacer en casa varias veces y nunca lo acabo encontrando el punto de jugosidad (a pesar de no cuajar en exceso el huevo).
Asadurilla de pimientos rojos: No hay mucho más que decir salvo que si llamamos pimientos “a lo que comemos “ en otros lugares entonces hay algo que no me cuadra. Sabor intenso, profundo de pimiento, meloso casi gelatinizado con un perfecto aliño.
Para los segundos bien por “simpatía” o si queréis por el “ allá dónde fueres harás lo que vieres” dió como resultado con un soberbio cogote de merluza en unas raciones generosas para cada uno perfectamente ejecutado de cocción y en su justo punto de ajo , guindilla y aceite dejando el protagonismo a la calidad del pescado. A esta manera de presentar los pescados en general (creo que se llama a la bilbaína) yo prácticamente había renunciado por convertirse generalmente en una piscina de aceite con un montón de ajos amargos pasados de fritura que dejan los pescados en un tercer plano por muy buenos que éstos sean.
Para terminar un par de cafés.
Para beber “ nos eligieron” un crianza de la zona bastante rico servido en unas copas Schott decentes. Menaje, vajilla, cubertería y servilletas perfectamente compatibles con el tono “museístico “ del entorno así como el servicio, de la misma factura.
No pude ojear la carta de vinos aunque si ví por encima que tenía abundancia de referencias de la zona (no debemos olvidar donde estamos) y sus servicio se limitaba a la prueba.
Tampoco calificaré la RCP puesto que fuimos invitados pero para quien tenga curiosidad, estimo que la comida referida saldría entre los 90-95€.
Desde luego que no es una cocina “tecnoemocional” ni vibrante pero si es de calidad, y sobre todo ideal para combatir lo que decía François Rabelais : “Allí donde reinan las hambres, huyen las fuerzas”.
Y como decía en el propio comentario la manía de encharcarlo todo de aceite y ajo quemado que lo único que provoca es enmascarar el producto, y ... hacerte pasar una buena indigestión durante toda la tarde.
Saludos
Si, desde luego el aspecto es extraordinario.Pero supongo que la yema tendrá algún grado de cocción o ¿era cruda?.
Yo me refiero a los revueltos clásicos , no sé si será por los tipos de fuego, por lo huevos o por lo que sea pero el caso es qe nunca me quedan como me gustan.
Saludos
Tenía un punto justito. Imagino que tampoco será fácil buscárselo.
Yo en casa tengo la inmensa suerte de tener huevos caseros y la verdad es que suelo disfrutar un montón con los revueltos. Aunque no tengo la paciencia requerida para ir cuajándolo lentamente.
Pues no ... que yo sepa, pero también hemos de reconocer que es una tierra con múltiples cualidades entre las que se encuentran sus vinos.
Pero si me entero que los regalan ten por cuenta que te lo hago saber
Saludos
No si a mi me encanta , lo que pasa es que en poco tiempo , veo a mucho forero por la zona ,un saludo.
Efectivamente, una de las mejores cosas que la cocina moderna puede aportar a la tradicional es la ligereza. Algo tradicional no tiene porque ser pesado.
Saludos.
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